Aunque varios analistas habían anticipado que la inflación de noviembre iba a estar por debajo de la de octubre, que fue del 6,2%, la estimaban en torno al 6%. Sin embargo, los datos oficiales, tanto del Indec como de la DEIE, arrojaron que fue del 4,9% (nacional y provincial). Para encontrar un valor inferior en la suba de precios mensual, hay que retroceder a febrero, cuando el promedio nacional fue de 4,7% y la de Mendoza alcanzó el 4,6%.
El Indec informó que el nivel general del Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula una variación del 85,3% en los primeros once meses del año y un incremento de 92,4% en la comparación interanual. De esta manera, a menos que se produzca un salto muy marcado en los días que quedan de diciembre, la suba de precios acumulada este año podría estar más cerca del 90% que del 100% que habían planteado la mayoría de las previsiones. Pese a eso, se debe tener en cuenta que este último mes del año suele producirse, por el aguinaldo y las Fiestas de Fin de Año, una aceleración de la inflación.
El rubro que tuvo mayor aumento en noviembre, con respecto a octubre, fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (8,7%), por el incremento de la electricidad y el gas, producto de la eliminación de subsidios asociada a la segmentación de tarifas en todo el país (a lo que se suma el aumento del agua en Gran Buenos Aires). Le siguieron Comunicación (6,4%), motivado por la suba de los servicios de telefonía e internet; y Bebidas alcohólicas y tabaco (6,3%), cuyo mayor impacto se dio por el aumento de los cigarrillos.
En tanto, los rubros con menos variación en noviembre fueron Educación (3,8%) y Alimentos y bebidas no alcohólicas (3,5%). Pese a eso, esta último fue el de mayor incidencia en casi todas las regiones (incluida Mendoza), por su peso dentro del índice general. La consultora Focus Market ya había advertido que el mes pasado hubo una desaceleración de la suba de precios en productos de la canasta básica alimentaria, porque en octubre se dieron fuertes aumentos preventivos ante la inminencia del lanzamiento del Programa Precios Justos.
El economista Nicolás Aroma comentó que el índice del 4,9% superó las expectativas y cálculos, ya que se esperaba que pudiera romper la barrera del 6%, pero terminó rompiendo la del 5%. Esto, resaltó, constituye una muy buena noticia porque, con altos niveles de inflación, es importante quebrar la inercia y que empiece a desacelerar, pero en general ese descenso es gradual y más de un punto por mes es un dato alentador.
El asesor del PJ detalló que esto responde a la estabilidad cambiaria, a la acumulación de reservas, los acuerdos de precios y el poner como primer objetivo en la agenda política bajar la inflación (aunque tenga su impacto en el consumo y el crecimiento). También, a las conversaciones y adelantos por parte de organismos multilaterales. Y subrayó la importancia de que los alimentos suban por debajo de la inflación promedio, lo que no sucedía unos meses atrás.
Qué pasó en Mendoza
El informe de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia detalla que, con la variación del IPC para el Gran Mendoza del 4,9% en noviembre, con relación a octubre, la inflación acumulada en los 11 meses de 2022 alcanza el 87,6% (y es del 94,6% con respecto a noviembre de 2021).
En cuanto a los rubros que tuvieron una mayor variación en noviembre, Vivienda y servicios básicos encabeza la lista, con un 10,6%; seguido por Otros bienes y servicios, con un 10,4%; Educación, con un 7,1%, y Esparcimiento, con 6,8%. En tanto Alimentos, que tiene una alta incidencia en el IPC general -y que tiene una alta participación en los gastos de las familias de menores recursos-, subió 3,2%, es decir, 1,7 puntos porcentuales por debajo de la inflación.
Qué esperar en diciembre
En cuanto a lo que se puede esperar para este último mes de 2022 y los primeros de 2023, José Vargas, de la consultora Evaluecon, explicó que diciembre es un mes estacional, por lo que es muy probable que el índice de inflación esté por encima del de noviembre. Es que las Fiestas de Fin de Año y las vacaciones, indicó, predisponen para gastar más dinero de lo habitual.
El economista detalló que, en los últimos días del año, algunos factores van a favorecer el “calentamiento” de los precios: el impacto del medio aguinaldo, los bonos de fin de año -algunos sindicatos lograron unos con valores relativamente altos, incluso por sobre los $100 mil-, el bono de $24 mil para el sector privado, algunos planes adicionales con ayudas y el “IFE 5″ (o refuerzo alimentario para adultos sin ingresos).
Y para el inicio de 2023, mencionó que la inflación cercana al 100% de 2022 tendrá un arrastre en los primeros meses del año próximo. Sumó que enero también es estacional, por las vacaciones y los Reyes Magos, por lo que estimó que el indicador volverá a subir, mientras que en febrero debería tender a bajar, para volver a trepar en marzo, por el inicio escolar.
Además, Vargas advirtió que hay que esperar a ver cuál será el impacto de la emisión monetaria, producto del “dólar soja 2″, que va a empezar a notarse en los precios a partir de fines de diciembre, pero sobre todo en enero. Y también, aguardar a qué sucederá con el tipo de cambio oficial, que está contenido.
Aroma, por su parte, indicó que noviembre suele ser de baja inflación, pero diciembre no. Pese a eso, planteó que el gobierno deberá intentar sostener el proceso de baja o, al menos, que la variación hacia arriba no sea importante. Y que el hecho de pueda estar más cerca del 90% interanual que del 100% es importante, porque influye en las expectativas y aleja el riesgo de una hiperinflación.