“Global energy upheaval offers Argentina’s ‘Dead Cow’ a new lease of life”, o literalmente, “La agitación energética mundial ofrece a la ‘vaca muerta’ de Argentina una nueva oportunidad de vida”, es el título de en un artíuclo que pulica hoy el Financial Times y que lleva la firma de Michael Stott, editor del periódico para América Latina.
El mismo ofrece un análisis sobre si la Unión Europea podría reemplazar las importaciones de petróleo ruso por los recursos de la Patagonia argentina. “Así lo cree el presidente de Argentina, Alberto Fernández”, se aclara.
De acuerdo con el artículo, el mandatario argentino está hablando sobre el potencial del segundo reservorio de gas más grande del mundo, y del cuarto más grande en cuanto a petróleo, y que podría llenar el vacíó que el oeste le ha hecho a la energía rusa.
El presidente remarcó en Berlín, durante su visita a Alemania el mes pasado que el país tiene lo que el mundo necesita hoy, “comida y energía”. Asimismo, el periódico señala que la producción de gas podría permitirle al país comopetir con Australia y Qatar, en medio de una demanda creciente.
Miguel Galuccio, jefe ejecutivo de Vista, el segundo productor de de petróleo en Vaca Muerta, señaló que las reservas ponen a Argentina como exportador (en una pequeña escala), pero destacó que las últimas decisiones del gobierno han retrasado el proceso, “los años de declaraciones sobre el potencial de Vaca Muerta no han sido igualados por políticas para conseguir los billones de dólares en inversión que se necesitan”.
Vaca Muerta ha estado en desarrollo por al menos una década y menos del 10% del potencial está siendo explotado. Sin embargo, el gobierno dice que si el 50 por ciento de los recursos de Vaca Muerta se llevaran al mercado, Argentina generaría más de u$s30 mil millones al año de ganancias de exportación adicionales.
“¿Por qué todavía no se ha dado la gran expansión? Un gran culpable es el rígido régimen de control de cambios de Argentina, que impide la repatriación de las ganancias. Después de años de lobby, el gobierno acaba de aceptar permitir que las compañías de petróleo y gas conviertan los ingresos de parte de su producción adicional en dólares, pero esto está muy por debajo de la libertad que se disfruta en casi todos los demás lugares”, se agrega en el artículo.
Bajo las nuevas reglas, los grupos energéticos deben aplicar para convertir en dólares una parte de sus ingresos en pesos, que por otro lado, se devalúan rápidamente.
Otro factor disuasivo para las inversiones tiene que ver con los subsidios sobre el combustible para el mercado doméstico.
Aún no se ha adjudicado un contrato para construir un nuevo oleoducto de 3.400 millones de dólares que conectará Vaca Muerta con Buenos Aires y el director del proyecto renunció el 30 de mayo (el gobierno dice que pronto se adjudicará una licitación).
La petrolera nacional YPF está explorando ubicaciones costeras para construir una planta para licuar gas natural para la exportación, pero hoy, a pesar del potencial de Vaca Muerta, Argentina sigue siendo un importador neto de gas.
“Necesitamos continuar invirtiendo en oleoductos e instalaciones de exportación y deberíamos tener precios más competitivos en el mercado interno”, dijo Galuccio.
Pero, no todo el mundo está esperando pacientemente. Sinopec de China vendió el año pasado y Conoco Phillips también salió. Ahora, “el gobierno de Argentina debe moverse más rápido y con más audacia para que las empresas que se quedaron con Vaca Muerta deben ser recompensadas”, agrega Stott.