El 2020 trajo enormes desafíos al Gobierno Provincial en el manejo de las cuentas públicas. Según un informe elaborado por el Consejo Empresario Mendocino (CEM), los recursos corrientes cayeron un 14% interanual en términos reales, afectados por la retracción del 10% en la actividad económica. En ese marco, el Estado se vio obligado a hacer grandes ajustes en sus gastos. De hecho, el estudio advierte que entre enero y setiembre se ejecutó apenas el 41% de los presupuestado en erogaciones de capital (principalmente obra pública).
La buena noticia es que los resultados fiscales proyectados para el total del 2020 son bastante alentadores, teniendo en cuenta los enormes desajustes económicos que provocó la pandemia. “Estimamos que este año, signado por la pandemia y la contracción económica, cerrará con un superávit corriente en torno del 1% y un déficit operativo que rondará el 2,5% de los recursos corrientes”, indica el informe firmado por el presidente del CEM, Federico Pagano, la Gerente General, Silvia Jardel y el asesor económico del Consejo, Gustavo Rivarola.
Quiebre de tendencia
Si bien el 2020 fue un año atípico que tiró toda perspectiva de crecimiento por el piso, el Ministro de Hacienda y Finanzas de Mendoza, Lisandro Nieri, se mostró satisfecho por los resultados fiscales y el ordenamiento de las cuentas públicas. “Este año, a pesar de ser un año con caída de recursos del 15% (el CEM estima una baja del 14%), apuntamos a cerrar con resultado corriente equilibrado, con una caída cercana al 2%”, apuntó.
Por otro lado, el funcionario destacó que “en 2020 se pudo mantener la tendencia de mejora lograda a partir del punto de quiebre, que se dio en el 2016”. Puntualmente, el funcionario habló de mejoras en la eficiencia del Estado (menos mano de obra ociosa), reducción de la presión impositiva y aumento de las erogaciones de capital, entre otros aspectos. El informe del CEM detalla qué pasó en cada uno de esos puntos y permite sacar conclusiones propias de la realidad de la Provincia.
Presión impositiva
El ministro de Hacienda aseguró que una de las prioridades del Gobierno Provincial es continuar con la reducción de la presión tributaria iniciada años atrás. “Vamos más lento de lo que quisiéramos, pero seguimos bajando impuestos. Incluso fuimos una de las cinco provincias que cumplieron con el consenso fiscal”, subrayó.
¿Qué dicen las estadísticas? Según el estudio del Consejo Empresario Mendocino, la presión tributaria provincial fue creciendo de manera continua hasta el 2017, llegando a representar el 7,9% del PBG en 2017. A partir de entonces comenzó a bajar, cayendo a 7,3% en 2018, a 6,9% en 2019 y a 6,6% en 2020 (dato estimativo). Eso quiere decir que sí existe una baja real de la presión tributaria en Mendoza (se bajaron alícuotas de Ingresos Brutos y se otorgaron bonos fiscales). Sin embargo, el resultado de este año aún está muy lejos de alcanzar del 3,8% de presión fiscal que existía en el 2010.
En vistas a esta situación, Nieri advirtió que en los próximos años se seguirán reduciendo impuestos. “En 2021, más allá de los programas de estímulo a la economía, continuaremos con la baja de alícuotas de Ingresos Brutos. Reducimos, por ejemplo, el 50% de la carga al turismo, la gastronomía y la industria audiovisual”, explicó.
Por otra parte, Lisandro Nieri indicó que el Gobierno Provincial está trabajando junto a los municipios para “armonizar el sistema del código tributario”. Dicho de otra forma, buscan que todos los departamentos cobren los mismos impuestos. Lo que está fuera del control de Estado, es cuánto cobra cada municipalidad por cada uno de esos tributos. “La presión en sí es facultad de cada municipio”, aclaró el ministro de Hacienda y Finanzas de Mendoza.
Planta de personal
Otro eje central del ajuste realizado por el Estado Provincial en los últimos años ha sido la planta de personal. Según el CEM, entre el 2009 y el 2015 la cantidad de mano de obra empleada por el Gobierno creció de manera constante, pasando de 92.587 a 113.437 trabajadores en el total de los seis años. A partir del 2016 comenzó a bajar, hasta ubicarse en 105.994 personas.
