La inflación de septiembre de 2,8% que anunció este miércoles el Indec amenaza con poner aún más presión sobre las cotizaciones paralelas del dólar. Es que por primera vez desde que fue implementada, la tasa nominal anual (TNA) mínima garantizada para los plazos fijos dejó de brindar un rendimiento real positivo para los ahorristas, dado que fue menor a la variación de los precios del pasado mes.
La tasa mínima garantizada para los plazos fijos minoristas, de hasta $ 1 millón, quedó jada en 33,06% desde agosto (para montos superiores, se ubica en 30,02%), por lo que ofrece un rendimiento de 2,75% mensual. Sin embargo dicha tasa quedó ahora por debajo del último dato mensual de inflación, por lo que pone en jaque la estrategia del Banco Central (BCRA) de estimular el ahorro en moneda local.
El hecho de que los plazos fijos tradicionales hayan perdido en septiembre contra la inflación esconde una señal de alarma: que los ahorristas perciban que ya no es redituable dicho instrumento y vuelquen esos pesos hacia el ahorro en moneda extranjera, ya sea a través del dólar financiero o el dólar blue. Cabe recordar que el stock de plazos fijos tradicionales del sector privado escaló en septiembre hasta los $ 2,18 billones, anotando así una suba nominal del 5,65% respecto del cierre de agosto y del 86,5% interanual.
Este auge de los plazos fijos tradicionales, no obstante, se concentra en los últimos seis meses, desde que a mediados de abril el BCRA impuso las tasas mínimas garantizadas con el objetivo de comprimir una brecha cambiaria que había superado el 60% por primera vez en años. Hasta abril, de hecho, dicho stock permanecía estancado en torno a $ 1,4 billones.
Amilcar Collante, economista de Cesur, explica que el riesgo detrás del último dato de inflación es que se haya una avalancha de retiro de plazos fijos en pesos y que ello genere un incremento aún mayor de la brecha cambiaria. “Es el dato a monitorear”, dice.
“Por suerte, pese a todo este contexto de disparada de la brecha cambiaria y ventas de reservas del Banco Central, el stock nominalmente se está manteniendo. Probablemente los minoristas sean los que más están dudando en la renovación. Ese stock ya muestra una desaceleración que es compensada por los depósitos mayoristas”, indica.
Sin embargo, Collante agrega: “Siempre cuando uno hace una renovación de un plazo fijo está mirando al futuro, y si hablamos de inflación la expectativa es que va a haber una aceleración en el último trimestre del año. Eso va a impactar en esa decisión de extender o hacer roll over de esos plazos fijos en pesos. Pero lo que pesa todavía más, cuando uno ve que se disparan las cotizaciones paralelas del dólar y la brecha supera el 100% o 110%, es la expectativa de devaluación”.
“Los depósitos a plazo en pesos del sector privado vienen creciendo pero cada mes a un ritmo más moderado, en línea con el incremento de los precios en el último trimestre y por lo tanto menores incentivos en términos de spread de tasa principalmente para los inversores institucionales”, aporta Cristian Traut, de First Capital Group.
“En este segmento mayorista, la demanda de este tipo de colocaciones muestra una ligera tendencia a la baja en relación a los niveles que experimentaba a mitad de año, principalmente con migración de fondos de money markets a fondos de renta ja. Mientras que la variación del stock de depósitos minoristas, habiendo anotado la mayor suba en agosto por el incremento de tasas en este segmento, no pudo sostenerse en septiembre”, agregó.
Distinto escenario plantea Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina. Consultado respecto al impacto que podría tener el hecho de que por primera vez los plazos fijos minoristas no hayan ofrecido un rendimiento real positivo, argumentó: “No imagino un cambio drástico. Más que nada porque en líneas generales, el que ahorra en pesos lo hace porque no puede ahorrar de otra manera”.
“La mayoría de los que aún pueden comprar dólar ahorro todavía lo hacen, más allá de cuánto sea la inflación. Los inversores más sofisticados, en cambio, van hacia otras herramientas. Con lo cual no imagino un desarme de los plazos fijos. Ahora bien, si subieran las tasas y las volvieran más atractivas, creo que eso podría hacer crecer ese stock de plazos fijos y calmarla presión en los mercados paralelos”, agregó.
Consultados al respecto, fuentes del Banco Central indicaron que por el momento “no está previsto” elevarla tasa mínima garantizada para los plazos fijos dado que la Tasa Efectiva Anual (TEA), que supone la reinversión de intereses, continúa brindando rendimiento positivo (jada en 38,57%). Cabe recordar que la semana última, la autoridad monetaria redujo en un punto el rendimiento de la Leliq. Pero para que eso no impactara en la tasa mínima garantizada de los plazos fijos, modificó el coeficiente para dicho cálculo. De esta manera, la tasa que equivalía al 87% del rendimiento de la Leliq pasó a ser del 89,35% en el caso de los plazos fijos minoristas.
Tomás Carrió