Esta semana se esperaba que se cerrara el acuerdo por los salarios de los trabajadores de viña y bodega. La parte empresaria había anticipado dos opciones, una que significaba un acuerdo definitivo e incluía un bono para fin de año, y otra menos beneficiosa, pero con una cláusula de revisión. Desde el gremio no se mostraron totalmente conformes, pero se habían acercado posiciones entre las partes.
No obstante, un cambio de planes a último momento hizo que, desde la Federación de Obreros, Empleados Vitivinícolas de Argentina (Foeva) decidieran retirarse de la mesa paritaria, sin llegar a un acuerdo. Según explicó Miguel Rubio, secretario de Prensa, Cultura y Difusión de Foeva, “están cada vez más cerca de alcanzar un acuerdo”, pero a su vez, “cada vez más lejos”.
Es que en un principio el gremio solicitaba una recomposición salarial que habría llevado el salario básico a igualar la Canasta Básica Total ($ 55.002,70) que mide la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia (DEIE), pero los empresarios la rechazaron porque habría implicado un incremento salarial del 100%, e indicaron que el sector no podía permitirse tal esfuerzo, porque, entre otras cosas, el precio del vino continúa retrasado. Luego de unas 15 reuniones, el porcentaje de incremento negociado llegó al 60%.
“Ayer participamos de una reunión muy ofuscada, de parte nuestra, porque siguen tocando los números hacia abajo, y sentimos que era una falta de respeto. Venimos de 15 reuniones, entre oficiales y de mesa chica, y seguimos a gran parte de nuestro pedido oficial, pero cuando creímos que ya estábamos de acuerdo, bajaron dos puntos más la oferta”, explicó Rubio.
El representante gremial explicó que, aunque no parezca una gran diferencia, para salarios que rondan los $ 28.700 de básico, cada punto cuenta. “Teníamos previsto acordar un aumento inicial del 15% remunerativo, y del 15% no remunerativo, aceptamos que se hiciera de esa forma para aliviar las cargas de los empresarios, y además se iba a sumar una suma de $ 10.000 a fin de año, pero cada vez que llegamos a la paritaria, las cosas cambian. Se presentaron con un acuerdo del 13% y el 13%, y $ 8000 para los empleados de bodega y de $ 6.000 para los de viña”, comentó. Desde Foeva consideran que se requiere mayor celeridad en el arreglo porque sus representados “no están llegando a fin de mes, y los empresarios lo saben”.
El salario de viña y bodegas
Rubio insistió en que no les es posible ceder más, y que se accedió a un 60% de incremento anual, incluyendo items no remunerativos, por consideración, para aliviarle las cargas al productor; pero ni aun acordando de esa forma se habrán alcanzado los $ 50.000 de básico a los que se esperaba llegar en febrero del próximo año.
“El salario básico está en $ 28.700, y con el aumento que teníamos pensado cerrar, iba a ser de $ 41.212 hasta junio, luego de $ 46.023 hasta septiembre, de $48.910 hasta diciembre, y no íbamos a llegar a $50.000 a febrero”, indicó.
Ahora bien, legalmente “tienen que definir un aumento retroactivo al mes de marzo”. Pero el mismo ministerio exhorta a las partes a resolver sus diferencias en mesas chicas y a aunar criterios, y no se ha logrado nada firme hasta el momento.
Costos y esfuerzo empresario
Antes de la última reunión, Walter Pavón, coordinador de Recursos Humanos, y gerente de Relaciones Institucionales de Bodegas de Argentina, explicó a Los Andes las dos propuestas que se habían llevado por la parte empresaria. “El lunes ofrecimos un 42% de aumento remunerativo, más un adicional por refrigerio del 10%. El porcentaje se daría de forma escalonada, entre valores no remunerativos y remunerativos, arrancando desde marzo y hasta febrero de 2022. En noviembre se daría una suma fija de $ 8.000 por única vez”, indicó.
La alternativa consistía en una suba escalonada de valores remunerativos y no remunerativos (30% remunerativo en tres escalones y un 10% no remunerativo para cerrar en 40%, y volver a sentarse para discutir el incremento en diciembre).
“Las ofertas están en línea con los acuerdos que se están alcanzando en el resto del país. Es decir, con valores escalonados, que van acompañando a la inflación, y una cláusula de revisión”, indicó.