Los aumentos del dólar, tanto en los mercados oficiales como el paralelo, son una constante de la economía argentina, más allá de que algunas estimaciones marcan que la suba está por debajo del ritmo de la inflación. A julio de 2023, el dólar blue llegó a tocar los $527 tras una fuerte escalada que inició la semana pasada, mientras que el oficial cotizó a $ 279,50.
Pero a diferencia de otras oportunidades, como sucedió hace más de un año cuando el escenario se desbarató con la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía, esta abrupta suba no ha provocado una fiebre de consumo, sino que ahora, por los menos los mendocinos, han optado por compras de primera necesidad, más allá de las complicaciones con los precios que sufren todos los sectores.
Hace apenas dos meses atrás, en abril, los comerciantes tenían problemas para ponerle precio a sus productos, los proveedores no podían fijar precios o no tomaban pedidos de productos nuevos debido a la incertidumbre que la moneda extranjera generaba. Los montos en lista cambiaban muy rápido y muchas veces no tenían precio de los productos.
Actualmente, los cambios de los proveedores siguen existiendo, pero sí asombra que muchas veces dos marcas que venden un mismo producto tomen medidas comerciales tan diferentes. “Está muy distorsionado todo, vos ves empresas que te traen oferta y otras que te aumentan en el mismo rubro de productos. Está muy volátil, es un día a día y lo que te diga hoy puede cambiar esta misma noche”, aseguró Rubén David, gerente general del mayorista Oscar David.
Desde el supermercado mayorista ven que en la provincia el consumo ha caído mucho, porque “están todos muy expectantes” a lo que pasa día a día con la economía. “No hay una compra masiva”, confirmó el empresario.
Rubros afectados
Uno de los rubros más afectados por este aumento en el precio del dólar blue es la industria metalúrgica. Los productos que se importan han sufrido aumentos en dólares llegando a duplicar su valor histórico en algunos casos. “Existe una distorsión de precios que hace muy difícil la operatoria de las empresas, y los proveedores no quieren vender porque no saben a qué valor van a reponer su mercadería”, dijo Mariano Guizzo, presidente Asinmet.
El empresario metalúrgico admitió que la relación con proveedores se ha tensionado. “Los ciclos de pagos no superan los 30 días, lo que hace una gestión de cobranza constante, ajustes de precios y reclamos por mora”, agregó Guizzo. Mientras que por otra parte se nota un faltante de productos importados que son indispensables para los procesos productivos, resultando para la industria metalúrgica una pérdida de producción y conflictos con los clientes.
En particular, las listas de precios se modifican todas las semanas, mientras que, en el caso de Oscar David, su gerente también admitió que no tienen un mínimo de tiempo en el que mantienen los aumentos u ofertas. Con la diferencia que los productos importados para este sector muchas veces no llegan y solo esperan a que vuelvan a abrir las importaciones para que ingresen.
Rubén David afirmó que “hay una incertidumbre en cuanto a qué productos van a llegar”. La única información que obtienen es cuando la mercadería ya se encuentra en el país y aparece en la lista para ser traído a la provincia.
El día a día lleno de especulaciones
No es nuevo que cada proveedor ponga sus propios precios y los aumentos sean irrisorios para el comprador. En el caso puntal del comercio, la indumentaria se vio gravemente impactada por el aumento del dólar blue. Sin embargo, las importaciones, según una de las fuentes, se pagan a dólar oficial por lo que el incremento es solo una forma de especular.
“Muchos colegas pusieron un pantalón un jean a $15.000, $16.000, de marca $20.000, hoy en día ven en el mercado la misma casa, el mismo producto más bajo. Esto de la incertidumbre, los precios relativos, causan estas distorsiones que se crean cuando se publican dólares no oficiales”, comentó el titular de la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de la Ciudad (Cecitys), Adrián Alín.
Los comerciantes también notaron que la baja de ventas se debía a un consumidor más informado, los valores de una prenda están al alcance de la mano, con un solo clic se puede buscar por marca o confección y saber el valor de la ropa. Pese a que la indumentaria si está más cara que años anteriores las personas consumen en menor medida.
En su mayoría las personas compran con tarjeta de crédito y buscan siempre las opciones más económicas. “El movimiento en la Ciudad es constante, la gente consume, pero no compra valores fuera del mercado”, añadió Alín.
En cuanto a los proveedores de este rubro han notado que muchos artículos han bajado su precio. Esto se debe en parte porque están cotizando a valor dólar oficial, mientras que otra parte es para mantener la rueda comercial y no perder al cliente.
El impacto en la economía
El reciente salto del dólar blue, superando los $500 marca un nuevo récord. Teniendo no solo un impacto en la economía en general, sino también en otros ámbitos de la macroeconomía del país.
“Primero y principal, sobre las expectativas de que la devaluación cada vez va a ser más brusca, tiene que ver con la incertidumbre electoral, con el temor de todo el proceso eleccionario que se va a dar hasta fin de año y de los resultados que se puedan llegar a dar. Sabemos que el resultado de las PASO va a marcar un poco la tendencia del dólar blue en las siguientes semanas, estamos muy cerca del 13 de agosto, y particularmente el impacto que empieza a tener tiene que ver con la pérdida de poder adquisitivo” inicia el análisis José Vargas, economista de Evaluecon.
Por otro lado, para el especialista el aumento del dólar empieza a tener un impacto más duro en la mayoría de los precios en la economía, sobre todo en las remarcaciones, porque es una variable de ajuste el dólar.
“Lamentablemente no se mira el dólar oficial, se mira el dólar marginal, sobre todo para las reposiciones en lo que tiene que ver con los servicios, en lo que tiene que ver con el comercio, etc. Y por el otro lado, hay rubros que tienen un impacto muy fuerte, sobre todo los que tienen insumos importados o que son bienes finales importados que dependen ampliamente del dólar “, cerró Vargas.