La inflación arrasó con todos los segmentos de la economía en 2022 y el mayor impacto lo sintieron los sectores más vulnerables de la sociedad, que destinan una parte sustantiva de sus ingresos a la adquisición de bienes y servicios básicos.
Este conjunto aumentó 100,3% en el caso de los ítems que miden la línea de pobreza y 104% en lo que refiere a alimentos esenciales que determinan la indigencia.
La variación del Indice de Precios al Consumidor (IPC) –que incluye todos los rubros de la economía- tuvo un alza de 94,8%. Por lo tanto, los pobres sufrieron casi 5 puntos más de inflación que el resto de la sociedad y los indigentes 9,2 puntos.
De esta forma, una familia tipo necesitó $ 152.515 para no ser pobre y $ 67.187 para superar la indigencia. Esos son los valores a los que treparon la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), respectivamente, que elabora el INDEC para definir ambos estratos de la pirámide social.
La CBT incluye alimentos y servicios esenciales para la supervivencia de un mes de una familia compuesta por un matrimonio y dos hijos. En cambio, la CBA sólo está integrada por alimentos básicos.
El diferente impacto que tuvo la inflación en ambos conjuntos se explica por la evolución justamente de los alimentos, que de acuerdo a la medición oficial duplicaron su valor el año pasado, 5 puntos por encima de la inflación general.
Si el IPC no alcanzó los tres dígitos, es en gran medida por la decisión oficial de postergar algunos aumentos de tarifarios que atenuaron la escalada.
A su vez, la instrumentación del programa “Precios Justos” sirvió de ancla para moderar la inflación en alimentos y de esta manera amortiguar las subas de los valores tanto de la CBT como de la CBA.
De acuerdo a los últimos datos disponibles, el salario promedio en la Argentina superaría levemente los $ 190.000. Por lo tanto, la canasta básica para no ser pobre insumiría cerca del 80% de ese ingreso. Por el momento, las primeras evaluaciones de enero arrojan resultados dispares.
Para LCG en las dos primeras semanas de enero se observó una desaceleración de precios de los alimentos, a una zona levemente por encima de 4%. Sin embargo, para la Fundación Libertad y Progreso, la tasa de inflación general proyectada para el primer mes del año es de 6%.
Bajo estas condiciones resulta difícil que los sectores de menores recursos puedan recomponer sus ingresos y mejorar su poder de compra de los bienes básicos para superar la indigencia y la pobreza.
El último reporte de la UCA señaló que el 43% de los argentinos tiene sus necesidades básicas insatisfechas. El próximo dato de pobreza por parte del INDEC correspondiente al cierre de 2022 se dará a conocer el próximo jueves 30 de marzo.