Para abrir su discurso como anfitriona en el tradicional agasajo de Bodegas de Argentina, su presidenta, Patricia Ortiz, se refirió a la preocupación por la caída en las ventas. “Nuestro mercado interno cayó 11% respecto al año anterior, retomando la curva decreciente de los últimos años. Y si bien la exportación de vino fraccionado creció en un 8%, como mencionara el Presidente de la Nación, su valor, en términos reales está por debajo del récord histórico del 2012″.
Ortiz señaló, además, que los vinos argentinos han ido perdiendo cuota en el mercado internacional, al pasar de una participación del 3,6% a una del 2,7%. Por otra parte, indicó que las exportaciones también han ido cayendo en valor, lo que consideró una clara muestra de la pérdida de competitividad del sector.
En esta línea, indicó que la ausencia de recursos del Estado para hacer publicidad de los vinos en el exterior produce una desventaja frente a competidores que cuentan con “presupuestos millonarios” para la promoción. También se refirió al atraso cambiario, las retenciones y la carga impositiva como causantes de la pérdida en ciertos segmentos.
Entre los desafíos que enfrenta la industria, la titular de Bodegas de Argentina mencionó también la amenaza que implica que en Europa se busque etiquetar al vino como un producto que implica un riesgo para la salud y la calificó de un “desafío existencial para el sector y de urgente atención”. Así, señaló que se necesitan fondos para profundizar y extender los programas que difunden información sobre las ventajas de un consumo moderado y responsable.
En sus palabras también hubo un espacio para cuestionar nuevamente el accionar de la Corporación Vitivinícola Argentina, de la que Bodegas de Argentina –entre otras entidades- se alejó en 2020. “Pregunto: con los escasos fondos que tenemos y aportamos y que deberían ser destinados a la promoción, ¿por qué Coviar busca duplicar áreas que funcionan… o desviar fondos de la promoción del vino argentino, que con tanto éxito y profesionalismo lleva adelante Wines of Argentina?”, lanzó a quienes se habían dado cita en Lamadrid Estate Wines.
Asimismo, manifestó que apuestan a un trabajo conjunto de la cámara con Wines of Argentina para fijar “las prioridades y necesidades para alcanzar los objetivos que no logró el Plan Estratégico que finalizó en el 2020: aumentar las exportaciones y fortalecer el mercado interno para un crecimiento sostenido del sector con una mirada inclusiva al productor”. E invitó a otras entidades a sumarse. Se debe recordar que las que dejaron de participar en Coviar se unieron, el año pasado, en una Mesa Nacional Vitivinícola.
“Necesitamos una vitivinicultura sin personalismos y con instituciones fuertes, modernas, con participación y rotación de los actores, que estén a la altura de las demandas”, expresó Ortiz y resaltó que no se puede perder más tiempo porque el mundo avanza y se pierden mercados.
El ministro de Economía y Energía de la provincia, Enrique Vaquié, señaló que para las economías regionales es complejo trabajar en el contexto de problemas macroeconómicos que se sostienen desde hace 10 años. Y si bien señaló que el gobierno provincial no tiene instrumentos para hacer política económica, sí se han tomado diversas medidas para favorecer el desarrollo.
Entre otras, se refirió a que este año hay más de $3.500.000 en subsidios para el agro, que abarcan la lucha antigranizo, el riego agrícola, la lucha contra plagas y el subsidio de la tasa de interés de los créditos bancarios; y a los $2.500.000 millones para créditos a través del Fondo de la Transformación y el Crecimiento.
También, a que se buscó que no sólo crezcan las exportaciones sino la cantidad de empresas, en particular las pequeñas, por lo que se sumó la gestión comercial en los hub logísticos. Vaquié indicó que se pasó de 630 firmas exportadoras a fines de 2019, a 782 en la actualidad, entre las que hay 35 bodegas que exportaron por primera vez (lo que lleva el número de las que venden en el exterior a 392).
Exportaciones y competitividad
Consultado sobre las principales preocupaciones del sector, Santiago Ribisich, director general de Grupo Avinea, manifestó que están viendo cómo se puede sostener el nivel de exportaciones de 2021, sobre todo porque en enero –aunque reconoció que los datos de un solo mes no permiten hablar de una tendencia- hubo una reducción.
Vinculado a esto, planteó que el tipo de cambio ha tenido un atraso en términos reales, que se necesitan más acuerdos comerciales y que los derechos de exportación se pagan en el corto plazo mientras los reintegros llegan en el largo, lo que, en un escenario de inflación alta, diluye el beneficio.
Ribisich analizó que habrá que esperar para ver cómo evoluciona el contexto internacional y si, efectivamente se está saliendo de la pandemia, lo que podría generar un escenario favorable. Pero indicó que la logística seguirá complicando las ventas al exterior por un buen tiempo. En el grupo, ilustró, tienen 140 contenedores que debían salir en diciembre y aún no tienen fecha de embarque.
José Bartolucci, presidente de la Cámara Argentina de Vinos a Granel, coincidió en que la logística es un grave problema, pero por el aumento de costos, ya que el valor de los envíos se ha más que duplicado en dólares, lo que complicará especialmente a los genéricos. Pese a eso, celebró que, en 2021, si bien se cerró con una caída de las exportaciones de granel del 45% en volumen, se creció mucho en valor, lo que habla de una premiumización del sector.
Walter Bressia, de Bodegas Bressia, expresó que el retraso del tipo de cambio perjudica las ventas al exterior, porque dificulta sostener el precio, pero indicó que, a pesar de eso, han crecido. Asimismo, subrayó que el gobierno nacional ha hecho un esfuerzo para favorecer a las pequeñas y medianas empresas exportadoras, con la quita en las retenciones para las que venden hasta U$S 500 mil al año y una reducción a la mitad para las que exportan hasta U$S1 millón.
Angel Vespa, director de Relaciones Institucionales de Bodegas Chandon, opinó que, aunque haya caído el consumo en el mercado interno y las exportaciones aún se encuentren por debajo de las de 2012 en valor, el vino argentino tiene potencial para seguir ganando mercados por su calidad. De ahí que se deba seguir trabajando en esta línea y en ser más competitivos, para lo que, si bien la macroeconomía y la inflación no ayudan, se deben articular acciones con los gobiernos provincial y nacional pensando en el largo plazo.