La pérdida de poder adquisitivo no sólo se refleja en la caída del consumo, sino también en el nivel de endeudamiento de las familias. Cuando el dinero no alcanza para llegar a fin de mes es probable que empiecen a postergarse algunos pagos -de la tarjeta, de los impuestos- y que se termine recurriendo a un crédito personal para intentar hacer frente a los gastos que no se pueden evitar.
La consultora Focus Market realizó un relevamiento que mostró que 4 de cada 10 hogares argentinos se encuentran endeudados con una entidad bancaria, mientras que 8 de cada 10 mantienen deudas con prestamistas, comercio, servicios, impuestos, entre otros. Para llegar al primer dato se utilizaron registros del BCRA, mientras que para calcular el segundo, se tomaron 3.550 hogares proyectados en mayo.
“Los hogares argentinos están teniendo una pérdida de poder adquisitivo muy importante de su ingreso. En muchos casos, han tenido que recurrir a sus ahorros para pagar sus gastos corrientes. Sin embargo, no pueden equilibrar sus cuentas y siguen tomando deuda. El Gobierno, como no puede estabilizar la inflación, baja las tasas de interés para el crédito al consumo, a los efectos de que las familias se sigan endeudando. El problema es que el ingreso se ve superado por su gasto corriente y hay riesgo que no se puedan pagar luego los créditos tomados”, señaló Damián Di Pace, director de Focus Market.
La cantidad promedio de hogares que mantiene deudas con una entidad bancaria es de 4.091.097, representando un 41,3% del total de hogares. En promedio, un hogar mantiene deudas con una entidad bancaria por $361.686 (siendo el total de deuda de todos los hogares de $1.479.726.91.677). Las deudas bancarias incluyen: préstamos a sola firma, préstamos hipotecarios, préstamos prendarios, préstamos personales, préstamos en tarjeta de crédito y adelantos.
Di Pace resaltó que, en el país, 4 de cada 10 hogares son pobres, pero otros 2 de cada 10 están ingresando en una nueva pobreza, ya que trabajando, sus integrantes no pueden alcanzar ingresos equivalentes a una canasta básica total.
“Aún tienen crédito bancario que posee tasa subsidiada, pero su nivel de ingreso no superará la variación de precios que estamos teniendo. Si bien esto es un gran problema para los asalariados registrados, es un inconveniente mayor para los que tienen ingresos como monotributistas, autónomos o directamente informales, ya que son variables y sus costo de vida aumenta cada vez más”, advirtió.
Por otro lado, las familias argentinas no sólo se financian con los bancos, sino que también empezaron a hacerlo no abonando ciertos gastos corrientes, como impuestos, servicios, cuotas, recurriendo a prestamistas o al método de compra al fiado. En promedio, las deudas no bancarias de una familia alcanzan los $189.000.
“La informalidad es un gran problema en nuestro país. La cantidad de hogares en niveles pobreza, o en el umbral de ingreso para ser pobre, hace que la mayoría recurra a las deudas no bancarias para financiar su costo de vida. Sin embargo, son los más perjudicados, porque cuando una familia se endeuda con un comercio, con una deuda no bancaria, o un crédito personal, los costos financieros totales van del 260% al 380% anual”, planteó Di Pace.
Sumó que el no pago de impuestos es otro de los recursos para financiarse. Incluso, la venta del auto es otra alternativa por la que se opta para implementar un ajuste respecto de la calidad de vida.
Entra las deudas no bancarias, las que mayor participación tienen son: 26,3% los préstamos personales, seguidos por el 26,1% de utilizar la metodología de compra al fiado o préstamo por parte del comercio, con un promedio de deuda de hogar por $320.619 y $274.194, respectivamente. Estos dos tipos de endeudamiento representan a más de 1,2 millones de hogares, con un nivel de deuda mayor al promedio general de las deudas no bancarias por familia en ambos casos.
Otros métodos que las familias eligieron para financiarse son: no pagando servicios como luz, agua, internet, etc. (3,2%); no pagando impuestos (11,9%); con préstamos de familiares y amigos (9,3%); no abonando expensas (6,9%); no abonando cuotas de educación (5,7%); o bien vendieron seguros que tenían o planes de auto (10,6%). En todos los casos los montos de deuda oscilan entre $81.000 y $195.000.