El ministro de Economía, Martín Guzmán, hizo el miércoles un viaje relámpago a Córdoba para cenar con 300 empresarios. Al volver a Buenos Aires, recibió a Los Andes en su despacho. En una entrevista exclusiva, respondió sobre inflación, déficit, dólar, emisión monetaria, inversión y los créditos UVA, entre otros temas.
-No es habitual que un ministro de Economía recorra las provincias y hable en encuentros masivos. ¿Por qué decidió hacerlo?
-Es muy importante comunicarse directamente con la gente, siempre con respeto y de forma constructiva, cara a cara, con claridad.
-¿Qué se llevó de Mendoza?
-En Mendoza tuvimos una jornada muy valiosa que incluyó reunión de trabajo con la comunidad empresaria, en la que fue muy interesante escuchar que los problemas que habían sufrido en los últimos años justamente tenía que ver con políticas nacionales que les había generado una caída muy fuerte de la demanda y con costos prohibitivos para los créditos, lo cual detuvo los procesos de inversión de las empresas mendocinas, y ahora se están recuperando. Estuvimos en IMPSA, que la estamos recuperando y va a jugar un rol muy importante en un país que debe avanzar hacia una transformación productiva que garantice la sustentabilidad ambiental. Y tuvimos un encuentro de grandísimo valor en la Universidad Nacional de Cuyo. Y el encuentro con la gente, con la juventud. Fueron encuentros muy buenos, junto a la senadora Anabel Fernández Sagasti. Valoro fuertemente la unidad que ha alcanzado el Frente de Todos en Mendoza y su rol para construir un modelo en el que la producción y el trabajo sean el eje.
-En Mendoza sostienen que el régimen de promoción para los hidrocarburos no convencionales que propone en la nueva ley va a golpear a las inversiones en convencionales y que eso afectará a la provincia. ¿Se analizó esta situación?
-La nueva Ley de Hidrocarburos va a beneficiar a todas las provincias productoras. Es un paso adelante en materia de sustentabilidad ambiental y en estabilidad de la balanza de pagos, porque va a permitir menos quema de combustibles y mayor producción de gas y de esa forma poder ir teniendo una estructura productiva en un mundo que va a estar penalizando fuertemente las emisiones de carbono.
-El problema que más afecta a los consumidores es la inflación. Usted dice que es un “fenómeno multicausal”. ¿Cuáles son las causas que identifica?
-Primero, las macroeconómicas. La gran restricción para sostener períodos de crecimiento en el país ha sido la falta de divisas, eso genera presiones sobre el tipo de cambio y, a su vez, sobre los precios. También hubo períodos largos con dificultades para sostener una política fiscal que nos haga no tan dependientes de la emisión monetaria. Y hay un problema de coordinación colectiva o de expectativas. Por eso es fundamental complementar la política macroeconómica con políticas de precios e ingresos que ayuden a una mayor coordinación. Tuvimos también un factor adicional que es la inflación de commodities, que en alimentos llegó al 30%.
-El nivel de emisión monetaria es muy criticado por la oposición. ¿Ve posible una economía con equilibrio fiscal y sin tener que emitir constantemente moneda?
-Quienes hoy critican el sendero fiscal que estamos llevando adelante, que estamos tomando crédito en nuestra propia moneda y que en parte se recurre a una asistencia del Banco Central, lo que realmente están pidiendo es un ajuste del gasto. Eso es lo que hizo el gobierno anterior. ¿Y en qué resultó? En una muy profunda recesión que aumentó el desempleo, la pobreza, la desigualdad. Hoy hay una sólida recuperación económica. Lo que piden los sectores que señalás es un ajuste.
-¿Pero en un mediano plazo, ve un esquema con menor emisión?
-Nosotros entendemos perfectamente que una parte del financiamiento vía emisión monetaria termina fluyendo, luego de dar vueltas en la economía, hacia la demanda por divisas y que eso presiona en los tipos de cambio. Lo que estamos haciendo es: al mismo tiempo que el Estado tiene un rol activo para la recuperación económica, vamos reduciendo el déficit fiscal a una velocidad consistente con esa recuperación y por lo tanto se va reduciendo la emisión monetaria.
-El país tiene una historia de diciembres complicados ¿Cuánto le preocupa el frente social?
-Hoy hay una política de protección social muy activa y un Estado presente desde la seguridad social. Al mucho sufrimiento que se generó entre el 2015 y el 2019 que se dio por el colapso del modelo económico anterior, se le sumó la pandemia. La política social activa que desarrollamos hizo que se mantenga estable la distribución de los ingresos medida por el Coeficiente de Gini. Por supuesto que este es uno de los grandes desafíos: ir resolviendo los problemas sociales más fuertes que tiene la Argentina. El principal, el problema de la pobreza infantil.
-El stock de Leliq y Pases emitidos por el Banco Central está en torno al 134% de la base monetaria. Cuando al macrismo le estalló la crisis financiera en 2018 ese ratio estaba en 137%. ¿Cómo se desarma esa montaña de deuda?
-La situación que hoy tenemos con la suma de Leliqs más Pases es disfuncional, afecta al funcionamiento del sistema económico. Los depósitos que recibe el sistema bancario termina en Leliq y Pases. Esta disfuncionalidad hay que corregirla. En 2020 no se pudo y el problema se hizo más grande porque tuvimos una pandemia que nos llevó a una necesidad de mayor financiamiento. Hoy la economía está en otro lugar y es nuestro deber trabajar en este tema bajo la conducción del Banco Central para poder revertirlo. No voy a hacer un anuncio aquí. Pero claramente hay que trabajar sobre los incentivos. La estructura de tasas de interés debe reflejar incentivos alineados con canalizar el ahorro en crédito y no hacia los Leliqs y Pases.
-Sectores productivos están indicando que los reajustes del cepo cambiario están complicando la importación de insumos. ¿Lo están analizando?
-Las importaciones han mantenido un crecimiento sólido. Nosotros estamos gobernando en una época de escasez de divisas, después de que la Argentina tomó u$s100.000 millones de deuda entre 2015 y 2019 que no se usaron para aumentar la capacidad productiva. En un contexto así es fundamental definir prioridades para el uso del recurso escaso. La administración del comercio exterior que se realiza tiene que ver con eso.
-¿Podría darse un acuerdo con el FMI este año?
-Estamos negociando con firmeza y convicción. Sobre todo, construyendo un sentido común en el mundo sobre lo que es razonable hacer. El G20 ya le pidió al Fondo finalizar el período de consultas sobre la redefinición de los sobrecargos de interés. El FMI que es corresponsable de la situación y también debe moverse más rápido para lograr las condiciones que darían lugar a un acuerdo.
-El programa SAF que firmarían exige “reformas estructurales”. ¿Estaría dispuesto a una reforma previsional o un ajuste del gasto?
-Eso no está en discusión. Lo que estamos dispuestos a firmar es aquello que como soberano consideramos que protege al pueblo argentino.
-Hay miles de endeudados en UVA. La mora es baja, han dejado otros gastos para poder cumplir con la cuota mientras el capital se les dispara por la inflación. ¿Qué respuesta hay para ellos?
-El problema con los créditos UVA es que hubo una caída muy fuerte, de 20 puntos porcentuales, del poder adquisitivo del salario durante el gobierno de Juntos por el Cambio. Naturalmente, la carga fue mayor y genera sufrimiento a las familias.
-¿Esto significa que solo les queda esperar que el salario vuelva a superar a la inflación?
-Es un objetivo central de este Gobierno la recuperación del salario real. No solo es socialmente justo sino que es una condición necesaria para darle continuidad a la recuperación económica.