Mendoza es la tercera provincia donde más gente busca un nuevo o segundo empleo

De la población económicamente activa local, casi 1 de cada 4 personas empleadas buscan otro ingreso. Algunas razones de este fenómeno son la mayor actividad económica y los sueldos bajos.

Mendoza es la tercera provincia donde más gente busca un nuevo o segundo empleo
Por la alta tasa de empleo y los bajos sueldos, Mendoza es la tercera provincia del país en el que más personas buscan un segundo o tercer trabajo.

El informe más reciente de indicadores socioeconómicos del Indec muestra que Mendoza se encuentra bastante por debajo de la media nacional en cuanto a desocupación, con un 4,6%. Pero también, que presenta un alto porcentaje de ocupados que están buscando otro empleo: 23,9%, lo que ubica a la provincia en el tercer puesto en el país. A ellos, se suma un 12,9% de subocupados demandantes, es decir, personas que trabajan menos de 35 horas por semana y buscan trabajar más.

En el tercer trimestre de 2022, el Gran Mendoza había alcanzado el 23,1% de ocupación demandante y subió al 23,9% en el último trimestre del año pasado. Sólo está precedido por Gran Córdoba, con 27,4%, y Gran Tucumán-Tafí Viejo, con 25,6%. Esto significa que casi el 24% del total de la población económicamente activa que tiene un empleo en la provincia está buscando otro. El porcentaje se encuentra bastante por encima de la media de los 31 conglomerados relevados en todo el país, que es del 15,4%.

Los datos también evidencian que la provincia tiene niveles altos de subocupación demandante, con un 12,9%, cuando la media nacional es del 7,1%. En esta categoría, el Gran Mendoza ocupa el segundo puesto, después de Gran Córdoba, que tiene 13,7%. Esto implica que hay personas que tienen una ocupación que les demanda menos horas que las 35 semanales, pero que desearían trabajar más.

Cuando esto se lleva a números, también según el informe sobre el “Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos”, que el Indec elabora en base a la Encuesta Permanente de Hogares, en el cuarto trimestre de 2022 había 128 mil mendocinos que tienen un empleo, pero están buscando otro y 83 mil subocupados (en este caso, tanto interesados en trabajar más horas como no). Como contraparte, apenas había 23 mil desocupados.

Altas tasas de actividad y empleo

Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía y Energía de la provincia, comentó que desde el Gobierno rescatan que Mendoza tiene altas tasas de actividad (el porcentaje de la población económicamente activa dentro de la población total) y de empleo. Y acotó que ambas están entre las más altas del país.

Efectivamente, también de acuerdo con las cifras del Indec, en el Gran Mendoza la tasa de actividad alcanza el 51,3%, cuando la media del total de los 31 aglomerados relevados es de 47,6%, y es la segunda más alta, después de CABA (54,7%). Y la de empleo de la provincia se ubica en 49,1%, mientras el promedio nacional es de 44,6% y, con respecto a este indicador, Mendoza también se ubica en el segundo lugar, después de CABA (52,5%).

Esto, analiza Laza, implica que hay una alta proporción de la población que está activa y que consigue empleo, y sumó que el número de personas que están empleadas o subempleadas y buscan otra actividad laboral es consecuencia de que Mendoza genera expectativa de que van a encontrar un trabajo. En ese sentido, indicó que hay otras provincias en las que estas tasas de actividad y empleo son más bajas, y la gente directamente no sale a buscar, por un efecto desaliento, lo que hace que los indicadores de empleo y subempleo demandante se mantengan en niveles menores.

Vitivinicultura. Foto: Mariana Villa / Los Andes
Vitivinicultura. Foto: Mariana Villa / Los Andes

La más reciente Encuesta de Indicadores Laborales, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, arrojó que Mendoza es la segunda provincia del país con mayores expectativas de contratación. El relevamiento se realizó en enero y el 9,5% de los empresarios consultados respondió que planeaba ampliar su dotación de personal en los próximos tres meses. Por otra parte, sólo 2% esperaba tener que reducir su planta de personal.

Estos valores presentaban una mejora con respecto a los resultados del relevamiento de noviembre del año pasado, cuando el 8,6% de los empleadores estaba pensando que iba a contratar más gente, pero el 5,5% anticipaba que iba a tener que despedir colaboradores. De esta manera, la expectativa neta de contratación -la diferencia entre quienes planeaban aumentar y quienes pensaban reducir su planta de personal- pasó del 3,1% en el penúltimo mes de 2022 al 7,5% el primer mes de 2023.

