El pasado 13 de abril, el Banco Central comunicó que el nuevo piso para las tasas de plazos fijos “se fijó en 46% anual para las imposiciones a 30 días hasta 10 millones de pesos”, de manera que hoy cada $100.000 es posible ganar por mes $3.833 (3,8%).
Si se tiene en cuenta la rentabilidad señalada, es poco probable cumplir el sueño de vivir de la rentabilidad financiera, al menos con este instrumento y, en principio, solo se lograría cubrir la inflación estimada para mayo y junio (3,8%) cada mes.
Ahora bien, el SMVM aumentó este mes a $38.940 y en junio escalará a $42.240 (en agosto escalará a $45.540, y a $47.850 en diciembre). Entonces, ¿cuánto habría que invertir para alcanzar un sueldo mínimo?
La inversión más baja para llegar a cobrar un sueldo extra al mes
Para cobrar al menos $38.940 al mes con un plazo fijo, habría que invertir $1.015.914. De manera que, se necesita más de $1 millón, para obtener un salario mínimo.
Además, si se invirtiera $1 millón, se obtendrían por mes $38.330 por mes.
TASAS DE INTERÉS MÁS ALTAS PARA COMBATIR LA INFLACIÓN
Según comunicó el BCRA, en coordinación con el Gobierno Nacional, “utilizará todas sus herramientas para contribuir a morigerar los efectos de segunda vuelta sobre la inflación del shock de commodities”.
“La determinación de los incrementos adecuados de la tasa de interés frente a un shock de oferta negativo requiere de una calibración diferente a la derivada de un shock de demanda, ya que el objetivo no es moderar la presión de demanda, sino cortar los efectos de segunda ronda del incremento inicial de precios, preservar la estabilidad monetaria y cambiaria y proteger el ahorro en pesos de las y los argentinos, evitando incentivos que aceleren la dolarización”, explicaron.
Ahora bien, se advirtió que la suba de tasas es condición necesaria pero, por sí sola, no suficiente para reducir la inflación. Las otras políticas y condiciones que esperan que contribuyan a esa tarea conjunta son:
- La consolidación de la estabilidad cambiaria a través de un proceso de acumulación de reservas internacionales.
- Una brecha cambiaria descendente en los llamados dólares financieros, reflejo de la percepción de que han mejorado los determinantes fundamentales de la macroeconomía.
- Un nivel del tipo de cambio real multilateral que es adecuado para preservar el superávit de cuenta corriente del balance de pagos en los próximos años.
- Un perfil de vencimientos externos compatible con el equilibrio externo y el crecimiento de la economía, luego de las diversas operaciones de refinanciación realizadas.
- La reducción del déficit fiscal, que requerirá de menor financiamiento monetario.
- Agregados monetarios que han vuelto a los niveles históricos luego del pico observado durante la pandemia.
- Una trayectoria descendente del stock de los pasivos remunerados del BCRA (Leliq y Pases) en términos del PIB, como consecuencia de la menor emisión primaria —y por tanto, menores necesidades de esterilización—, la convergencia gradual hacia el equilibrio fiscal y una mayor demanda de dinero por consolidación de un proceso sostenido de crecimiento.
- Instrumentos que permiten amortiguar los efectos del shock de precios internacionales, aislando parcialmente la dinámica de precios locales de los internacionales, tales como el recientemente constituido fideicomiso público para el trigo.
- Acuerdos de precios y salarios que buscan proteger los ingresos reales de la población, a la vez que evitan la amplificación inflacionaria del shock externo reciente mediante la coordinación de expectativas.
La suba de la tasa de interés es consistente con una evolución de los pasivos remunerados del BCRA que finalizarían en 2022 en niveles que, medidos en términos del PIB, estarán por debajo de los del cierre de 2021.