Durante el período de marzo de 2017 a marzo de 2021, los alimentos y bebidas sin alcohol subieron un 335,2%, con su mayor inflación anual registrada entre marzo 2018 y marzo 2019. Esto está por encima de la inflación general, que en el mismo periodo fue 310,6%, según un estudio privado.
Las cifras se desprenden de los cálculos de Iaraf, el think tank sobre política económica que dirige Nadín Argañaraz. Conforme a lo publicado por Clarín, el alimento que más subió en los últimos cuatro años fueron las frutas, con el 437,7%. Mientras que las aguas minerales y bebidas gaseosas fueron las que menos aumentaron con el 262%.
En el segundo lugar del ránking de los alimentos que experimentaron una mayor alza se ubica la carne con un 389,6%. Y en tercer lugar se ubicó el grupo de café, té, yerba y cacao con un 348,6%, detalló el Iaraf.
Tomando las cifras del último mes de marzo, el índice de precios al consumidor subió 4,8% respecto a febrero y 42,6% en comparación con un año atrás. En este periodo los alimentos también aumentaron más que el promedio de los precios al subir en un año 44,8%.
La inflación región por región
Conforme al Iaraf, la inflación puede diferir entre regiones no solo por una dinámica diferencial de los precios y también porque su canasta se estructura de manera diferente. De esta manera, la región de Cuyo marcha segunda en el listado de regiones más afectadas por la inflación, 16 puntos por debajo del Noreste, donde la inflación punta a punta de alimentos y bebidas sin alcohol fue del 369,7% en los últimos cuatro años.
Donde menos aumentaron las cosas fue en la Patagonia, donde la suba de los cuatro años fue del 314%. El Noreste tuvo 48 puntos porcentuales más que en el Gran Buenos Aires, 34,5 puntos porcentuales más que a nivel nacional y 23 puntos porcentuales más que en la región Pampeana.
La influencia de cada alimento
Cada alimento representa un aporte diferente a la inflación total. Por caso, la carne y sus derivados fueron los que más incidieron con un 37,4%. Es decir, hicieron un aporte mayor que su peso en la canasta, que es de 33,1%. Esto se debe a que el aumento de los precios de la carne fue superior al de otros alimentos.
En el extremo opuesto encontramos el caso de azúcar, dulces y golosinas. Representaron un 3,6% de la inflación de alimentos y bebidas de los últimos cuatro años, mientras que, si la suba de sus precios hubiera sido igual al resto, tendrían que haber aportado un 4%. Los aceites, grasas y manteca son los alimentos que menos aporte hicieron a la inflación, con un 2,4% (su precio subió igual que el del conjunto de alimentos y bebidas sin alcohol).
Desde marzo de 2020 a marzo de 2021, la carne significó un 45,7% de la inflación de alimentos, el porcentaje más alto de los últimos 4 años, muy lejos de su ponderación.
El incremento de la carne se entiende por una oferta de ganado que aún es escasa para abastecer una creciente demanda exportadora, sobre todo de China, que lleva el animal entero.