El mercado laboral está mostrando señales de recuperación en Mendoza, pero cuesta encontrar en qué sectores o de qué forma se están creando puestos de trabajo. El problema, es que cerca del 85% de los nuevos empleados se encuentran en una situación de informalidad.
Para llegar a esa conclusión Los Andes tuvo en cuenta los resultados de diferentes informes estadísticos oficiales. El primero a considerar es el de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). El estudio indica que la tasa de empleo de Mendoza creció tres puntos porcentuales en el último año, pasando de 42,9% en el tercer trimestre de 2020 a un valor de 45,9% en el mismo período de 2021. Esa mejora porcentual representa la creación de 34.000 empleos en el transcurso de los doce meses.
Ahora bien, ¿dónde están trabajando esas personas? Lo cierto es que están divididas en diferentes sectores. Por un lado, el Ministerio de Trabajo de la Nación detalló en un informe que Mendoza creó 3.282 empleos privados registrados en el período analizado, pasando de 222.614 trabajadores formales promedio entre julio y setiembre del año pasado a 225.896 en los mismos meses de 2021.
Por otro lado, el Tribunal de Cuentas de Mendoza detalla que en el tercer trimestre del año pasado había 78.507 empleados públicos activos en la provincia, contra 80.474 trabajadores contabilizados este año. Es decir que en el plano estatal se crearon 1.967 puestos de trabajo.
En resumen, de los 34.000 nuevos empleos que se crearon -según la EPH-, 3.282 son puestos de trabajo formales y 1.967 son empleos estatales. La pregunta entonces es dónde están los otros 28.751. Hay dos posibles caminos, o se hicieron cuentapropistas o se volvieron empleados informales. Esta última es la posibilidad más concreta, teniendo en cuenta que la mayor cantidad de personas que comenzaron a trabajar por cuenta propia lo hicieron durante el segundo y tercer trimestre del año pasado, cuando rigió el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
De hecho, los datos publicados por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE) demuestran que entre el primer y el segundo trimestre del año pasado la cantidad de cuentapropistas tuvo un inusual aumento del 26,2% en la provincia. Aun no hay datos oficiales que indiquen cuántos trabajadores por cuenta propia hay hoy en Mendoza, pero lo lógico, teniendo en cuenta la flexibilización de las medidas sanitarias y la recuperación económica, es que hayan disminuido o como mucho se hayan mantenido.
Eso significa entonces que los 28.751 puestos de trabajo que quedan por explicar, o al menos la gran mayoría, son empleos privados informales. Dicho de otra forma, el 85% de los empleos que fueron creados en el último año en Mendoza no están registrados ante la AFIP.
Los motivos de la informalidad
Diferentes expertos consultados por Los Andes analizaron la situación del mercado laboral mendocino y compartieron sus posturas respecto a los altos niveles de informalidad. El economista Carlos Rodríguez aseguró que los resultados no lo sorprenden en absoluto. “En la última década es muy poco el empleo privado formal que se ha creado, no solo en Mendoza, sino también en el resto del país. La misma economía está muy estancada. No hay expectativas, no hay inversión y falta confianza. Además, la legislación laborales es muy antigua y no favorece ni a trabajadores ni a empresarios”, señaló.
“Es tan restrictiva la legislación, sobre todo para las pymes, que las empresas no se arriesgan a tomar trabajadores en blanco. Si bien las grandes firmas son las locomotoras que mueven la economía, las que crean empleo son las pymes y son las más vulnerables a estas situaciones”, agregó el especialista.
Para Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, el fuerte protagonismo de la informalidad en el mercado de trabajo está directamente relacionado con los niveles de incertidumbre que atraviesa la sociedad. “La pandemia no tiene un norte definido y la macroeconmía nacional genera bastantes dudas. Todo eso termina generando que las empresas privadas a tomar más en negro que en blanco”, comentó.
El economista coincidió con Rodríguez en que esta situación se da dentro de un escenario con mercado laboral rígido, como el que ya regía desde antes de la pandemia. “Además, el hecho de que el Gobierno nacional tome medidas como la prohibición a los despidos y la doble indemnización, hace mucho daño”, agregó.
“Lo destacable es el impulso que se ha dado desde el Gobierno de Mendoza con el programa Enlazados, para la generación de empleo en blanco para los jóvenes. Son cerca de 1.000 puestos de trabajo los que se han creado de esa manera. A esto se suma Mendoza Activa, que también es un buen incentivo para la economía local”, señaló.
Por su parte, Nicolás Aroma, economista asesor del Partido Justicialista, indicó que en el escenario económico en el que se encuentra Mendoza es lógico que lo primero que se recupere, luego de la etapa más dura de la pandemia, sean los puestos de trabajo en negro. “Esto pasa porque los empleos formales se destruyen rápido, pero cuesta mucho recuperarlos. Hay que tener mucho cuidado con esto, porque cuando cae la economía cae, los empleos se destruyen al mismo ritmo, pero cuando la economía mejora, los puestos de trabajo no se recuperan al mismo ritmo”, apuntó.
Fuera de esto, el economista destacó que la tasa de desempleo sigue bajando en Mendoza a un ritmo inferior al promedio nacional. “Además, seguimos muy cerca de la tasa de desempleo total de Argentina. Esto no es lo natural para Mendoza. Hace poco la provincia tenía la mitad de desocupación que la que había en el país”, advirtió.