Las cifras de infectados en la provincia son preocupantes. Durante el último mes Mendoza superó los 24.000 contagios por coronavirus desde el 21 de marzo, día en que se confirmó el primer caso en Mendoza. En paralelo, las cifras de la economía local no son nada alentadoras: la recaudación en Ingresos Brutos cayó un 15,6% real (agosto contra agosto), y cerraron 473 empresas.
Así, mientras que para el segundo mes del año, Mendoza contaba con 21.435 unidades productivas, o empresas con personal a cargo, para junio ese número cayó a 20.962, según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). Los rubros más perjudicados son “servicios de transporte y almacenamiento”, “servicios de alojamiento y servicios de comida”; “comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas”; y “construcción”.
El informe de la SRT, que se elaboró en setiembre, muestra que a finales de junio, Mendoza registraba un total de 20.962 empleadores asegurados y 391.556 trabajadores que desarrollaban sus tareas en Unidades Productivas, y en febrero, registraba un total de 21.435 empleadores asegurados y 410.946 trabajadores que desarrollaban sus tareas en Unidades Productivas. Lo que implica un total de 19.390 empleados menos.
Los datos muestran la cantidad de firmas en el mercado asegurador, es decir, las que tienen trabajadores formales con cobertura. Por lo tanto, la baja en los números implica necesariamente que, o las empresas pasaron a la informalidad, o cerraron definitivamente.
El mes más complejo
Al inicio del año, los datos de la SRT mostraban que Mendoza tenía un total de 21.522 compañías, 560 quedaron en el camino hasta el último dato disponible (junio); y en medio, mayo fue el mes en el que se registraron mayores pérdidas, con un total de 513 empresas menos que en febrero, y 600 menos que en enero.
Si se comparan los datos de junio de este año, con los números registrados al mismo mes del año anterior (21.668), se advierte una pérdida de 706 firmas empleadoras.
Efecto pandemia
El economista Sebastián Laza, asesor del ministerio de Economía, indicó que, en mayor medida, el cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo es atribuible a la pandemia. “Es lo que está pasando en la gran mayoría de las provincias. En Mendoza, se ha logrado mantener funcionando el grueso de las actividades. Si bien, por la situación recesiva de la economía, las unidades productivas venden menos, la gran mayoría permanecen abiertas, y ése es un esfuerzo que está haciendo el gobierno de Suárez (el gobernador de la provincia). En segundo lugar, hemos largado Mendoza Activa, otro esfuerzo grande por el que se subsidian en hasta un 40% los puestos productivos, o de la construcción, que también van a ayudar a generar puestos de trabajo o a mantener los actuales”, agregó.
Para el economista José Vargas, titular de Evaluecon, los datos de pérdidas de unidades productivas y de empleo responden en un 80% a los efectos de la pandemia, pero también se relacionan con factores previos, como una “mala política económica”, y “la falta de un escenario a mediano y largo plazo que (antes de la pandemia), pudiera indicar mejoras en la economía”.
El especialista señaló que estas variables van en sintonía con la pobreza en Mendoza (41%) y el colapso en los programas de ayudas sociales como el IFE (más de 350 mil mendocinos). “Si los números de la SRT incluyeran al empleo en negro, la pérdida de puestos laborales sería mucho mayor”, advirtió.
“Hasta mediados de marzo, la crisis puede adjudicar a la política económica y, después de eso, el impacto se relaciona de lleno con la pandemia. Probablemente, en los últimos dos años, muchas unidades productivas no estaban estables, y la pandemia les dio el último golpe de gracia”, opinó.
Entre las variables a considerar, señaló que se potencian una serie de situaciones relacionadas a la alta presión tributaria, una inflación que rondó el 50%, las altas tasas de interés y el escaso financiamiento. A esto se suma una caída de la demanda importante. “Está claro que la situación no era la mejor pre pandemia. Los cepos y el congelamiento resultaron un combo bastante importante para muchos sectores”, cerró.
Caídas por rubros
En el rubro “servicios de transporte y almacenamiento”, se observan las mayores pérdidas de empresas, ya que mientras que para febrero se contaba con 2.539 unidades productivas, a junio el número superaba escasamente las 2.400. Así, la pérdida fue de 130 firmas.
Le siguen en menor medida los “servicios de alojamiento, y servicios de comida”, con 77 firmas menos desde febrero (2.539) hasta junio (2.409). En tercer lugar, el sector de “comercio al por mayor y al por menor; y reparación de vehículos automotores y motocicletas”, perdió 64 firmas empleadoras, pasando de 5.226 en febrero a 5.162 en junio; y muy de cerca, le sigue la “construcción”, con 62 empresas menos (915 unidades productivas en febrero y 853 en junio).
