Aunque en esta época es habitual que las vidrieras del centro mendocino empiecen a lucir carteles de la liquidación de invierno, este año algunos descuentos son más agresivos de lo habitual. Es que una diferencia fundamental con otros fines de julio es la cantidad de gente que circula por las veredas, que es mucho menor a la acostumbrada, y la agudización de la caída del poder adquisitivo, que se traduce en una baja considerable en las ventas.
El descuento más habitual que se puede ver es de 30% menos en productos de invierno, pero también hay carteles de “liquidación total” (de temporada) y “liquidación por cierre” (por algún local que desaparece). Además, se observan los habituales indicadores con los precios del “antes” y el “después”, y otros que anuncian rebajas de 30%, 40% y 50% según el artículo del que se trate.
En una importante tienda de ropa para toda la familia sobre calle San Martín se advierte el anuncio de “remate final” en la vidriera, pero uno de los empleados aclara que el negocio va a seguir abierto y se trata solo de una liquidación de temporada, “más fuerte que otros años”. En el interior, se observan llamativos carteles de hasta 50% de descuento.
Así, una remera bordada para dama, que antes costaba $ 1.000, ahora se puede comprar por $ 600; una campera bajó de $ 5 mil a $ 4 mil; y un pullover por el que había que pagar $ 800 se puede llevar en estos días por $ 500.
Aunque llevaban unos días con rebajas del 20%, en una casa de indumentaria para hombre y mujer ubicada en calle General Paz aumentaron la apuesta y aplicaron ahora descuentos de 30%. Desde ese negocio, Laura explicó que es común empezar con las liquidaciones de invierno en julio, pero indicó que se nota que hay menos gente en la calle, por las limitaciones para circular de acuerdo a la terminación del documento. La representante del local también mencionó que se ve muy poca gente mayor haciendo compras, lo cual es perjudicial para el negocio, dado que los clientes de ese rango etario no sólo solían salir a comprar ropa para ellos mismos, sino también para regalar a sus hijos y nietos.
La mujer detalló que la rebaja no ha atraído hasta el momento a un número mayor de compradores. En cuanto a las prendas que más se llevan en este contexto, mencionó las camperas, porque son artículos caros, en los que una bonificación del 30% impacta considerablemente, y porque no “pasan de moda” como otras prendas más influenciadas por las tendencias de cada temporada. Una de mujer, que antes costaba $ 5 mil, hoy se puede llevar por $ 3.500.
Verónica, de otro local de indumentaria pero sólo para mujer, planteó que, en realidad, están en liquidación durante los 12 meses del año. Esta ha sido, de hecho, la estrategia que desde hace un par de años adoptaron varios comerciantes para intentar tentar a los consumidores en un contexto de reducción sostenida de las ventas (previo a la pandemia). De esta manera, en lugar de esperar al fin de una temporada, se lanzan promociones con una cierta frecuencia.
Pese a eso, en las últimas semanas el negocio ha reducido aun más los precios de toda clase de prendas. Se puede comprar, por ejemplo, una remera a partir de los $ 500. Verónica indicó que no han podido bajar tanto como el año pasado, cuando las ofrecieron a $ 300, porque la baja de facturación vinculada a la cuarentena los ha dejado casi sin margen.
Es que cuando se permitió la apertura del comercio al público, en mayo, la cantidad de clientes fue mínima, aunque creció bastante cuando se eliminó la restricción de salidas según la terminación del DNI. En ese momento, señaló la mujer, vendieron incluso algunos tops y faldas de verano, que tienen a $ 100 o $ 150. Cuando se volvió a implementar el sistema de salidas según la terminación del documento, cayó nuevamente la afluencia de compradores. Esto, añadió, “se notó aún más esta última semana, con el incremento considerable de casos de coronavirus en la provincia”.
Cierre definitivo
La frase de “liquidación por cierre” suele usarse en los comercios de indumentaria y calzado a modo de incentivo para que los compradores entren a ver los precios y productos, pero en
algunos casos, como el de un negocio de bolsos y valijas de calle San Martín, el cierre de puertas es real. La tienda, detallan, tenía seis locales en el centro antes de la pandemia, en un radio de unas pocas cuadras, pero uno, sobre calle Catamarca, cerró antes de que se volviera a permitir la atención al público y este ya tiene el cartel que anuncia que se deshacen del stock antes de cerrar.
Es que, explica una de las empleadas, venden valijas, bolsos y mochilas. Si bien han vendido unas pocas de las primeras a gente que ha empezado a dedicarse a la venta de ropa y la necesita para llevar la mercadería, hace meses que los viajes están suspendidos y aún no hay fecha cierta para la vuelta del turismo.
En cuanto a las mochilas, las que los padres compraron antes del inicio de clases 2020 quedaron nuevas, por lo que ya anticipan que el verano próximo no habrá casi familias buscando una para que sus hijos lleven los útiles escolares. En cambio, sí han recibido clientes, como médicos, enfermeros y otros trabajadores esenciales, que han comprado porque han continuado trabajando con normalidad.
El consumo minorista se desplomó en junio
Un relevamiento de la Federación Económica de Mendoza reveló que las ventas minoristas cayeron en junio, en promedio, un 38% en comparación con el mismo mes de 2019. En el informe destacaron que el mes pasado se había notado una mejoría pero que se volvió a caer cuando se retomó la circulación según la terminación del DNI, tal como lo describieron los empresarios.
Los rubros con mayor desplome interanual fueron relojerías, joyerías y bijouterie (-68,89%); electrodomésticos y electrónica (-61,78%); calzados y marroquinería (-55,34%); ropa y artículos de deportivos (-51,65%); neumáticos y repuestos (-51,45%); jugueterías y artículos escolares (-40,56%); perfumería (-38,67%); e indumentaria (-31,67%).
En cambio, los que tuvieron menores caídas en junio fueron los rubros de farmacias (-18%); alimentos y bebidas (-12,78%); bazar (-19,34%), ferreterías, materiales eléctricos y para la construcción (-22,23%); y mueblerías, decoración y artículos para el hogar (-22,56%),