El abogado previsionalista Adrián Tróccoli señaló que este año, con los sucesivos bonos para los jubilados, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) reconoció pérdidas en el poder adquisitivo, derivadas de la alta inflación, pero también producto de una fórmula de movilidad que no termina por recomponer los ingresos de los trabajadores retirados.
Además, para el especialista, si desde el ente previsional aseguran que, “en diciembre del 2019, tras quitarle el 20% de poder adquisitivo a las jubilaciones, Macri dejó un haber mínimo de $ 14,067 mil pesos”, se reconoce una falta por parte del Estado, y el mismo Estado, más allá del color político de la clase dirigente, es quien debe resarcir a los beneficiarios del sistema previsional.
Así, en el primer caso, los jubilados que no cobraron el bono tendrían derecho a reclamar una compensación por la pérdida de poder adquisitivo y calidad de vida que les produjo la inflación; y todos los jubilados que cobraron mientras tuvo vigencia la fórmula del gobierno anterior también podrían pedir un retroactivo.
La tercera razón por la que se podría reclamar un recálculo de la jubilación tiene que ver con que la fórmula actual está integrada por la evolución de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), es decir, en los salarios que cobran los trabajadores en activo, pero no se toman los conceptos no remunerativos.
“El índice que se está utilizando hoy para medir la variación salarial es parte del problema, porque los acuerdos que se alcanzaron este año tienen todos la suma no remunerativa que no ingresa en el cálculo de las jubilaciones, entonces ahí también hay un reclamo pendiente, porque los haberes se desactualizan”, sumó Tróccoli.
