Mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, encaró personalmente las gestiones para tratar de alcanzar un acuerdo con el Club de París que permita refinanciar la deuda de U$S2.400 millones, el Banco Central (BCRA) volvió a sufrir los embates de un mercado que puja por conseguir dólares ante las nuevas restricciones que trajo el “dólar Qatar”.
En el marco de su nueva gira por los Estados Unidos, Massa mantuvo un primer mano a mano con el secretario general del Club de París, Emmanuel Moulin, y confirmó que a fin de mes viajará a Francia para avanzar con las negociaciones.
El funcionario destacó el contacto con Moulin “para avanzar en la resolución de la agenda multilateral argentina”. Y según se informó oficialmente, el 27 y 28 de octubre estará en París para tratar de definir un entendimiento.
Los compromisos pendientes con el Club de París constituyen uno de los escollos más importantes en el frente de la deuda externa. Incluso, el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) mencionó el tema en las conclusiones sobre la segunda revisión del programa que solicitó la administración de Alberto Fernández para refinanciar la deuda por U$S45.000 millones que tomó su antecesor Mauricio Macri.
En el board del Fondo reclamaron un “enfoque proactivo de gestión de la deuda” y “esfuerzos de buena fe, de todas las partes, para asegurar una reestructuración exitosa de la deuda del Club de París”. “Garantizar que los socios internacionales cumplan con los compromisos de financiación también es fundamental para respaldar los objetivos clave del programa”, advirtieron.
Massa retomará la hoja de ruta que emprendió Martín Guzmán, quien logró diferir los pagos pendientes hasta el 2024 y tenía previsto coronar un acuerdo a fines de junio. Claro que todo quedó en stand by con su renuncia.
Según precisó la agencia estatal Télam, la expectativa del titular de Hacienda es cerrar un entendimiento que permita extender plazos y reducir la tasa de interés anual, que actualmente es del 9%. Ese porcentaje incluye una penalidad por la demora en los pagos de los últimos años.
El encuentro entre Massa y Moulin se realizó en las instalaciones del FMI en Washington. Escoltaron al funcionario el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein; el titular del Indec, Marco Lavagna; el jefe de asesores Leonardo Madcur y el director del Banco Central, Lisandro Cleri. También participó el director argentino ante el FMI, Sergio Chodos.
Por lo pronto, el estado de situación en el complejo escenario cambiario que transita la Argentina desdibujó el alentador avance de Massa para superar las dificultades crediticias. El jueves, con la demorada puesta en marcha del dólar Qatar el Banco Central tuvo que volver a desprenderse de reservas y esas ventas oficiales empiezan a ser una tendencia que preocupa.
La autoridad monetaria que conduce Miguel Pesce liquidó U$S60 millones y, en lo que va del mes, colocó un total de U$S228 millones para satisfacer la demanda en la plaza cambiaria, que volvió a tomar fuerza ante las nuevas restricciones.
“Los operadores monitorean de cerca la respuesta tras el nuevo ‘dólar tarjeta’, toda vez que se prevé que dicha referencia vaya a establecerse en el tiempo como el piso”, apuntó el economista Gustavo Ber en referencia a la nueva cotización que partió sobre los 314 pesos.
El dólar Qatar, que se aplicará para los gastos con tarjeta que superen los 300 dólares para pagar consumos en el exterior, incluidos los pasajes y paquetes turísticos, pasó a ser la referencia en la plaza cambiaria.
En la víspera volvió a predominar la presión sobre los dólares libres. El informal Blue avanzó otros $2 y terminó a $291, y el Contado Con Liquidación (CCL) subió $6,5 y quedó a un paso de los $314 y el MEP ganó $4,9 para cerrar en 299,4 pesos.
El titular de la AFIP, Carlos Castagneto, esgrimió una serie de argumentos para justificar el refuerzo del cepo. Primero recordó que es una medida “para cuidar las reservas y potenciar la producción” pero luego apuntó a la gestión de Cambiemos, al señalar que “los activos externos formados entre 2016 y 2019 se han vuelto un gran impedimento para el desarrollo económico de nuestro país” y que “la ausencia de cualquier tipo de restricciones, permitió que durante ese período se produjera una fuga de capitales por más de U$S86.000 millones”.