L os esfuerzos del BCRA por instrumentar medidas de absorción de liquidez para evitar un vuelco al dólar del aluvión de pesos de la economía está forzando a la autoridad monetaria a tomar recaudos para que no quede ninguna válvula abierta.
Prueba de ello fue una norma emitida el jueves pasado por el directorio del Banco Central luego de subir las tasas de las Leliq, los pases a 1 y 7 días y las tasas mínimas garantizadas para los plazos fijos de ahorristas.
Las gerencias de operaciones de los bancos analizan los alcances del último punto de la comunicación A 7160. Allí se obliga a los bancos a que 10% de los depósitos del sector privado no financiero en la entidad estén colocados a plazo fijo.
Si así no lo hicieren, no podrán beneficiarse de las subas de tasas que dispuso el BCRA. Si su posición es inferior, no podrán adquirir Leliq para su posición neta excedente y tampoco realizar operaciones de pase a siete días con el BCRA.
El jueves, horas después de que se conociera el fuerte dato de inflación de octubre, el Central dispuso la suba de dos puntos para la tasa de Leliq, revirtiendo así la política de adecuación hacia la baja que había iniciado, y las regresó al 38%. Y elevó un punto la tasa de pases pasivos a un día, hasta 32%, y en dos puntos los pases a siete días, que pasó al 36,5%.
Colateralmente, elevó en tres puntos la tasa mínima garantizada para los plazos fijos minoristas, que alcanzó así un 37% de tasa nominal anual (TNA). Todo vale para frenar el pase a dólares de los pesos en circulación, en momentos en que se empieza a descongelarla actividad y a aumentarla velocidad de rotación, con su potencial efecto inflacionario.
El beneficio llevaba a 44% la Tasa Efectiva Anual (TEA) para depósitos de personas humanas por menos de $ 1 millón a 30 días. Para el resto de los plazos fijos, la tasa mínima garantizada deberá ser de 34% TNA (39,8% TEA).
Desde la perspectiva de los bancos, según pudo recoger El Cronista, todavía el sector está haciendo números. “No les pega igual a todos, depende de la liquidez y de un montón de variables que todavía se están calculando”, dijeron en una entidad extranjera donde de todas maneras dijeron no esperar mucho menos.
“No parece generar ningún tipo de shock inmediato, pero sí está en línea con el espíritu de las normas de este año de que los bancos mantengan un margen de ganancia acotado”, comentaron con amargura.
Como ya lo anticipó El Cronista, el stock de plazos fijos viene cayendo sostenidamente desde octubre pasado, cuando se cruzaron las mayores expectativas inflacionarias, el pico que alcanzó el dólar blue y las mayores expectativas de devaluación. De esa pendiente todavía no se pudo recuperar el sistema.
Precisamente, ahora lo que el Central estaría procurando es que efectivamente los bancos pongan a disposición de los clientes esa mejora dispuesta el jueves pasado, y que los bancos no se queden con la renta aumentada de los pases.
“Hay que recordar que las tasas de los pases se aumentar para compensar el incremento de las tasas de los plazos fijos. Y queremos evitar una piolada, sobre todo en los pases, que se operan contra cuenta corriente, y que los bancos no transfieran el beneficio a la suba de los rendimientos”, explicó una fuente del BCRA.
-¿Está dedicada a algún banco en particular?, preguntó El Cronista.
-No, es solamente fijar reglas. Porque, de hecho, si no se cumple ese 10%, de todas formas va a poder seguir colocando pases, pero no con la tasa aumentada en dos puntos, de forma que no es una represalia. Se busca agilizar el canal de transmisión a los plazos fijos.