Al momento de resguardar los ahorros y buscar generar un dinero extra cada mes, los argentinos contamos con varias opciones. Entre los más tradicionales y de menos riesgo podemos nombrar el plazo fijo o la compra de dólares. Pero también tenemos un instrumento como un Fondo Común de Inversión (FCI) que nos puede asegurar rendimientos superiores, pero con un riesgo superior.
Para aquellos que no cuentan con conocimientos necesarios para invertir en el mercado bursátil o algunos más complejos, pero que quieren escapar de las herramientas tradicionales, los FCI son una gran alternativa.
Qué es un Fondo Común de Inversión
Si vamos a la definición técnica o la de los libros, un Fondo Común de Inversión es un instrumento de inversión colectiva compuesto por diferentes activos financieros (por ejemplo, acciones, bonos, plazos fijos, etc.). Aunque el concepto sueñe complicado, es más sencillo de lo que parece.
La inversión colectiva implica que muchas personas, de forma individual, coloquen su plata en una misma inversión con el objetivo de que esa sumatoria de dinero les permita obtener una ganancia mayor, que luego se repartirá de forma proporcional a lo que cada inversor aportó inicialmente.
Todo el dinero del FCI es administrado por un grupo de expertos en inversiones, acciones, bonos u otro elemento. Esos especialistas buscarán alcanzar un objetivo de ganancia con esa plata. Por ejemplo, si somos tres personas las que invertimos en el FCI, pero una aportó 5, otro 3 y el último 2, al momento de recibir la ganancia estimado (supongamos que es del 50%), el primero recibirá 5+50%, el segundo 3+50%, y el tercero 2+50%.
Quiénes pueden participar de un Fondo Común de Inversión
Cualquier persona que quiera participar de un Fondo Común de Inversión puede hacerlo. Estos inversores reciben el nombre de cuotapartistas y quien administra el fondo se llama Administrador de Carteras de Inversión. También se denominan sociedad depositaria a los primeros y sociedad gerente a los segunda. Cuando una persona accede a un FCI se llama suscribir una cuota parte y venderla es rescatar.
Cada inversor, al momento de suscribir una cuota parte debe definir su perfil de inversor, el que puede ser moderado, conservador o arriesgado. Luego, se debe determinar el tiempo de la inversión, el cuál puede ser desde días hasta años. Algunos FCI permiten iniciar la inversión desde $1 y liberar las ganancias al instante. Un ejemplo de esto son las billeteras virtuales, como Mercado Pago, Ualá, entre otras.
La Comisión Nacional de Valores (CNV) es el organismo que tiene a su cargo el registro, control y regulación de los FCI, de las sociedades gerentes y depositarias, en todo el territorio de la República Argentina. En este sentido, cada FCI, como cada sociedad gerente y depositaria debe contar con previa autorización de la CNV para poder funcionar como tal.
Fondo Común de Inversión o Plazo Fijo, ¿qué conviene más?
La elección del instrumento depende totalmente de las preferencias del inversor, como el riesgo que se desee asumir, el tiempo que se desee tener la plata inmovilizada, los rendimientos esperados, etc.
En el primero de los casos, los rendimientos no son estrictamente fijos, sino que dependen de varios factores como la evolución del mercado financiero, los activos en los que invierta el fondo, etc. En la Cámara Argentina de Fondos Comunes de Inversión (CAFCI) encontramos comparador de fondos que nos permite dividirlos por temática y conocer sus rendimientos, los cuales pueden ser superiores a los de un plazo fijo.
En tanto, en el plazo fijo encontramos una ganancia o renta fija que al mes de octubre de 2022 es de 75% anual para las imposiciones a 30 días hasta 10 millones de pesos, de acuerdo a lo establecido por el Banco Central de la República Argentina.
Como lo mencionamos anteriormente, los FCI implican más riesgo que un plazo fijo, ya que los porcentajes de rentabilidad de los fondos son estimaciones, lo que no implica que efectivamente se cumpla. Así mismo, en los plazos fijos, el riesgo asumido es casi nulo, ya que, a pesar de que la entidad financiera quiebre, el BCRA cuenta con un seguro en caso de que la empresa no pague. En tanto, FCI no es un depósito, por lo que no cuenta con dicho seguro, aunque están regulados por la Comisión Nacional de Valores.