En medio del intenso análisis y debate económico y el objetivo de conseguir el déficit cero recortando partidas, surge la discusión sobre la actualización del impuesto a los combustibles, que se mantiene congelado desde mediados de 2021. La última prórroga, dispuesta en noviembre del año pasado por el ex Ministro de Economía, Sergio Massa, está programada para vencer el próximo 1° de febrero, lo que supondría un nuevo aumento para los combustibles si no se prorroga el congelamiento.
El llamado impuesto a los combustibles consiste en dos tributos de suma fija: el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono, los cuales se ajustan trimestralmente desde 2018 en función de la inflación. Este ajuste tiene un impacto directo en el precio final de la nafta.
Sin embargo, desde hace dos años y medio, el monto recaudado por este tributo ha permanecido invariable. Esto se debe a que, en medio de un incremento sostenido en los índices de inflación, la actualización trimestral ha sido constantemente pospuesta. La última prórroga ocurrió en noviembre pasado, cuando a través de una resolución de la AFIP, el Poder Ejecutivo extendió hasta el 1° de febrero de 2024 “los efectos de los incrementos en los montos de impuestos establecidos en la Ley 23.966 para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil”.
Esta medida especificó que “los incrementos en los montos de dichos impuestos que resulten de las actualizaciones correspondientes al tercer y cuarto trimestres calendario de 2021, al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres calendario de 2022 y al primer, segundo y tercer trimestres calendario de 2023, surtirán efectos a partir del 1° de febrero de 2024, inclusive”.
Cabe recordar que los combustibles subieron un 90% en menos de 30 días entre diciembre y enero. Así con el último incremento de los precios de los combustibles establecido por las compañías petroleras, el costo por litro de nafta súper de YPF alcanzó los $755 en Mendoza lo que equivale a US$0,89 y el gasoil quedó en $826 o US$0,97, ambos medidos con la cotización del dólar oficial. En el comienzo de 2024, el precio promedio de la nafta a nivel mundial (con un octanaje de 95) se sitúa en aproximadamente US$1,30 por litro, según revelan datos del rastreador Global Petrol Prices.
En la industria ya se prevé que, a pesar de los avances logrados en la recuperación del precio relativo, los ajustes no han concluido, sin embargo también hay voces que consideran que el combustible en Argentina está encontrando un equilibrio y en el tintero no tendrían que quedar grandes reajustes, salvo los movimientos por la inflación, aumentos en el barril de petróleo o la retrasada actualización impositiva, que es un verdadero dolor de cabeza porque lleva alrededor de 2 años planchado
En resumen, el Gobierno deberá tomar una decisión sobre el nivel de actualización del impuesto, lo que incidirá directamente en el precio de la nafta. Actualmente, la suma fija de ambos tributos asciende a unos $20 por litro, representando menos del 3% del costo total del combustible, a pesar de que históricamente ha constituido más del 10% del precio de venta al público. Es importante señalar que este impuesto es de fácil recaudación y genera ingresos significativos en condiciones normales. Sin embargo, su contribución a la recaudación total se ha reducido drásticamente en los últimos años, al punto que el aumento nominal durante el año pasado fue del 22%, en comparación con una inflación que fue diez veces mayor.