Los cursos de especializaciones y posgrados evolucionan hacia el mundo digital

Después de la pandemia, muchos profesionales aún deciden seguir formándose en cursos virtuales. Rangos de costos y qué tener en cuenta.

Los cursos de especializaciones y posgrados evolucionan hacia el mundo digital
Las nuevas tecnologías ofrecen distintos recursos para mejorar las capacitaciones.

Una de las tantas particularidades que tuvo la pandemia fue que la educación pasó del cara a cara a dictarse a través de internet, y eso involucró también a muchos profesionales que aprovecharon muchas opciones para especializarse. En la actual “postpandemia”, ¿bajó esa ola o todavía sigue con la marea alta?

A tan solo un clic de distancia, es enorme la cantidad de opciones de diplomados, postgrados y especializaciones en temas como marketing, ventas, administración o programación. Y como internet no conoce de fronteras, desde Mendoza se puede acceder a cursos de universidades e instituciones de cualquier parte del mundo.

Lía Martínez es una mendocina que desde 2019 aprovecha estos formatos, con cursos que van de $150.000 a casi $1.000.000, algunos de ellos con becas. Entre sus ventajas, señaló que el poder conectarse a cualquier hora y día lo hace compatible con el trabajo, gestión de la casa o familia; que si la universidad o institución es seria, las clases suelen estar más organizadas que las presenciales y se da un ahorro enorme de costos de traslado y tiempo.

Entre las desventajas, Martínez comentó que sí o sí hay que tener un hábito de aprender/estudiar, un “músculo de autonomía intelectual”, y cada plataforma educativa requiere un tiempo para entenderla. Además, hay una sobre oferta de cursos que no funcionan para la habilidad que dice transmitir o brindar, y suelen haber profesionales distinguidos que no saben bien cómo enseñar.

“Desde la experiencia, antes de pagar un curso recomiendo hacer la reflexión de si la universidad o facultad emite títulos o certificados válidos, quiénes son las personas docentes detrás, de ser posible escuchar alguna charla o masterclass”, comentó Martínez. También se deben conocer las condiciones de cursado y el estado propio de energía, agenda, etcétera, para disfrutar la formación y aprovecharla al máximo.

Aprender en la Web

Es importante tener en cuenta que la educación a distancia existe incluso desde antes de la aparición de internet, por ejemplo, con cursos por correspondencia. En los últimos años la modalidad se digitalizó y permitió que, quienes tienen acceso a internet, puedan sumarse. Así lo comentó Maximiliano Panero, capacitador y especialista en enseñanza en entornos digitales.

Esto abarata costos a empresas, porque ya no tienen que trasladar al capacitador y a empleados de distintas provincias a un único lugar (con su costos de viáticos). Incluso, algunas empresas habilitaron una plataforma virtual propia, piden al capacitador que arme un video y luego lo replican para todos sus empleados.

¿Por qué hay personas que prefieren esto? Para administrar el recorrido del contenido. Si la capacitación son capítulos de 5 o 10 minutos, la persona cuando tenga que ir al médico y esté en la sala de espera puede verlo con el celular”, ejemplificó “Maxi” Panero. Además de las grandes plataformas de e-learning como Coursera, se pueden aprovechar canales de YouTube, grupos de WhatsApp y de Facebook.

También es cierto que muchas personas abandonan estos cursos en el camino, y aquí es importante desarrollar “habilidades metacognitivas”, es decir, capacidades para aprender en un entorno digital de manera autónoma. “Se necesita manejar recursos digitales, internet, una PC para aprender. Y después, la capacidad de organizarme, armar un rutina de aprendizaje, ser metódico y ordenado”, agregó Panero.

En cuanto a costos, una variable es qué mientras más específico sea el tema, más costará. Cursos generales de venta, de entre 60 y 120 minutos, pueden costar de 7 a 9 dólares o incluso ser gratis. En cambio, si se quiere hacer un curso de técnicas de venta de productos financieros, puede costar US$ 100. Mientras más específico, más costoso.

En plataformas como Doméstica, hay cursos por $ 1.400, pero son muy generales. Por dar un ejemplo propio, un curso que organiza Panero de gestión de cobranzas individual tiene un valor de $9.000 por seis clases de una hora y media cada una.

Modelo, marco y motivación

Una institución reconocida en MBA (Master en Business Administración), masters y especializaciones es ADEN International Business School, con propuestas que van desde $ 250.000 hasta $ 1.800.000 con doble titulación internacional. Antes de la pandemia, veían una tendencia de elegir cada vez más cursos cortos y poco a poco crecían las opciones online, de modo que hace más de 6 años decidieron fortalecer su educación en línea.

“La pandemia aceleró muchas cosas, y lo que iba a pasar quizás en 5 años lo tenemos hoy. A la fecha, en lo que es la escuela de negocios, la educación virtual sigue con fuerza. Es algo que vino, se instaló y, por los atributos potentes que tiene la formación en línea, la gente lo sigue eligiendo”, afirmó Andrés Culasso, vicepresidente de Operaciones Académicas de ADEN.

Si bien algunos educadores pensaron que se trataba de “pasar” lo que se hacía a nivel presencial al internet, con clases por Zoom como si fuera un encuentro presencial, eso es un esquema muy limitado para los recursos y ventajas que ofrece internet. En cambio, otros esquemas invitan a que cada persona se conecte y haga el curso según su propio horario.

Culasso explicó que ADEN sigue 3 claves para aumentar la capacidad de aprendizaje: modelo, marco y motivación. La primera se refiere al modelo de aprendizaje, aprender algo y aplicarlo de forma práctica. La segunda, el marco, se refiere al ecosistema con quien uno aprende, sean compañeros, profesores e invitados de distintos países. La tercera, la motivación, aprovecha mucho la variedad de herramientas digitales, como simuladores o mundos virtuales.

Entre ventajas, señalan poder tener un cursado a un ritmo propio, de manera de conectarse cuando uno pueda, y también el ahorro de tiempo entre salir de casa y llegar a donde se daría una presentación. “Además, uno en la clase presencial no podía repetir un contenido que le interesa ni compartir un recurso con el equipo de trabajo”, agregó el vicepresidente de Operaciones Académicas de ADEN.

Educación digital

Otro especialista es Adrián Acevedo, coordinador académico de cursos de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UNCuyo, quien coincidió con los cambios que aceleró la pandemia y en el hecho de que muchos profesionales hoy eligen formarse de manera virtual. El formato online permite a los organizadores llegar a más personas y reducir costos, y en la FCE se encuentran cursos y diplomados con valores de $10.000 a $40.000.

Además de que muchas personas se “acomodaron” a la educación digital, Acevedo señaló que muchos cursos ya implican el uso de una computadora, siendo el ejemplo más claro programación. Si con ella se pueden hacer los trabajos, también se puede recibir la clase sin necesidad de invertir en trasladarse hasta un edificio físico.

“Ese paradigma yo creo que ya llegó para quedarse y va a hacer que la gente esté conectada y pensando en que vamos a tener una conexión y educación digital”, analizó el coordinador académico. De todos modos, Acevedo aclaró que este formato no sería el ideal para educación primaria o secundaria, porque en esa etapa es muy importante el contacto y la relación física con otras personas.

Mirando hacia adelante, Acevedo reflexionó: “El contenido de la educación a distancia se va a mantener, y va a haber cada vez más gente que va a estar eligiendo estudiar de esta manera porque la gente se acostumbró y vio que es posible estudiar directamente online, y cada vez van a necesitarse más habilidades digitales”.

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