El ajuste le permitió al Gobierno pasar de destinar el 64,5% de los recursos corrientes a pagos de salarios en 2015 a destinar el 55% en 2020.
El ministro Nieri explicó que el objetivo es tener la dotación de personal necesaria. “El Estado estaba claramente sobredimensionado. Se usaba la contratación de personal, pero no acorde a las necesidades de prestación de servicio. Cuando se ve que ha bajado la planta de personal, se ha hecho en lugares en los que no se ha visto afectada la prestación de servicios”, comentó.
En vista a futuro, opinó que se debe apuntar a tecnificar el Estado en la parte administrativa. “Esto permitirá que haya mano de obra más calificada y mejor remunerada en el Estado”, señaló.
Obra pública
Sin lugar a dudas, uno de los golpes más grandes de la pandemia se dio sobre la obra publica. El estudio del Consejo Empresario Mendocino explica que, en un período caracterizado por el deterioro del resultado corriente, las erogaciones de capital promediaron 12,7% de los recursos corrientes en 2010-2011 (generando un elevado déficit de capital) y cayeron luego a 7,1% entre 2012 y2015, sin responder a las reales necesidades de inversión de largo plazo.
“Desde 2016, el mayor orden fiscal permitió ir aumentando las erogaciones de capital hasta alcanzar el 10,6% de los recursos corrientes en 2019. Sin embargo, este año, marcado por la contracción de la actividad económica y de los recursos fiscales como consecuencia de Covid-19, viene mostrando una merma importante en las erogaciones de capital, que han sido del 5,7% de los recursos corrientes hasta setiembre de 2020 (7% en los últimos 12 meses), muy por debajo del 8,1% presupuestado. Al finalizar el tercer trimestre, se había ejecutado solo el 41% del presupuesto para esta partida”, advierte el estudio.
Lisandro Nieri reconoció esta situación y aseguró que se trata del ajuste más sensato que pudo hacer el Estado en este contexto. “El tener un nivel importante de inversión pública te permite en un año de crisis razonable, bajar un punto la obra pública y así lograr un resultado acorde”, sostuvo.
En este sentido, los números no respaldan del todo las palabras del ministro, dado que la baja medida por el CEM no es de un punto porcentual, sino de cinco. De todas formas, el funcionario subrayó que el eje del presupuesto del año que viene es la inversión, junto por supuesto con la salud. “También hay que estimular la inversión privada y la inversión en recurso humano”, agregó.
Déficit que preocupa
Los ajustes realizados por el Gobierno en los últimos años se trasladaron a mejoras en las cuentas públicas, pero los resultados están aun muy lejos de ser “ideales”. El estudio del CEM plantea que la provincia acumula más de una década de déficit operativo. “Todos los años bajo estudio verificaron déficits operativos, con un deterioro paulatino a través de los años, hasta alcanzar el máximo déficit en 2015, equivalente a 13,5% de los recursos corrientes. Desde 2016 un mayor orden fiscal permitió mejorar los números fiscales hasta alcanzar un déficit operativo de 1,5% de los recursos corrientes en 2018, el menor de la década”, señala el informe.
De acuerdo al análisis de Gustavo Rivarola, Silvia Jardel y Federico Pagano, el ahorro corriente generado permitió financiar una porción significativa de las erogaciones de capital. Aun así, recordaron que en 2019 el déficit operativo aumentó hasta 9,7%.
“Este año, signado por la pandemia y la caída de la actividad económica, estimamos un superávit corriente en torno del 1% y un déficit operativo que rondará el 2,5% de los recursos corrientes. La respuesta final dependerá del comportamiento de los gastos corrientes y de la inversión pública en el último trimestre del año”, apuntaron.
Pese a esto, el ministro de Hacienda insistió en que el balance del 2020 es “auspicioso”, sobre todo si se hace una mirada de largo plazo. “Se sostiene el quiebre absoluto de tendencias, de la presión impositiva y del resultado corriente”.