El martes, durante el recorrido por el sitio donde YPF está comenzando la perforación de dos pozos de petróleo no convencional, el gobernador Rodolfo Suarez expresó que Vaca Muerta “es un hito para la provincia que generará riqueza, empleo y progreso para todos los mendocinos”. Y se entiende esta mirada, cuando se analiza el declive en la producción de hidrocarburos.
En 2022, según información de la Secretaría de Energía de la Nación, se produjeron 3.254.799 m3 de petróleo en Mendoza, un 1,3% menos que el año anterior. El dato, aunque a primera vista no lo parezca, es alentador, ya que desde el Ejecutivo provincial resaltan que es la menor baja en la producción en los últimos 10 años. Esto, ya que, en la última década, ha experimentado una variación interanual promedio del 4% a la baja.
La extracción tuvo una brusca caída, del 15,1%, en 2020, con respecto a 2019, porque el aislamiento desplomó el consumo de combustibles y arrastró el precio internacional del crudo. Ya en 2021, el descenso se sostuvo, pero fue menor: del 4,7%. Sin embargo, no se trata de una merma productiva vinculada a la pandemia, sino que es de largo plazo, debido a la declinación natural de los yacimientos.
Para entenderlo, en 2017, también de acuerdo a la Secretaría de Energía de la Nación, se obtuvieron 4.475.912 m3, con lo que el año pasado la producción fue un 27,3% menor que hace cinco años. Y en 2012, es decir, una década atrás, había alcanzado los 4.704.065 m3, es decir que la actual es 30,8% inferior.
Los números más recientes, de enero y febrero de 2023, también están mostrando una reducción con respecto a los dos primeros meses del año pasado, del 3%. En cuanto a los motivos que podrían explicar esto, de modo preliminar, el director de Hidrocarburos, Estanislao Schilardi, mencionó que podría deberse a la caída de algunos pozos, que no suele producirse a principios de año.
En su 18° informe anual de la economía de Mendoza y las perspectivas para 2023, el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de la Fundación Mediterránea, plantea que en 2022 se mantuvo la tendencia negativa en la extracción, influenciada por la madurez de los yacimientos en la cuenca Norte, con muy bajos rendimientos. Pero también, debido al bajo precio local del crudo y a un dólar oficial rezagado.
El documento suma que Mendoza no cuenta con la alta productividad de la producción no convencional y los precios atractivos pagados por el gas, que se dan en Neuquén. En esta línea, señalan que en Argentina hay dos mundos petroleros: Vaca Muerta, creciendo a un ritmo espectacular, y el resto de las provincias petroleras, incluida Mendoza, en baja. Y anticipan que no se espera cambios en esta tendencia en 2023.
En cuanto a la refinación, el Ieral Mendoza señala que el año pasado se mantuvo la recuperación post pandemia, e incluso se superaron los niveles de 2019, pero aún se estuvo un 7% por debajo del máximo, de 2015. Y esto, asociado a un mayor consumo de combustibles, por la reactivación de las actividades y porque los precios se han rezagado con respecto a la inflación general. Sobre las perspectivas para 2023, expresaron dudas ante un posible estancamiento de la economía.
Consultado sobre la participación del sector petrolero en el PBG de la provincia, el economista Jorge Day, del Ieral, indicó que a fines de los ‘90, era del 17%; que en 2002 y 2003 tuvo una subida atípica, hasta el 22%, motivada probablemente por el alto valor del dólar; que entre 2004 y 2007 volvió a ser del 17%; y que en 2021 y 2022 se ubicó en el 11%.