En constante evolución para alcanzar una mayor productividad y sustentabilidad ambiental, Industrias Chirino amplió este año su fábrica de elaboración de ladrillos huecos, para llevar la producción de 16.500 toneladas por mes a 22 mil. Luis Chirino, director ejecutivo de la empresa, explica que el menor precio de estos ladrillos, en comparación con los macizos, ha generado que la demanda sea superior a la capacidad instalada para fabricarlos, por lo que considera que seguirán trabajando a buen ritmo. Asimismo, destacó que son más amigables con el medio ambiente.
-Recientemente realizaron una ampliación de la fábrica. ¿De qué se trató y qué les permitirá?
-Se trata de una mejora en el proceso de secado. Consiste en agregar una cámara de secado a las existentes. Con esta incorporación, pasaremos a tener cuatro cámaras. Le sumamos también una mejora en el automatismo, que optimizará los tiempos de descarga de material seco. Esto nos permitirá aumentar un 30% la capacidad productiva en la planta de Mendoza a partir de este mes, para alcanzar una producción de 22 mil toneladas mensuales.
Es un objetivo que nos enorgullece y que demuestra concretamente nuestra evolución. Entre los años 2000 y 2005 producíamos 3 mil toneladas de ladrillos huecos por mes. Entre 2006 y 2013 crecimos a 5 mil toneladas, y entre 2013 y 2020 incrementamos nuestra producción a 16.500 toneladas por mes.
-¿Tienen, además, planificadas otras inversiones en el corto y mediano plazo?
-Estamos en constante análisis de mejoras tecnológicas y nuevas unidades de negocio que nos permitan mantener nuestro liderazgo en la región. Hoy estamos pasando por un proceso de reestructuración integral, no sólo a nivel de estructura interna sino también a nivel de procesos de metodología de trabajo, que nos va a permitir evolucionar renovando nuestros productos y aumentando servicios al cliente. El objetivo es facilitar su experiencia tanto en la compra como en el uso de nuestros materiales.
Se implementó un software que permite la interconexión entre las distintas áreas (producción, administración y comercialización), de manera de que toda la información pueda ser accesible a todos en tiempo real, para una gestión más eficiente de la actividad. Otro proyecto importante es el desarrollo de un Marketplace, que nos permitirá comercializar nuestros productos a través de la web, simplificando de esta manera el proceso de compra y ofreciendo un mejor servicio a nuestros clientes.
-¿Cómo se ha comportado el mercado –o específicamente, sus clientes- en el último año y cuáles son las expectativas para lo que queda de 2021?
-El pronóstico es favorable por el año en curso. El costo de construir con ladrillos cerámicos térmicos y sismo-resistentes es el más bajo en el mercado, incluso menor que el costo de construir con ladrillo macizo (conocido como ladrillo común o ladrillón). Esto ha impulsado la demanda de ladrillo hueco para muro en Argentina, superando la capacidad de producción instalada. Entendemos que se mantendrá esta tendencia por lo menos en el mediano plazo. El ladrillo, en su evolución a nivel de características técnicas, de rendimiento y de diseño, sigue siendo la mejor opción para la construcción.
-¿Qué consideran que ha sido lo que les ha permitido convertirse en la fábrica más grande de ladrillos huecos de Cuyo?
-Perseverancia y toma de decisiones inteligentes en los momentos más críticos. La ciclotimia de nuestra economía nos pone siempre a prueba. Desde 2000, hemos pasado por varias crisis muy profundas y hemos logrado sortearlas gracias al constante proceso de reinversión, que nos permite ser más competitivos y mantenernos operativos, incluso en momentos de baja demanda.
-¿Qué particularidades tiene el ladrillo hueco y qué beneficios aporta a una edificación?
-La nueva generación de ladrillos huecos está diseñada con tabiques internos con rotura de puente térmico, logrando un ahorro en energía a la hora de calefaccionar o refrigerar ambientes. El doble muro de 18x18x33 mejora la eficiencia energética de la vivienda en un 60%, comparado con el ladrillo macizo. Por su diseño, genera una doble protección al calor en verano y al frío en invierno.
Por otro lado, los denominados ladrillos portantes, de huecos verticales, de 18x19x33, son sismo-resistentes y cumplen con las normas IRAM Cirsoc vigentes en la provincia. Ambas cualidades han sido avaladas por ensayos realizados en el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y en el Inpres (Instituto Nacional de Prevención Sísmica), respectivamente. Además, suma cualidades térmicas similares a las del doble muro. Ambos son los ladrillos más livianos y termoeficientes del mercado argentino.
-Además de elaborar materiales sustentables, también les preocupa la sustentabilidad ambiental del proceso…
-Sí. Entendemos que el sector de la construcción no puede sólo ser una actividad económica, sino que debe buscar también hacia el bienestar social y el cuidado del ambiente. Por nuestra parte, no sólo los productos, sino también las instalaciones han sido estudiadas para que contribuyan a este objetivo, con ahorro de energía, recupero del calor generado en la cocción para reutilizarlo en el proceso de secado, etc.
Nuestra materia prima está compuesta por sedimentos de arrastre, provenientes de la limpieza de cauces aluviales, lo cual mejora la distribución y uso del agua. Es decir, tiene un impacto ambiental positivo.
No tenemos que olvidar que los ladrillos cerámicos huecos son 100% reciclables. Al triturarlos, se pueden utilizar con fines decorativos en pasajes peatonales de parques y áreas públicas, como granza y grancilla. El polvo cerámico se reincorpora a la materia prima de nuevas elaboraciones. Nuestros ladrillos están compuestos en 5% por productos reciclados y en el futuro intentaremos incorporar otros materiales provenientes de desechos de otras industrias para aumentar esta proporción.