El año pasado, el consumo de combustibles en Mendoza tuvo una caída de 13,3% en comparación con 2019. Las bajas más marcadas se dieron en las naftas premium (-27,1%) y súper (-26,2%), mientras en el gasoil premium el descenso fue un poco menor (-19,8). En cambio, en las ventas de gasoil común, vinculado al transporte de carga, se produjo un crecimiento acumulado del 6%.
Aunque los datos del Ministerio de Energía muestran que el 2020 empezó con un crecimiento en el consumo de todos los combustibles , de 10,9% en enero y 12,1% en febrero, en marzo se desplomó de modo marcado. Pese a que la cuarentena comenzó el día 20, ya ese mes se cayeron un 1,2% las ventas de gasoil común, 22% las de gasoil ultra (premium), 26% las de nafta súper y 24% las de nafta ultra. Por supuesto, el panorama se agravó en abril y mayo.
En junio se recuperó el consumo del gasoil común, con un 0,9% con respecto a junio de 2019, y los números positivos se extendieron en el tiempo, lo que permitió cerrar 2020 con un aumento en las ventas de este combustible del 6%. Esto, vinculado a que el transporte de cargas de productos esenciales no se detuvo y las exportaciones mendocinas se incrementaron.
Sin embargo, el resto de los combustibles, luego de un descenso de entre el 50% y el 70% en los meses de cuarentena más estricta, no volvieron a tener valores positivos en la comparación interanual. Esto, pese a que un número importante de actividades ya se han recuperado. De todos modos, algunas de ellas no retornaron en 2020, como las clases presenciales, con los traslados que demandan, y las reuniones presenciales de trabajo, que fueron reemplazadas por virtuales. Los viajes por esparcimiento también se vieron restringidos considerablemente.
Por otra parte, la crisis económica, a la que se sumaron los reiterados aumentos en el precio del combustible a partir de agosto, contribuyó a que las personas hagan un uso más restringido del vehículo particular.
Análisis del sector
El economista Raúl Mercau consideró interesante que la caída en el consumo de combustibles esté en un porcentaje muy similar al que, se estima, será el desplome del PBI (se calcula que estará en el orden del 12%). Y añadió que las grandes demandas de energía suelen ser variables con un comportamiento muy similar al nivel de actividad.
En cuanto al tipo de combustible, planteó que la recuperación más rápida de las ventas de gasoil, e incluso un crecimiento interanual, responden al transporte de carga, que se mantuvo para los sectores esenciales, fundamentalmente alimentos. En cambio, los viajes particulares se redujeron y, aunque hubo una apertura de diversos destinos turísticos, estimó que muchos no se irán de vacaciones y que, en la comparación con otras temporadas de verano, es de esperar que se note un descenso.
Sobre lo que se puede avizorar para este año que comienza, Mercau indicó que es muy probable que el consumo de combustible siga acompañando la evolución del PBI, sobre todo en el segundo semestre; aunque aclaró que dependerá de si se produce un rebrote de Covid, si avanza la vacunación y otros factores sanitarios.
A fines del 2020, la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) había estimado que la venta de naftas recién recuperará los niveles habituales en diciembre de este año y la del GNC en setiembre de 2022. Actualmente, las estaciones están vendiendo el 60% de los que comercializaron en febrero, un mes que de por sí es de consumo bajo.