Un informe del Concejo Empresario Mendocino (CEM) sobre la evolución fiscal de Mendoza en la última década muestra una caída de los recursos públicos provinciales en términos reales y parte de ello se explica en la disminución de los ingresos percibidos por regalías, principalmente petrolíferas, lo que hace a Mendoza más dependiente de la recaudación de los tributos como Ingresos Brutos.
Históricamente los fondos que percibía Mendoza en concepto de regalías representaron el 25% de la recaudación mientras que en la actualidad es la mitad o menos.
El documento del CEM destaca que los recursos de origen nacional crecieron desde 2019, en desmedro de los recursos de origen provincial. Dentro de ese panorama, el impuesto a los ingresos brutos es la principal fuente de ingresos provinciales porque representa el 77% de los fondos generados a nivel local. En tanto, los recursos considerados no tributarios, donde están encuadradas las regalías, “redujeron su incidencia” de forma marcada: “Perdieron 11 puntos en promedio entre 2012 y 2021 y recuperan terreno en 2022″.
En la cartera de Hacienda que conduce Víctor Fayad no desconocieron esta situación, al contrario, admiten que entre los factores que influyeron en la merma se encuentra la constante disminución en la producción petrolera mendocina con el paso de los años. Pero, más allá de medir la situación fiscal, en el Gobierno ponen el ojo en el impacto económico. En Mendoza está toda la cadena de la actividad, desde la exploración hasta la refinación de los derivados del petróleo, lo que genera un gran movimiento dentro de la economía local.
Desde Hacienda remarcaron que las medidas están apuntadas a sostener y aumentar el nivel de producción “por lo que derrama el sector” al mismo tiempo que son conscientes que una mejora en toda la actividad traerá aparejado una recomposición en los índices de recaudación. “Las regalías solían ser un cuarto de la recaudación propia, ahora son menos del 15%, sin embargo los ritmos de caída en la producción se han suavizado”, reconoció Víctor Fayad, ministro de Hacienda de Mendoza.
En el periodo analizado por el CEM, que va desde 2012 a septiembre de 2022, en términos dinerarios los ingresos por regalías saltaron de $1.194 millones a $17.120 millones. Sin embargo al medir la incidencia de esos recursos sobre el total de los ingresos generados a nivel local se puede apreciar que “las regalías que representaban el 16% de los recursos corrientes de origen provincial en 2012 (en 2010, 24%), alcanzan el 10% de los recursos corrientes” hacia 2022. Es importante mencionar que no está contabilizado el último trimestre del año pasado, cuando la proyección estatal del cobro de regalías era del 13%.
En el caso de las regalías petrolíferas hay tres aspectos que influyen: por un lado el precio del petróleo que no es el internacional, el impacto que genera el valor del tipo de cambio y los niveles de producción.
“Pueden darse años en los que cae la producción pero aumenta mucho el precio como fue a principios del año pasado por el tema de la guerra. También porque aumenta mucho el tipo de cambio como pudo haber sido en el segundo trimestre de 2018 o puede ser también que el precio se caiga mucho como ocurrió durante la pandemia, que incluso hubo momentos de precio cero o casi cero del petróleo. La dinámica (para definir las regalías) es muy difícil de analizar, pero, dicho esto, sí ha caído en los últimos años”, sentenció el Ministro.
Entre las explicaciones que brindó Fayad para mostrar todo el mapa consideró que antes la evolución geológica de toda la superficie petrolera de la provincia hacía que la producción decayera cuatro o cinco por ciento al año, mientras que ahora ese nivel de caída ha disminuido. “Lo que nosotros esperamos es que, producto de las distintas inversiones que se están haciendo y el clima empresario que hay en Mendoza, el sector recupere la dinámica”, agregó.
“Si nosotros tuviéramos una situación deficitaria estaríamos muy preocupados, pero lo que nos preocupa a nosotros más que la recaudación es que el sector vuelva a tener dinámica y comience de nuevo a entregar los niveles de producción que tenía antes” afirmó Fayad. En ese sentido, insistió en que el punto principal a tener en cuenta no es el menor ingreso de recursos sino el estado de todo el circuito productivo en derredor de la actividad.
“Estamos haciendo cosas -más que por lo fiscal- por lo económico, porque es un sector grande de la economía que derrama. Por eso me preocupaba mucho más antes que estaba cayendo a un ritmo vertiginoso, que ahora”, dijo sin rodeos. Y a renglón seguido añadió: “Ha dejado de caer (la producción petrolera) y ha mostrado un signo de recuperación en algunas áreas”.