Empresas mendocinas
El vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), Adolfo Brennan, señaló que el sector comercial cierra agosto con una caída de ventas interanual del 20% promedio. Además, aclaró que la baja es mucho más profunda si a ese número se le restan los artículos esenciales.
“Rubros como indumentaria, calzado y accesorios, son los que mayores caídas en la facturación muestran, y también los que mayor cantidad de locales tienen. Estos mantienen bajas del 50% en las ventas”, comentó.
El empresario indicó que los negocios se descapitalizaron por la pandemia, y perdieron una fuente de financiamiento extra, que resultaba del pago a 60 o a 120 días a proveedores. “Cuando compraban la última temporada, los comercios estaban pagando la anterior, ahora se pide el pago por adelantado”, señaló.
En este marco, el empresario ponderó el programa Mendoza Activa, que permite a los comerciantes recuperar el 40% de lo que inviertan en capital de trabajo. Según datos del Ministerio de Economía, en este rubro se han presentado proyectos de inversión por más de $221,6 millones, con reintegros estimados, a través de aportes no reembolsables, en poco más de $70 millones. Vale destacar que el rubro comercial, en el marco del programa, se encuentra en cuarto lugar, después de los sectores de construcción ($1.678 millones), industria ($700 millones), y maquinaria ($373,5 millones).
En tanto que Daniel Ariosto, presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, y empresario del sector hotelero y de viajes, señaló que antes de la pandemia se había advertido al Gobierno que “la estructura impositiva era abusiva, y avanzaba en hasta un 60% sobre los ingresos de las empresas” (impuestos nacionales, sobre todo).
El empresario señaló que mes a mes se va a ir acentuando la caída de la actividad económica, debido a que el Gobierno nacional cree que encerrando a la gente y disminuyendo la actividad económica, puede dominar a la enfermedad, cuando no puede hacerlo. “Tenemos que aprender a vivir con ella (la pandemia), abrir los cielos, abrir las fronteras. Mendoza es una provincia encerrada hacia sí misma y eso es negativo. Debemos respetar los protocolos, pero abrirnos para poder desarrollar las actividades, porque éste es un año particular, que se ha empeorado por las medidas económicas que se tomaron. Hay actividades que serán las últimas en abrirse, pero si no se van abriendo, la baja será mucho mayor”, cerró.
Por su parte, el Consejo Empresario Mendocino (CEM) evaluó la situación de las firmas mendocinas en su último informe sobre las finanzas provinciales, pero poniendo en relieve el escenario previo a la pandemia:
“La última década se desarrolló en un escenario macroeconómico complejo, caracterizado por estancamiento económico (Mendoza creció apenas 0,2% anual promedio, entre 2010 y 2019), alta inflación y un pobre desempeño de componentes clave de la demanda agregada, como la inversión y las exportaciones. Como consecuencia, el sector privado no creó empleo, observándose también una caída del ingreso por habitante. Este contexto macroeconómico impactó de lleno en las economías provinciales, coronando una década agobiante para el sector productivo. En ese contexto, el Covid19 encontró a la economía mendocina en una situación de manifiesta debilidad”, señalaron.
En el mismo período, el Estado provincial creció 40% en términos relativos, pasando de 17% del Producto Bruto Geográfico (PBG) en 2010, a casi un 24% en 2019. En tanto que la presión tributaria efectiva pasó de 3,8% a 6,4% del PBG en 10 años (con un aumento significativo en 2012). No obstante, el CEM destacó el “ordenamiento de las cuentas fiscales” que se alcanzó entre 2016 y 2018, que permitió alcanzar un superávit corriente (8,1% de los recursos), y un déficit operativo mínimo del 1,5%, el más bajo del período analizado.
El análisis se hace necesario para entender el impacto del Covid-19 sobre las cuentas provinciales. Una brusca contracción de los recursos fiscales durante la cuarentena es, de acuerdo con el CEM, un reflejo de la situación que experimentan familias, trabajadores y empresas del sector privado.
“Superada la coyuntura actual, es necesario generar una agenda que priorice la producción y el empleo privado como bases del crecimiento y desarrollo de Mendoza, recreando un clima de negocios propicio para las inversiones. Para ello es necesario ampliar y diversificar la matriz productiva, permitiendo el desarrollo minero en las zonas donde exista consenso social”, reclama el informe.