En febrero, YPF lanzó el proceso de venta de yacimientos maduros en Chubut, Mendoza, Neuquén y Río Negro. Sin embargo, hasta ahora sólo se ha concretado la cesión de uno de los bloques, en la provincia de Chubut, mientras el resto se encuentra en distintas etapas de avance; incluidos los de Mendoza. El Sindicato del Personal Jerárquico y Profesional del Petróleo, Gas Privado, Químico y Energías Renovables de Cuyo y La Rioja manifestó su preocupación por la demora en el proceso.
El secretario general, Julián Matamala, detalló que, recientemente, firmaron la extensión de un acuerdo con la petrolera estatal, por otros tres meses, para establecer las condiciones de los empleados hasta que se concrete la transición. Cuando se conoció que había iniciado el proceso de venta, se negoció -con un paro mediante- que se iba a sostener un nivel de actividad mayor al que había planificado la empresa, que se les iba a pagar el 80% del salario a los trabajadores que se quedaran en sus casas y que este personal iba a ir rotando.
En la nueva extensión, hasta enero de 2025, se planteó que recuperarán el 100% del ingreso. Sin embargo, Matamala resaltó que ese monto es no remunerativo, lo que implica que los trabajadores llevan ocho meses sin aportar para su jubilación. Como el proceso se ha ido dilatando, estima que podría llegar a un año o más y subrayó que se suman los dos años de pandemia en los que estuvieron en la misma situación.
El dirigente de los petroleros comentó que en un primer momento les dijeron que el traspaso se iba a hacer en tres meses, pero ahora temen que, de no cerrarse los acuerdos en diciembre, deberán esperar hasta marzo o abril.
Manifestó que también les preocupan las fuentes de trabajo porque la idea era que las empresas que adquirieran estas áreas incrementaran la producción y, con eso, la demanda de personal (además de aumentar las regalías para los gobiernos provinciales). “Queremos que le den importancia al sector petrolero, porque vemos que están más preocupados por la minería, que está bien, pero el petróleo genera ingresos importantes”, lanzó.
Matamala indicó que YPF ha dejado de operar las áreas en venta y que esta semana salió al campo y parecía un domingo en los yacimientos, ya que no hay gente trabajando para extraer petróleo ni se están realizando tareas de mantenimiento, por lo que le inquieta el posible deterioro de las instalaciones. Sostuvo que, si para los primeros días de enero no hay novedades, deberá convocar a un paro, porque los afiliados están muy preocupados.
Desde la empresa, sin embargo, aseguraron que la actividad se mantiene y no se ha dejado de trabajar, aunque, como es de esperar, no están realizando expansiones. Pero indicaron que, si dejaran de operar, sería difícil concretar el traspaso a otra empresa.
En tanto, desde el Ministerio de Energía y Ambiente expresaron que “el Gobierno de Mendoza aborda con seriedad y responsabilidad la política hidrocarburífera de la provincia. En este sentido, se está evaluando cada propuesta con detalle, asegurando que las áreas sean transferidas a nuevos operadores que mantengan o mejoren las condiciones aplicadas por el operador actual. La prioridad es avanzar lo más rápido posible, siempre teniendo en cuenta también el impacto en los trabajadores”. Sumaron que “cualquier demora podría afectar la producción, lo que refuerza la importancia de un proceso ágil y bien gestionado”.
“Los equipos técnicos están dedicados plenamente a este trabajo, para garantizar que la cesión a los nuevos operadores se concrete sin errores ni concesiones a presiones externas, como las sindicales. Para el Gobierno de Mendoza, esta política es una cuestión de Estado y, como tal, se asume con la seriedad que merece”, manifestaron.
