Bodegas Chandon y Terrazas de los Andes, integrantes del grupo internacional LVMH, mantienen desde hace más de 60 años un marcado compromiso social y ambiental enfocado en el desarrollo, bienestar y seguridad de sus colaboradores y comunidades cercanas a sus operaciones en los departamentos de Luján de Cuyo y la región del Valle de Uco.
Todas las iniciativas se enmarcan bajo el programa global de desarrollo sostenible denominado “Suelos Vivos, Viviendo en comunidad”. El mismo se enfoca en el compromiso de cuatro ejes principales y de largo plazo: “Regenerar los suelos”, “Mitigar el impacto climático”, “Empoderar a colaboradores” y “Comprometer a la sociedad”.
Regenerar los suelos y preservar los recursos naturales
Los viñedos de Bodegas Chandon y Terrazas de los Andes están inmersos en un ecosistema desértico de montaña que es imperioso preservar. En sus 900 hectáreas distribuidas en las regiones vitivinícolas más destacadas de la provincia, apuntan a preservar el medio ambiente a través de una viticultura regenerativa, siendo las prioridades: mantener los suelos vivos, proteger y fomentar la biodiversidad autóctona, cuidando el uso del agua y garantizando el desarrollo de las actividades en un ambiente seguro. Tanto el 100% de los viñedos como ambas bodegas cuentan con la certificación del protocolo de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina.
Se destaca el mantenimiento de los suelos con cobertura vegetal y sin uso de herbicidas desde hace años, favoreciendo la vida de insectos y microorganismos, y el foco en la promoción de la biodiversidad a través del refugio en cajas nido, corredores biológicos, parches de vegetación nativa, sectores sin mover el suelo o con siembra de verdeos, según el caso. Además, elaboran su propio compost reciclando cerca de 2000 toneladas por año de restos provenientes de la elaboración del vino. En cuanto al cuidado del agua, el 100% de los viñedos tienen riego por goteo y un manejo de precisión que permite ahorrar cerca del 60% del agua respecto al riego tradicional por superficie.
En cuanto a innovación, las bodegas colaboran en 14 proyectos de investigación con instituciones locales e internacionales, para generar información avalada científicamente y luego abierta a todos para que enriquezca el conocimiento de nuestra sociedad, incluyendo charlas de concientización sobre sostenibilidad y estudios exploratorios para potenciar compromisos conjuntos hacia una viticultura sostenible en la región.
Mitigar el impacto climático
El calentamiento climático es otro desafío mayor a nivel mundial y local, aun más en el contexto desértico de Mendoza, que obliga a tomar medidas ejemplares, inmediatas y ambiciosas. La primera de éstas es la medición de la huella de carbono, lo que les permite conocer científicamente la cantidad de sus emisiones de CO2 y definir planes de acción para reducirlas drásticamente. Concretamente, el objetivo es dividir por dos las emisiones de carbono de un 50% para el 2030.
Este verdadero desafío se logrará con eficiencia e innovaciones en varios frentes: en cuanto a la optimización energética, mapean y monitorean sus consumos y mejoras de procesos e ingeniería para reducirlo sensiblemente. Luego migran a energía verde o renovable, instalando termotanques solares para la generación de agua caliente y recientemente inauguraron un parque solar fotovoltaico de 522 paneles, que reducen sus emisiones en 254 tn CO2/año, con el objetivo de extenderlo cada año y consumir 100% de energía verde para 2030.
Repensar el packaging es también fundamental para mitigar las emisiones de CO2: junto a proveedores trabajan en proyectos de ecodiseño, reduciendo emisiones para producir los insumos, como la disminución del peso de botellas de vino y espumantes, la reducción de uso de plásticos, etc. Olvidemos las botellas pesadas y los packaging pomposos: ¡más liviano y reciclable es mejor!
Sus operaciones están certificadas bajo normas de Gestión de Calidad ISO9001, Gestión de Medio Ambiente ISO14001, Gestión de Salud y Seguridad ISO45001, Gestión de Inocuidad Alimentaria FSSC22000 y trabajan camino a la implementación de la norma de Gestión de la Energía ISO50001.
Empoderar a los colaboradores
Al generar oportunidades de desarrollo personal y profesional, bajo programas de responsabilidad social liderados por voluntarios de la compañía enfocados en la alfabetización, terminalidad educativa y la otorgación de más de 75 becas al estudio para colaboradores y sus familiares.
Además, promueven el bienestar y la seguridad mediante actividades de integración, con foco en el compromiso ambiental y social, así como la concientización de colaboradores y visitantes en el consumo responsable. Agua y bebidas sin alcohol están siempre propuestas e invitan a los comensales de sus restaurantes a medir su nivel de alcohol después del almuerzo si luego van a manejar.
La generación de un entorno laboral inclusivo y equitativo que valore la diversidad en los equipos es clave para el desarrollo de oportunidades, en un marco de sensibilización, comunicación y capacitación de líderes y colaboradores.
Comprometer a la sociedad
Desde 2004, las bodegas se comprometen con el desarrollo sostenible de su comunidad y el cuidado del ambiente emprendiendo siete programas educativos en sus zonas de influencia. Compromiso que este año transita y celebra 20 años de trayectoria.
Los programas contribuyen a una mejor calidad educativa y están enfocados a niños y adultos. Las temáticas de aprendizaje abarcan desde el arte y el desarrollo de la creatividad, el cuidado del medio ambiente, el reciclaje y la creación de viveros forestales, el canto coral y demás expresiones artísticas hasta la valoración de las labores culturales vinculadas a la vitivinicultura.
Están enmarcados en ámbitos de escuelas públicas rurales, alcanzando a 27 establecimientos ubicados en el área de influencia de las bodegas y viñedos, en los departamentos de Luján de Cuyo, Maipú, Tupungato, Tunuyán y San Carlos, en la provincia de Mendoza.
Cada año participan más de 4.000 niños y adolescentes y más de 110 docentes son capacitadas por especialistas en diversas áreas del conocimiento y acompañados por voluntarios. Su implementación se fortalece a través de la asociatividad entre el sector público y privado, construyendo vínculos con la Dirección General de Escuelas y la Universidad Nacional de Cuyo para generar oportunidades de desarrollo en la comunidad.
En cuanto al impacto, los proyectos aportan experiencias pedagógicas creativas e innovadoras, que favorecen nuevas herramientas de aprendizaje junto a valores como la responsabilidad, el respeto y la conciencia ambiental, en el marco del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Un compromiso con más de 60 años de trayectoria, reflejado en proyectos de responsabilidad social y ambiental estratégicamente desarrollados y reconocidos por toda la comunidad.