No sólo fue uno de los sectores más perjudicados por la pandemia, sino que, además, sus salarios se encuentran por debajo del mínimo vital y móvil, y el último aumento que recibieron fue del 5% en mayo. El miércoles que viene, la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares se reunirá para analizar un nuevo incremento.
Este año, las empleadas domésticas tuvieron dos incrementos en sus haberes, uno en marzo y el otro en mayo, de 5% cada uno. De este modo, el valor de la hora de trabajo para el personal que realiza tareas generales con retiro quedó en $144,50 y en $155,50 para el sin retiro. En tanto, el sueldo mínimo mensual para aquellos que realizan tareas generales quedó fijado en $17.785 (con retiro) -se debe recordar que, a partir del 1 octubre, el salario mínimo vital y móvil quedó establecido en $ 18.900- y $19.777 (sin retiro).
El Ministerio de Trabajo de la Nación convocó a una reunión de la comisión, integrada por representantes del Estado, de los trabajadores y de los empleadores, para considerar el incremento de las remuneraciones mínimas del sector.
Durante la pandemia, si bien se resaltó que los empleadores debían seguirles abonando su salario –fuera por hora o mensual-, muchos dejaron de hacerlo, ya sea porque vieron reducidos sus propios ingresos o porque las trabajadoras dejaron de asistir a sus hogares.
Si bien las que realizan tareas de cuidado (de niños, adultos mayores, personas con discapacidad o enfermos) quedaron excluidas desde un primer momento, en la provincia recién se permitió, a mediados de mayo, que todas las empleadas domésticas volvieran a trabajar. Sin embargo, sólo cuando puedan desplazarse a su lugar de trabajo por sus propios medios -caminando, en bicicleta, moto o auto-, ya que no está permitido que lo hagan en transporte público. En caso de que no resulte posible, el empleador debe disponer de un medio de movilidad, ya sea taxi, remis o su propio vehículo.