Este miércoles se conocerá el dato de la inflación de agosto relevada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), cifra que los analistas y consultoras vieron por encima del 2,5% y cerca del 3%, lo que representa un salto considerable respecto al 1,9% de julio.
En lo que va del año, la indlación acumulada es de 15,8% y de cumplirse las estimaciones de los relevamientos privados llegaría a casi 19%. Los índices de precios (IPC) de FIEL, EcoGo y Ecolatina subieron 2,6% en agosto, mientras que el de OJF aumentaron 2,7% y el de Seido, un 3,5%. El de FIEL se realiza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y el resto, en Gran Buenos Aires.
Pero las notas destacadas del mes pasado pasaron por las mediciones núcleo, que no contabilizan precios regulados (como las tarifas de servicios públicos) ni estacionales, que en las cinco consultoras mencionadas oscilaron entre 3% y 3,6%.
Respecto a septiembre, las señales ya apuntan a que podría haber un nuevo incremento respecto al dato creciente de agosto y podría superar el 3%.
El IPC semanal de FIEL arrojó un 1% en la primera semana de septiembre respecto a la anterior y es el segundo mayor dato semanal desde la primera de marzo. Sólo es superado por la semana inicial de agosto, que dio 1,1% pero que FIEL ajustó con posterioridad en 1,3%.
Además, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que realiza el Banco Central (BCRA) a consultoras privadas arrojó a comienzos de mes una proyección de inflación de 3,3% para septiembre y una de 3,7% para octubre.
Eric Paniagua, de la consultora EPyCA, considera que impactará cierta flexibilización de la cuarentena por el coronavirus, ante una mayor movilidad en la primera mitad de septiembre y con la apertura de rubros que estaban cerrados como bares y restaurantes. “En la última valoración del Indec la cifra de restaurantes fue imputada, es posible que en el momento que se pueda registrar cabalmente veamos un aumento de los precios allí”, señaló.
Además, también resaltó el efecto ‘cascada’ del aumento de naftas de hace unas semanas terminará de impactar en septiembre, aunque se trata de una leve suba de algunas décimas.
En tanto, Matías Rajnerman, de Ecolatina,señaló que estiman que en lo que resta del año el IPC subirá un 4% mensual, a pesar de las tarifas congeladas y la ausencia de paritarias salariales, motorizadas por el tipo de cambio.
En ese punto, plantea dos factores: una depreciación del peso, bastante probable, que alimentaría el proceso inflacionario; y, por otro lado, un refuerzo de las restricciones a empresas para adquirir divisas para pagar importaciones que obliga a las empresas a recurrir a la cotización paralela de la divisa y podría elevarlos precios.
"Si el Banco Central extrema el cepo, no eliminando el cupo de los u$s 200,sino mandando a muchas empresas a importar con el dólar paralelo,se reforzaría la dinámica de la Comunicación A “7030”, donde algunos rubros pueden importar con el dólar a $ 75 y hay otros que tienen que usar sus propios dólares que valen $ 130″, explicó Rajnerman, en referencia a la normativa del BCRA que a fines de mayo dispuso que las compañías pidan autorización al BCRA para acceder al tipo de cambio oficial en el MULC.