El presidente de la Federación Económica de Mendoza, Alfredo Cecchi, comentó que es importante tener en cuenta que, cuando crece el empleo a nivel nacional, en Mendoza se incrementa por debajo de ese promedio, y que cuando decrece en el país, en la provincia la caída es más profunda.

Subrayó que esto no sólo sucedió durante la pandemia, sino que viene ocurriendo desde hace un tiempo y consideró que responde a un agotamiento de la matriz productiva. En el pasado, detalló, la actividad petrolera tenía una marcada participación en el Producto Bruto Geográfico, pero fue perdiendo ese rol fundamental en la economía y ahora la vitivinicultura es la principal.

Cecchi coincidió en que hay expectativas de generación de nuevos puestos de trabajo porque el comercio y la industria se han sostenido, por diversas razones, como el turismo, cuestiones estacionales y el cierre de las importaciones. Pero también señaló que las leyes laborales y la incertidumbre provocan que los empresarios tengan mucho temor de tomar un empleado, lo que provoca que varios cuenten con menos personal del que necesitan.

Comercio. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Comercio. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Bajos salarios

Sin embargo, hay otra posible interpretación con respecto a las altas tasas de empleo y subempleo demandante, que se vincula con el nivel de los salarios. Nicolás Aroma, economista asesor del PJ, planteó que, de los precios importantes de la economía, los sueldos son los que están más atrasados y esto hace que quienes tienen un empleo estén buscando otro, porque muchos no tienen ingresos suficientes para cubrir la canasta.

En el caso específico de Mendoza, comentó que los salarios están bastante por debajo del promedio nacional, con la excepción de Malargüe, que tiene una media superior. Así, detalló que el sur del país encabeza el ranking; CABA, Córdoba, Santa Fe y el norte de la provincia de Buenos Aires tienen buenos ingresos; y hay un sector medio, en el que se encuentra Mendoza; para pasar a las provincias con ingresos más bajos, en el norte y, fundamentalmente, noreste del país.

La razón por la que la provincia esté entre las de salarios inferiores, analizó Aroma, es que las actividades más importantes que se desarrollan en Mendoza pagan sueldos ajustados. Los de la agroindustria, y en especial la vitivinicultura, están muy por debajo de los de otros rubros. Y tampoco son altos los de la gastronomía y el turismo. Si bien resaltó que diversifican la matriz productiva, señaló que tiran hacia abajo el promedio de ingresos.

Sumó que los salarios públicos también se encuentran por debajo de la media nacional. De hecho, cuando se comparan los sueldos de noviembre del sector privado registrado de Mendoza, de acuerdo con los datos del Centro de Estudios para la Producción (del Ministerio de Economía de Nación), la provincia está en el puesto diez entre las de niveles más bajos, pero cuando se consideran los salarios públicos y privados cae al séptimo lugar.

El CEP toma datos de AFIP sobre salario bruto promedio y arrojan que, en Mendoza, los trabajadores del sector privado formal tienen un sueldo de $166.065. Esto es, muy por debajo de los de Santa Cruz ($335.398), Neuquén ($318.395) o Chubut ($309.852); pero también inferior al de otras provincias con las que suele compararse, como Buenos Aires ($201.564), Santa Fe ($191.579) o Córdoba ($178.362).

De hecho, las que se encuentran “por debajo” de Mendoza son Jujuy ($163.620), Corrientes ($156.400), Formosa ($155.881), La Rioja ($155.565), Catamarca ($154,588), Chaco ($148.980), Misiones ($145.367), Tucumán ($145.168) y Santiago del Estero ($130.382).

Y cuando se toman los salarios registrados tanto del sector privado como del público, el ingreso promedio de los mendocinos fue de $168.609 en noviembre de 2022, pero este valor lleva a que sólo tenga seis provincias con sueldos medios más bajos: Chaco ($166.755), Catamarca ($164.233), Jujuy ($140.152), Tucumán ($135.510), La Rioja ($133.878) y Santiago del Estero ($122.563).

Aroma consideró que esto se debe a la falta de dinámica de la economía de Mendoza y acotó que hay un cierto consenso en que la provincia no crece y que es importante identificar las causas, porque los salarios son un motor económico. Añadió que la contracara de las políticas de austeridad -que vienen implementando el Gobierno provincial y, en los últimos meses, el nacional, para intentar acomodar las cuentas- es que llevan a una ralentización de la economía. Y advirtió que, si el ajuste se sostiene, se va a llegar a una situación de recesión con inflación.

