El estudio de CRU Group destaca que, en un contexto global donde la demanda de cobre sigue en aumento, vinculada a la transición energética y la necesidad creciente de electricidad, Argentina tiene la oportunidad de consolidarse como un proveedor clave del mineral. “La próxima década será crucial para definir si el país logra capitalizar este potencial y transformarlo en un motor de desarrollo sustentable”, plantean.
Pero también señala desafíos, como la estabilidad regulatoria y fiscal en el largo plazo, y el fortalecimiento de las capacidades locales para desarrollar estos proyectos de gran escala. Es que, a diferencia de lo que sucede en Chile y Perú, donde se están realizando expansiones de minas ya existentes, en Argentina, los proyectos -con la excepción de MARA- implican el desarrollo de áreas completamente nuevas, sin infraestructura existente.
Potencial minero de Mendoza
En este contexto, Mendoza se encuentra en los estadios iniciales y recién se están dando los primeros pasos en la exploración de los proyectos en Malargüe Distrito Minero Occidental que obtuvieron la Declaración de Impacto Ambiental. Es decir, aún resta descubrir esos proyectos, con la excepción de San Jorge, que ya ha sido descubierto y se conoce que tiene 1,1 millones de toneladas de cobre fino. Para entender lo que significa, el proyecto más grande de Argentina de este mineral -El Pachón, en San Juan- tiene aproximadamente 15 millones de toneladas de cobre fino contenido.
Guillermo Pensado, presidente de la Cámara de Empresarios Mineros de Mendoza (Camem) y uno de los fundadores del Plan Pilares, detalló que, por una cuestión de que las probabilidades de encontrar un depósito de cobre son muy bajas, estimaron que será necesario invertir como mínimo unos US$ 100 millones anuales para descubrir cuatro minas en Mendoza. Pero también señaló que, con la potencialidad de MDMO, tal vez se requiera una inversión menor y menos tiempo.
El Plan Pilares -que fue elaborado por una iniciativa público-privada de la que participaron Impulsa Mendoza, la UNCuyo, el Consejo Empresario Mendocino (CEM), las empresas Argenteo Mining, y Tassaroli, y destacados profesionales del sector minero- detalla que un estudio reciente del Servicio Geológico Argentino (Segemar) permite inferir la potencialidad de descubrir ocho minas de cobre y más de 51 millones de toneladas de cobre fino en Mendoza, mayormente vinculada a las principales fajas productoras de cobre del mundo.
Una de estas fajas recorre el límite internacional e ingresa totalmente en territorio provincial al norte de Malargüe; incluye el mayor centro productivo mundial de cobre, Rio Blanco-Los Bronces, ubicado junto al paso internacional argentino-chileno Libertadores; como también los depósitos de pórfidos de cobre de San Juan al norte. La otra faja ingresa directamente en Malargüe y alberga la mayor mina subterránea del mundo, El Teniente, con más de 100 años de producción activa y vida productiva proyectada por otros 100 años más.
El geólogo resaltó que las fajas metalogénicas de Chile, que contienen los depósitos de cobre más grandes del mundo, son las mismas que entran en Mendoza. Por eso se habla de la potencialidad de descubrir ocho minas, que podrían tener unos 51 millones de toneladas de cobre. Pero primero hay que descubrirlas, lo que requiere iniciar la exploración para que, tal vez en 10 o 15 años, se pueda empezar a producir el mineral.
Inversiones previstas en el Plan Pilares
El Plan Pilares presenta un modelo para descubrir cuatro minas, y no de gran tamaño, sino chicas o medianas. La estimación de ese escenario, que también incluye a PRC (Potasio Río Colorado), es que, hasta 2030, se obtendrían unos 40 millones de toneladas de cobre; la exploración y los estudios demandarían una inversión de US$ 700 millones; las inversiones en las minas serían de US$ 1.731 millones; el gasto operativo alcanzaría los US$ 917 millones; y las exportaciones mineras llegarían a los US$ 2.644 millones en total en ese período de seisa años (desde 2024).
Pensado subrayó que Mendoza puede proveer casi todos los servicios para esta etapa de exploración, con empresas de perforación, laboratorios, profesionales, catering, hotelería, camionetas. Y resaltó que las compañías del sector petrolero tienen un nivel de especialización que las hace muy competitivas, al punto que pueden competir con las de Neuquén, y que un buen número migraron a la minería y trabajan en exploración en otras partes del país.
Avances en Malargüe Distrito Minero Occidental
Los primeros 34 proyectos dentro del MDMO ya obtuvieron la Declaración de Impacto Ambiental, por lo que están en condiciones de comenzar la exploración. El gobierno provincial presentó una segunda etapa, con 29 más, pero se postergó la audiencia pública, inicialmente prevista para el 8 de febrero, para sumar información complementaria.
El titular de la Camem precisó, sin embargo, que, si bien cuentan con la DIA, “para empezar a poner un pie en el terreno, hay que cumplir con varios requerimientos más y se está en ese proceso”. Indicó que las exigencias son altas, y consideró que está bien que así sea, pero que las empresas deben presentar declaraciones de buenas prácticas; iniciar la vinculación con la gente de la zona; presentar estudios de agua y de logística; detallar cómo se va a trabajar: si se va a armar un campamento, si se van a usar mulas, etc.
De ahí que estimó que lo más probable es que este año se avance en mapeos y muestreos, tareas de bajo impacto, que realizan un par de geólogos y sus ayudantes, y que las inversiones un poco mayores se concreten el próximo verano. Es que, además, casi todos los proyectos se encuentran en zonas donde se deben frenar los trabajos en el invierno, por la nieve. “Siempre el inicio de los trabajos exploratorios lleva tiempo”, explicó.