Proceso en marcha
Las 14 áreas que YPF puso en venta en Mendoza en el marco del Proyecto Andes están divididas en tres bloques: Llancanelo, Mendoza Sur y Mendoza Norte. El Banco Santander fue el encargado de buscar interesados y seleccionarlos. PCR (Petroquímica Comodoro Rivadavia) fue elegida para el primer bloque y fue la primera en presentar la documentación al Gobierno provincial. Cuenta, además, con dos ventajas: ya está operando en Mendoza, con lo que existían antecedentes, y la concesión no tiene un vencimiento cercano. La cesión, en este caso, podría concretarse pronto.
El Ejecutivo provincial inició su intervención en el proceso cuando las empresas realizan el pedido formal de traspaso. La Dirección de Hidrocarburos es la encargada de analizar la documentación, para verificar que el interesado cumple con las condiciones establecidas. También se desarrolla una confirmación de la capacidad técnica, económico-financiera y jurídica del oferente para hacerse cargo de la concesión.
En este ámbito también se desarrollan las negociaciones, para asegurarse de que las empresas no sólo mantendrán el contrato vigente con YPF, sino que incrementarán la producción; en particular en aquellas áreas que tienen un vencimiento en 2026 y 2027, y se debe renovar la concesión por otros 10 años. Una vez que el ministerio considera que se ha alcanzado un acuerdo razonable, el expediente pasa a la Dirección de Asuntos Jurídicos y a Fiscalía de Estado, y, de no haber objeciones, se emite la resolución ministerial que aprueba la cesión.
En el caso del bloque Mendoza Sur, la UTE integrada por Quintana Energy y TSB presentó el pedido de cesión a fines de octubre y Petróleos Sudamericanos, la empresa seleccionada para el clúster Mendoza Norte recién elevó su propuesta formal hace unos días.
El análisis, en estos casos, podría ser más extenso, ya que las compañías no están operando en Mendoza y, además, para poder acceder a la renovación de las concesiones, tendrán que comprometer un monto mínimo de inversión. Este importe es de US$ 58 millones por año en el clúster Mendoza Norte -que hoy produce un total de 11.725 barriles diarios- y de US$ 15 millones en el Mendoza Sur, que produce 2.090.
Qué pasa en otras provincias
A fines de octubre, YPF participó del acto de aprobación de la cesión del bloque Escalante – El Trébol, ubicado en Chubut y el de mayor extensión dentro de la primera etapa del Plan Andes, con una superficie total de 290 kilómetros cuadrados. La empresa que se hará cargo de la operación de la que se retira la petrolera estatal es Pecom, de la familia Pérez Companc.
Sin embargo, se trata de la primera de las áreas maduras que YPF traspasa a otra compañía, después de lanzar el Plan Andes en febrero de este año. Recientemente, anunció una segunda etapa, que incluye siete bloques dentro de la cuenca austral, en Tierra del Fuego.
Desde YPF expresaron, en un comunicado, que “a medida que los gobiernos provinciales aprueben los acuerdos de cesión, las nuevas operadoras tomarán control de los bloques”. Y recordaron que el proceso tiene “el objetivo de optimizar el portfolio de áreas del upstream convencional, con la premisa de buscar la eficiencia de capital de inversión de YPF” y que “permitirá dinamizar a la industria en su conjunto con nuevas inversiones que promuevan el desarrollo local y la generación de trabajo”.
Siguiendo con Chubut, se espera que este mes se traspase el otro clúster adquirido por Pecom: Campamento Central – Cañadón Perdido. En este caso, la gestión se ha demorado porque hay un socio de la empresa, Enap Sipetrol, lo que demanda autorizaciones adicionales.
En Santa Cruz, donde la empresa tiene costos operativos muy altos -según declaraciones del CEO de YPF, Horacio Marín, si lograran salir, se reducirían a la mitad- las negociaciones, según refleja Econojournal, se han complicado. Además de haber tenido dificultades para diseñar el traspaso, lo que obligó a ir buscando distintas estrategias, el gobernador Claudio Vidal se niega a aceptar la más reciente, poque implica una reestructuración operativa y achicamiento de las áreas.
