Además de los problemas para generar un negocio rentable, la ganadería en los últimos años ha enfrentado acusaciones de contaminación por parte de grupos ambientalistas. La respuesta a ambas cuestiones parece estar en aplicar más tecnología, vinculando energías renovables y planteando otros sistemas de producción. El trabajo de asociaciones y del gobierno provincial indican que Mendoza no quiere ser la excepción a esta tendencia.
Esto se ve en algunas zonas ganaderas, donde cada vez es más común usar paneles solares para movilizar las bombas de agua. “En vez de ser a gasoil, se usa la bomba con paneles solares, sobre todo en lugares donde no llega la electricidad. Económicamente es competitivo, reemplaza a los viejos molinos de viento”, explicó Maximiliano Bordas, ingeniero agrónomo especializado en Ganadería y técnico de la Sociedad Rural del Valle de Uco.
Ramiro de Diego, cofundador de Solárica, comentó que su empresa dedicada a energía solar tiene varios proyectos ganaderos en San Carlos y San Rafael. Un caso puntual que menciona es el de una bomba con paneles ubicada en San Carlos, con una profundidad de la bomba de 6 metros, extrae 40 metros cúbicos por día y traslada el agua 11 kilómetros hasta el reservorio.
“Tenemos soluciones 100 % solares que extraen hasta 500 mil litros hora, con más de 20 años de vida útil y con un retorno de inversión rápido frente al bombeo de agua con diésel”, afirmó el cofundador de Solárica. Además, está la posibilidad de convertir una bomba de diésel en una que funcione con energía solar.
Por su parte, Alejandro Zlotolow, subsecretario de Industria y Comercio de Mendoza, resaltó que en los proyectos tecnológicos Mendoza TEC Asociativos hay iniciativas vinculadas al cultivo de forraje para ganado aplicando tecnología, paneles solares para bombas y sistemas de riego modernos.
“Una vez me hicieron una nota sobre Economía del Conocimiento versus Economía Tradicional, y yo dije que una no compite con la otra, sino que la nueva tecnología debe complementar y traccionar a las actividades tradicionales. Debe ayudar a mejorar la competitividad”, afirmó Zlotolow. Como ejemplo, mencionó que Israel aplicó grandes avances tecnológicos para sostener su producción primaria, como la mejora en el riego.
Vinculando también con las nuevas dificultades que trae aparejado el cambio climático, Zlotolow cree que la ganadería puede aprovechar tecnologías de medición para tener una información más certera. “La tecnología involucra un potencial impresionante para que mejoremos en productividad y hagamos frente al cambio climático”, afirmó el funcionario.
Ganadería regenerativa
Una crítica habitual que se hace al sector ganadero es que los animales generan una gran cantidad de gas metano que empeoran el calentamiento global. Como respuesta, en noviembre y con motivo de la cumbre climática COP 26, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina presentó el informe “Carne Argentina, Carne Sustentable”, realizado por 45 científicos coordinados por la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet.
En el documento se afirma que a menudo, cuando se cuestiona la ganadería vacuna, en las emisiones de metano se omiten dos aspectos: que “el metano no es únicamente emitido por el proceso de fermentación entérica” sino también por otras fuentes como los suelos de arrocera inundados, y que “se omite considerar la compensación por el posible secuestro de carbono en los suelos” que generan los pastizales (cosa que no ocurre en países con sistemas de encierro).
Este último punto guarda relación con la llamada Ganadería regenerativa, que busca imitar a la naturaleza, regenerar pastizales, utilizar menos insumos y generar renta, capital biológico y capital social, todo esto con un proceso certificado. De ese modo, los pastizales se convierten en “bombas de carbono”, que secuestran toneladas de CO2 atmosférico, y los productores son parte de la solución al cambio climático.
Maximiliano Bordas explica que este “paquete tecnológico” de la Ganadería regenerativa implica un cambio de paradigma. Antes, se creía que una alta cantidad de ganado producía desertización, y hoy se afirma que, con una mayor frecuencia de uso y apotreramiento (dividir el predio en parcelas o potreros), se puede lograr que los pastizales se recuperen mejor y sean más productivos.
“La producción ganadera histórica de Mendoza es tener dos lotes gigantes, dejar todo el año el ganado en uno y después pasar al otro. Ahora se propone dividirlo en 6 espacios y rotar por partes. Por ejemplo, en una alfalfa, que haya 7 días de uso y 35 de descanso, con alta carga animal”, describió este técnico de la Sociedad Rural del Valle de Uco. También se le llama Manejo Holístico, ya que implica una mirada integral: económica, social y ambiental.
Además, este sistema implica “ordenarse y planificar”, ya que se hace a través de un proceso de certificación como Ganadería Regenerativa. “La carne argentina es sustentable, pero no lo certificamos. El 70% de la ganadería argentina se produce en base a pasturas. En Mendoza por su sistema de ganadería que es de cría y recría estamos haciendo ganadería sustentable, lo importante es certificarlo”, afirmó Bordas.
En cuanto a otras aplicaciones tecnológicas, se está usando los avances en la vacunación y se implanta un chip en la vaca con toda la información de la madre. Esto permite una mejor obtención de datos, que se cargan en una nube y pueden utilizarse a través de tecnología Big Data.