En mis recientes visitas a PyMEs de toda la Provincia vengo dialogando con sus dueños o gerentes. Ante mi pregunta de qué necesitan para crecer más, en todos los casos se repite una serie de necesidades: menor presión impositiva, recursos humanos y más financiamiento.
Teniendo la certeza de que necesitamos crecer, y que la única forma de hacerlo es a través del crecimiento de las empresas existentes y el nacimiento de muchos nuevos emprendimientos, nuestra obligación es trabajar en cada una de las demandas de los empresarios para facilitarles la generación de más y mejores negocios. Son muchos los aspectos a mejorar y las reformas a realizar para mejorar el clima de negocios en nuestro país.
Ninguno impactará por sí solo, pero trabajando en mejorar y agilizar cada uno de los ítems que hacen a la vida de una empresa sin lugar a dudas tendremos resultados positivos. Y eso abarca desde la velocidad en la creación de una sociedad hasta la contratación de empleados, permisos municipales –como altas de comercios o de construcción–, disponibilidad de energía, simplificación y estabilidad tributaria, seguridad jurídica y, por supuesto, la disponibilidad y el acceso al financiamiento.
No podemos permitirnos seguir expulsando empresas de Argentina. No desconozco la necesidad de ser activos desde el estado en la distribución del ingreso, pero continuando en esta senda de estancamiento no hay nada para distribuir. Consolidación fiscal, independencia del Banco Central, unificación de tipos de cambio, reformas laborales e impositivas, políticas educativas, en concreto: un programa. Los resultados de la ausencia de programa están a la vista: tres años a la deriva profundizaron el deterioro de nuestro país hasta una situación intolerable.
Desde la órbita nacional es imperioso encarar las reformas que permitan comenzar a dejar atrás una realidad económica que atenta contra el sector privado. Primero, dejar de agredir, perseguir y atacar al empresario, entendiendo que sólo con empresas habrá crecimiento económico y, como consecuencia, mejoras para cada uno de los habitantes de nuestro país.
Desde la provincia debemos continuar y, en muchos casos, profundizar las reformas que permitan mejorar el clima de negocios. El orden fiscal alcanzado y su consecuente desendeudamiento permitieron mejorar los niveles de inversión pública. Ya con esa mejora en cantidad estamos trabajando y resta mucho por hacer en materia de la calidad de dicha inversión. Es prioritario enfocar la inversión en proyectos de alta rentabilidad social, y por eso escuchamos siempre al sector privado para dotarlo de la infraestructura que sus emprendimientos requieren. Se destaca en este punto el déficit de recurso humano, que es un gran punto a atender. Se debe continuar bajando la presión impositiva, sobre todo en cuanto a impuestos distorsivos. Pero eso no se logra con un postulado de campaña impracticable en la realidad. Es un trabajo que, para poder ser persistente en el tiempo, empieza en la eficiencia del gasto. La meta en ingresos brutos es ir a los niveles de 2,2% observados hasta 2010 (si se mide la relación impuesto sobre facturación declarada). La presión disminuyó un 21% desde su pico en el año 2015, pero queda mucho por mejorar aún.
Necesitamos un estado mucho más moderno y ágil, que simplifique en todos los aspectos el día a día al empresario y le permita concentrar sus esfuerzos en su negocio. Podemos mostrar muchos avances, pero es indiscutible que queda muchísimo pendiente.
Y la disponibilidad de más financiamiento y de mayor calidad es sin dudas condición necesaria para el desarrollo provincial. En un contexto de crecimiento, el acceso al crédito le permitirá a Mendoza crecer a mayor ritmo.
Por eso en el largo plazo veo factible y necesario un banco provincial.
Los malos antecedentes de los 90s, hayan sido por desconocimiento, por impericia o por corrupción, no pueden condenarnos a no volver a tener algún día un banco propio. Por supuesto, se deben tomar todos los recaudos necesarios para no repetir errores del pasado. Hoy la normativa que regula a entidades financieras es mucho más estricta y aporta en ese sentido. Por otro lado, tenemos en los últimos años muy buenos ejemplos a tomar. Se puede trabajar con seriedad. Se puede administrar un banco y realizar los estímulos para dotar a las empresas de la provincia de mejores condiciones desde el ejecutivo, que al estar ordenado puede destinar recursos a programas que fomentan la inversión y el trabajo (bonos fiscales, Mendoza Activa, Enlace, Enlazados, por listar algunos actuales).
Debemos pensar en este futuro banco como algo moderno, con mucha tecnología y poca estructura, tanto de infraestructura como de personal. Asimismo, el banco iría de menor a mayor, conviviendo durante años con un agente financiero.
Dicho todo esto, se trata de un proceso muy largo para los tiempos de las pequeñas y medianas empresas. Por ello, en el mediano plazo la respuesta al financiamiento vendrá por fortalecer y capitalizar las herramientas existentes como aporte para hacer crecer y multiplicar PyMEs.
Las principales entidades, que están funcionando de forma eficiente, son tres:
- El Fondo para la Transformación y el Crecimiento: en 7 años, asistió a empresas locales en 8.600 créditos, por un monto total de 58.454 millones de pesos.
- La Sociedad de Garantía Recíproca Cuyo Aval: ofrece garantías a PyMEs para facilitar el acceso al crédito. En el año 2022 las garantías vigentes ascendieron a 3.122 millones de pesos y 607 operaciones.
- Mendoza Fiduciaria: estructura y administra fideicomisos para desarrollar negocios y potenciar actividades económicas. Destaca haber atendido a 25.000 beneficiarios desde 2020 a la fecha, por más de 40.000 millones de pesos, siendo Mendoza Activa el programa que concentra el 80% de las operaciones.
El fin de estas entidades es recibir las necesidades de los empresarios pyme y darles soluciones. Hoy nos enfocamos en fortalecer, capitalizar y trabajar de forma sinérgica, para que esas entidades sean una sola para la empresa, que llega con una necesidad y se va con una solución, independientemente de cómo se estructure. Se van con una respuesta para agrandar sus negocios.