La tasa de desocupación del Gran Mendoza bajó 2,9 puntos porcentuales, pasando de 8,5% en el segundo trimestre de 2021 a 5,6% en el mismo período de este año, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). Se trata del valor más bajo de los últimos cuatro años, aunque aún se encuentra por encima de la media histórica provincial, que ronda el 4%.
En cantidad de personas, la mejora se traduce en 15 mil desocupados menos (se bajó de 45 mil a 30 mil). Sin embargo, hay que tener en cuenta que se considera “desocupadas” a aquellas personas que se encuentran activamente buscando un puesto de trabajo. Por lo tanto, la disminución de la tasa de desempleo no garantiza por sí sola que esas 15 mil personas hayan conseguido trabajo. Para saber qué ocurrió realmente, hay que analizar otros dos indicadores: la tasa de empleo y la tasa de actividad.
En este caso, la tasa de empleo, que hace referencia a la cantidad de personas que tienen trabajo dentro de la población económicamente activa, mostró una mejora de 0,4 puntos porcentuales. El índice era de 47,2% en 2021 y llegó a 47,6% este año. Esa pequeña diferencia porcentual equivale a 8 mil trabajadores nuevos.
¿Qué pasó con los otros 7 mil desocupados menos? La respuesta es simple: dejaron de buscar trabajo. “Lo que se observa es un ‘efecto desaliento’ que se produce por el bajo nivel salarial que hay en nuestra economía. Cuando la retribución de los trabajos disponibles es mala en relación a la carga horaria (o no hay oferta laboral), la gente se desalienta mucho y abandona el mercado laboral”, explicó Nicolás Aroma, economista asesor del PJ.
La tasa de actividad, valor que representa al total de gente activa en el mercado (ocupados más desocupados), confirma esa situación. De acuerdo a los datos del Indec, ese indicador bajó 1,2 puntos porcentuales en el segundo trimestre de este año, ubicándose en 50,4%.
Buen balance general
Más allá de esa porción de la población que abandonó el mercado laboral, los resultados del segundo trimestre son claramente positivos para Mendoza. Es que no solo se registró el nivel de desocupación más bajo desde 2018, sino que además se obtuvo la tasa de empleo más alta de las últimas décadas.
“La desocupación llegó a un nivel similar al que siempre ha tenido Mendoza, acorde al del resto de los aglomerados urbanos de similar tamaño. En la pandemia alcanzamos tasas muy altas y ahora estamos tendiendo a la normalidad histórica”, señaló el economista Carlos Rodríguez.
“Es destacable que, aunque los indicadores del Gran Mendoza son peores a los de San Juan y San Luis, son mejores a las de ciudades como Gran Córdoba, Gran Buenos Aires y Mar del Plata”, apuntó Rodríguez.
Se mostró de acuerdo Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza. “Los números son muy positivos. Claramente la provincia ha respondido favorablemente a la recuperación económica post pandemia. En este proceso, sin duda han traccionado mucho los programas impulsados por el Estado, como Mendoza Activa, Enlace y Enlazados, remarcó.
También Nicolás Aroma consideró que los datos para Mendoza “son bastante buenos”. El economista destacó que el desempleo bajó 3 puntos interanuales, esta vez siguiendo la tendencia nacional -el desempleo a nivel país bajó de 9,6% a 6,9%- y ubicándose en un mínimo desde 2018. No obstante, recordó que aún no se igualan los bajos niveles de desempleo que tienen San Juan (3%) y San Luis (3,6%) y que faltan algunos puntos para igualar el promedio histórico.
Perspectivas poco claras
Aunque los resultados del mercado laboral en el segundo trimestre son alentadores, hay dudas respecto al sostenimiento de la tendencia en el tercer trimestre del año, debido al punto de quiebre que marcó la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía. Cabe recordar, que tras la renuncia del ex ministro se dispararon el dólar y la inflación, provocando inestabilidad e incertidumbre en todos los sectores económicos.
“Sin duda algún efecto negativo va a haber en Mendoza, como consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo y los desequilibrios económicos en general. Lo bueno es que en la provincia se ha desarrollado bien el turismo, lo que probablemente ayude a compensar las potenciales pérdidas de puestos de trabajo”, apuntó Sebastián Laza.
Por su parte, Nicolás Aroma opinó que el sostenimiento de los buenos niveles de empleo va a depender del comportamiento de la inflación y de la capacidad que tenga Argentina para tener un colchón de dólares que permita sostener los niveles de producción. También puso sobre la mesa el ajuste fiscal de parte del Gobierno. “Mientras sigamos mirando el tablero fiscal, podremos causar un daño muy alto en el consumo y en el empleo”, concluyó.
El salario no alcanza
Un dato que llamó la atención en el informe de Indec, es que la tasa de “ocupados demandantes” del Gran Mendoza saltó del 22,6% al 27%. Eso se traduce en que uno de cada cuatro trabajadores está buscando una segunda fuente de ingresos.
Los economistas coincidieron en que ese resultado es consecuencia directa de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, un problema que se profundizó en los últimos meses.
Para los expertos, es fundamental que los sueldos recuperen poder de compra. “Si no se resuelve el problema de los salarios, el buen nivel de actividad económica no se va a ver reflejado en la recuperación del empleo ni una mejora del consumo”, sostuvo Aroma.