En cuanto a la evolución de los salarios, en noviembre de 2014 -el año más antiguo disponible en la plataforma del Centro de Estudios para la Producción-, Mendoza se encontraba en la mitad de la lista de salarios brutos promedio del sector privado, con 11 provincias con sueldos más altos y 12 por debajo. Es decir, que cayó cuatro puestos en el ranking en siete años. Y cuando se consideran los ingresos del sector público y privado registrado, los empleados mendocinos estaban en el puesto 14 -desde los más bajos hacia arriba-, y ahora en el 7, con lo que la caída fue mayor.

Petróleo. Foto: José Gutiérrez
Petróleo. Foto: José Gutiérrez

El titular de la FEM, Alfredo Cecchi, comentó que Mendoza tiene uno de los sueldos más bajos del país y que esto responde a que la matriz productiva está agotada. En este sentido, consideró que se debe dar un fuerte impulso a la economía del conocimiento y a las energías renovables, como también a proyectos como Potasio Río Colorado, Hierro Indio y Cerro Amarillo.

Pero que, para seguir creciendo, la provincia necesita energía, ya que, si hoy una empresa grande quiere instalarse, se encontraría con una limitación energética. Lo mismo sucede, amplió, con el agua, que es un obstáculo para la llegada de nuevos emprendimientos, por lo que planteó que es fundamental hacer un mejor uso de este recurso. Asimismo, indicó que hay condiciones macroeconómicas que dificultan las nuevas inversiones, como las restricciones cambiarias, que bloquean la posibilidad de que un inversor foráneo pueda llevarse ingresos.

El economista Jorge Day, del Ieral (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea), comentó que los salarios dependen mucho de la actividad de cada provincia: las que son predominantemente petroleras tienen sueldos más altos y CABA, por estar cerca del puerto, albergar las oficinas del Gobierno nacional y las casas matrices, también. Y quienes trabajan en las más alejadas, con la excepción de las petroleras, suelen recibir pagas inferiores.

En el caso de Mendoza, si bien tiene una economía más diversificada, se encuentra lejos de los puertos y no cuenta con una actividad principal muy rentable, al tiempo que la producción de hidrocarburos va en descenso. De ahí que no hay un rubro que empuje los salarios fuertemente.

Mientras que el agro en la región pampeana está muy mecanizado, planteó Day, por lo que demanda pocos trabajadores y se les paga muy bien, la agricultura en la provincia es muy intensiva en mano de obra, pero no genera grandes márgenes, de modo que la paga es, en comparación, baja.

Por debajo de la canasta básica

El economista José Vargas expresó que las tasas de ocupación y subocupación demandantes responden a que los trabajadores de la provincia están buscando un segundo y hasta un tercer empleo, porque el costo de la canasta básica oficial está por encima de los $160 mil y las mediciones privadas, como las que su consultora realiza, superan los $200 mil. Como el salario promedio -del sector público y privado, formal e informal- fue de $121 mil en febrero, es casi la mitad de lo que una familia típica necesita para vivir en condiciones dignas.

Evaluecon realiza un relevamiento mensual de los ingresos que demanda una familia tipo mendocina, de dos adultos y dos niños, para no sentirse pobre. En febrero, esa canasta básica total alcanzó los $225.600 e incluye: $87.000 de alquiler, $7.900 de impuestos y servicios, $67.000 de alimentos y bebidas (también limpieza y perfumería), $35.000 de indumentaria, $9.100 de atención médica y gastos para la salud, $16.800 de transporte (sólo de colectivos, no de vehículos), $21.000 de gastos de educación (sin incluir cuotas de colegios privados ni transporte escolar) y $9.100 de gastos varios.

La CBT que releva la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia fue, en febrero, de $164.509,82. Y resulta difícil hacer una comparación con el salario promedio “oficial”, porque los datos de Nación más recientes corresponden a noviembre y no contemplan los ingresos del sector informal, cuya actualización, según datos de Indec para todo el país, ha quedado muy por debajo de la que han tenido los sueldos del sector registrado.

Vargas sumó que en los tres primeros meses del año ha crecido un 30% la cantidad de trabajadores que están buscando un segundo y hasta un tercer empleo, y que es muy difícil que lo consigan en el sector formal. De ahí que muchos, para poder alcanzar un nivel de ingresos que les permita cubrir las necesidades básicas optan por trabajos alternativos, virtuales, “free lance”, informales o por hora. El economista resaltó que se necesitan más de dos salarios promedio para cubrir esa canasta que se denomina “digna”.

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