El BCRA desarrolló y facilitó a los jueces una calculadora de intereses que persigue dotar al sistema de una sola herramienta de cálculo, que -luego- refleje las variaciones cíclicas del país y alcance un resultado razonable, como aporte a la seguridad jurídica.
La pluralidad de métodos y calculadoras desarrolladas en todo el país por Colegios de Abogados, Consejos Económicos e incluso los Poderes Judiciales Provinciales, afecta uno de los pilares fundamentales del instituto económico y técnico del seguro: la previsibilidad, la cual hoy no existe; actualmente, se utilizan métodos y criterios distorsionados y ajenos a la realidad, con fórmulas distintas en cada jurisdicción e, incluso, dentro de un mismo Tribunal, donde diferentes Salas emplean criterios diversos.
Esto impide que las partes puedan conciliar, generándose una cantidad desmedida e incontrolable de juicios. Por el contrario, la utilización de la herramienta acelerará los acuerdos. El seguro como hecho económico-técnico, cruje, como la economía en su conjunto, cuando frente a desvíos tales como la inflación, los Tribunales responden con disparidad de criterios.
La infinidad de métodos de cálculo como de tasas moratorias, conlleva efectos nocivos para los asegurados, terceros víctimas de accidentes -que transitan situaciones de dolor y complejas-, también para los Juzgados que se ven atiborrados de juicios.
En definitiva, para el conjunto de la ciudadanía dado que ello dificulta que las aseguradoras formulen una política rápida de transacciones para evitar los desajustes que se originan en relación a los criterios judiciales aplicables en las liquidaciones en cada una de las circunscripciones judiciales del país.
La apuesta por sentencias inequitativas con rendimientos financieros exorbitantes, no generan incentivos para alcanzar acuerdos extrajudiciales, la motivación y estímulos en esta materia, como en la economía, son todo.
Herramientas como esta calculadora deben recibir el beneplácito de los diversos actores. Podrían los jueces aportar mejoras al resultado final, previo a ello utilizarla como invaluable aporte que alienta la uniformidad de criterios como la eficiencia y previsibilidad.
¿Es una utopía pensar en herramientas adecuadas para uso de los jueces en materia aseguradora?, se preguntan desde el sector. Desde el Estudio Colomar de Rosario, estamos convencidos, que este paso -conjunto- dado por el BCRA y la SSN, apelando a nuevas herramientas tecnológicas y a la creatividad, impulsan un cambio de paradigma para frenar y revertir la judicialización de asuntos, contribuyendo a la previsibilidad y ordenando las reclamaciones, encaminándolas fuera del poder judicial y bajo carriles de razonabilidad.
