El primer bimestre cerró con una inflación de 7,8%

Es la suba más marcada que ha tenido el IPC en el período enero-febrero desde que el Gobierno retomó la medición. Los alimentos y bebidas explican la mayor parte de los incrementos.

El primer bimestre cerró con una inflación de 7,8%
Pese a los controles de precios del Gobierno, los productos de primera necesidad están entre los que más aumentaron / Orlando Pelichotti

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Mendoza aumentó 4,6% en febrero, lo que marcó una aceleración respecto a enero, cuando la inflación fue de 3,1%. De esta manera, en lo que va de 2021 ya se registra un aumento acumulado del IPC de 7,8%, el valor más alto para ese período desde que el Gobierno Provincial retomó la medición, en 2016.

La Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), perteneciente al Ministerio de Economía, dio a conocer ayer los números para la provincia, al tiempo que el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) hizo lo mismo con el IPC a nivel nacional.

Las subas por rubros

En lo que respecta a Mendoza, se observa que la mayor parte de la inflación de febrero es atribuible a los alimentos y bebidas (explican 1,9 puntos porcentuales de los 4,6 que avanzó el IPC). Le siguieron en incidencia el rubro de “transporte y comunicaciones”, con 0,6 puntos y “equipamiento y mantenimiento del hogar”, con un 0,5 puntos.

Si bien “alimentos y bebidas” (con un 4,8% de variación mensual) tiene mayor peso en la composición de la canasta, los rubros que han tenido subas más significativas con respecto al mes anterior son educación (9,4%), “vivienda y servicios básicos” (7,3%), y “equipamiento y mantenimiento del hogar” (7%).

En cambio, en la comparativa interanual, el rubro “indumentaria” lidera los incrementos, con una suba del 51,5% en los últimos doce meses. Le siguen “equipamiento y mantenimiento del hogar” (45,5%), “alimentos y bebidas” (44%) y “atención médica y gastos para la salud” (43,2%).

La diferencia con Nación

De acuerdo al Indec, el IPC nacional fue del 3,6% en febrero, un punto por debajo del de la provincia. Sin embargo, se debe recordar que en enero la situación había sido inversa: Mendoza tuvo una variación en los precios de 3,1% y la media para todo el país fue de 4%. La diferencia tampoco es significativa cuando se considera la variación interanual, ya que la inflación para los mendocinos fue de 39,7% y el promedio del Indec fue de 40,7%.

Sobre este punto, el economista Carlos Rodríguez planteó que en el largo plazo los números siempre confluyen, porque la inflación no es un fenómeno local. “Cuando se registra un aumento de precios en una jurisdicción y no en otra, responde a productos o servicios estacionales”, comentó.

Por su parte, el economista Pablo Salvador destacó que en los últimos dos meses (enero y febrero) los índices fueron altos. “El rubro que más está impactando es el de alimentos y bebidas. Era de esperar que este mes se mantuviera esa tendencia, porque los combustibles han seguido subiendo y terminan impactando en la canasta de alimentos y la del IPC”, subrayó.

También compartió su opinión Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza. “A lo largo de todo el año, la inflación provincial y la nacional tienden a ser muy parecidas. En el medio, hay aumentos que se registran en meses diferentes. Por eso es que se ven diferencias parciales, como la que se dio este mes”, comentó.

Las expectativas inflacionarias

El Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central, reveló que, al menos hasta agosto, la inflación promedio mensual podría estar en el orden del 3% o 3,2%. Para Pablo Salvador, “parece difícil que se cumpla la previsión del Gobierno de un aumento anual del 29%”.

De todos modos, planteó que todo dependerá de la decisión del Gobierno en un año electoral. Así, si libera las tarifas y los precios congelados, como anunció que iba a hacer, el resultado final sería bastante más alto que el 29%. Es que, cuando se compara la evolución interanual, se observa que el IPC general aumentó un 40,7%, mientras los componentes regulados, lo hicieron un 21%. “Es decir, que aumentaron un poco más de la mitad que el nivel general de precios. Eso es inflación reprimida que tarde o temprano va a salir a la luz”, lanzó el economista.

Por otro lado, Salvador señaló que, si el Gobierno decide mantener las tarifas, se arriesga a una mala calidad en la prestación del servicio y posibles cortes; si sostiene los precios congelados se podría producir desabastecimiento en los supermercados y una fuerte presencia de segundas o terceras marcas; y si hace que el dólar no suba demasiado, tendrá consecuencias en las reservas del Banco Central y en el Riesgo País.

Rodríguez, por su parte, subrayó que Argentina tiene la segunda inflación más alta de América Latina –aunque podría considerarse la primera si se excluye la situación particular de Venezuela- y una de las más altas del mundo. Además, planteó que se debería esperar una “tormenta monetaria de proporciones escalofriantes”. Esto, porque no sólo ha aumentado de manera considerable la base monetaria (por la emisión durante la pandemia), sino también los pasivos remunerados.

Sobre estos últimos, explicó que son el dinero que el Banco Central capta del resto de las entidades bancarias -y les paga una tasa de interés- para “esterilizarlo”. Es decir, sacarlo de circulación. Estos pasivos, indicó, han “aumentado brutalmente y son inflación a futuro”.

“No quisiera ser pesimista, pero cuando empiecen a eliminar los controles, se va a acelerar la inflación”, advirtió. “Esto se ve con claridad en el supermercado, donde sólo hay marcas poco conocidas de aceite y al mismo precio que las primeras tenían antes”, remarcó.

Rodríguez señaló, además, que generalmente los aumentos más fuertes se dan en el rubro alimentos, que es el que más impacta en las personas de menos recursos. Esto, porque cuanto menos dinero se tiene, mayor proporción de los ingresos se debe destinar a la canasta alimentaria.

Sebastián Laza, tampoco ve una tendencia de desaceleración inflacionaria. “Este año, que hay bastante más movimiento que en 2020, la inflación ha tomado una dinámica normal, parecida a la que se veía en el último año de Macri. Estamos hablando de una inflación promedio mensual del 4%. Las estimaciones privadas hablan de un 50% de inflación anual”, alertó.

“Eso se atribuye a la desacertada política macroeconómica nacional, que no logra generar certidumbre para que la inflación baje. La gran pregunta es qué va a pasar con los salarios, si podrán o no seguir el ritmo de los precios”, analizó el economista.

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