La evolución fiscal en Mendoza
El informe elaborado por el CEM toma los datos oficiales, publicados por el Gobierno de Mendoza. Entre la información que recabó el especialista Gustavo Rivarola, se puede observar que “la participación del Estado provincial en la economía local, medida por el ratio erogaciones totales frente al Producto Bruto Geográfico (PBG) es un 11% mayor que una década atrás”. Pasó del 20,6% en 2012 al 23% en 2021.
Así mismo el economista consideró que “los esfuerzos de austeridad del último lustro han logrado, primero estabilizarla en torno del 25% del PBG para luego comenzar a reducirla hasta el 23% mencionado”.
Sin embargo, yendo unos años más atrás, Rivarola también reflejó que “esa participación (estatal) alcanzaba el 11,7% en 2004″ con lo que “el sector público creció más que la economía en su conjunto y como consecuencia el sector privado, creador de riqueza y de empleo, se achicó”. Eso implica que se haya vuelto más pesada la carga para el sector privado, que con el pago de sus impuestos financia la estructura estatal.
En diálogo con Los Andes, el economista dijo en cuanto a la presión tributaria: “Vemos que desde 2017, en general, ha venido bajando, pero creemos que tiene que seguir bajando para mejorar la competitividad. Porque si lo miras en una serie más larga, la presión tributaria provincial estaba en torno del 3,2% en 2004 y hoy está en 6,7%, es decir que estamos en un número, aún con la caída de los últimos años, significativamente mayor”.
En contrapartida, desde el sector empresario reconocieron como positivo que luego de una década de deterioro del ahorro corriente, muy marcado en 2015 que cerró con un -7%, “esta variable encontró un sendero de recuperación a partir de 2016″ y estiman “que el ahorro corriente de este año rondará el 13% de los recursos”.
Rivarola consideró que en un contexto con “alto grado de imprevisibilidad” como el actual es muy importante “sostener un nivel de ahorro corriente que brinde certezas y algún margen de maniobra (al Estado), asegurando que los gastos no crezcan a un ritmo mayor que los recursos corrientes, en un contexto en el que la presión tributaria sobre el sector privado debe continuar bajando”.
“Entendemos que hay un comportamiento fiscal austero que debe ser consolidado y esto se refleja básicamente en un nivel de ahorro corriente que es positivo”, agregó el economista.
El informe del CEM también sugiere que debe continuar “la racionalización de la planta de personal estatal provincial llevada a cabo desde 2016, luego de haber aumentado a un ritmo superior al del crecimiento poblacional entre 2010 y 2015″. De acuerdo a los datos recogidos por el CEM entre 2011 y 2015 el empleo público creció sin pausa, y pasó de 103.423 a 113.437 entre cargos y contratos. Esto implicó que la partida en personal en 2015 se llevó el 60% del gasto corriente, el máximo en los últimos 10 años.
En cambio en el periodo de 2015 a 2021, la planta de personal se redujo un 2,5% hasta alcanzar los 110.578 cargos y contratos. En tanto en el primer semestre de 2022, el empleo público provincial se contrajo un 0,9% más. “Entendemos que esta política debe continuar, priorizando las funciones indelegables del Estado” pero al mismo tiempo “los empleos registrados que necesita Mendoza deben crearse mayoritariamente en el sector privado, lo que no ha sucedido en la última década”, sostienen desde el CEM.
Otro detalle que pone de manifiesto el documento sobre la evolución fiscal es que, como pasó al finalizar el 2022, Mendoza conseguirá un superávit operativo: “Luego de muchos años de déficit, pronosticamos que el Estado provincial alcanzará por segunda vez consecutiva un superávit operativo que, según nuestras proyecciones, rondará el 6% de los recursos corrientes”.
Hace 7 años que no subimos impuestos
Al ser consultado sobre los datos que reflejó el informe del CEM, el ministro de Hacienda de Mendoza, Víctor Fayad, aseguró que “no voy a objetar los datos porque son los que publicamos nosotros” y luego añadió: “analiza el comportamiento de los últimos 10 años en los que afortunadamente se muestra o se evidencia el orden fiscal que para nosotros es el primer mandamiento” porque “a la provincia le fue muy mal cuando hubo desmanejo del punto de vista fiscal”.
Al analizar la evolución impositiva en Mendoza y la reclamada reducción de la presión tributaria por parte del empresariado, el titular de Hacienda remarcó que “hace siete años que no subimos una sola alícuota de Ingresos Bruto. Somos la única provincia que habiendo acordado con el Gobierno Nacional los techos del consenso fiscal, las seguimos bajando mientras que en otra provincia se hicieron los vivos y las subieron”.
“Nosotros hemos dado la señal muy fuerte de que no subimos impuestos y eso lo venimos respetando hace siete años pero pasa que no podemos de un plumazo volver a la presión tributaria que había en 2007, cuando hoy el tamaño del Estado es mucho más grande al que había en ese entonces”, remarcó Fayad.
Sobre el superávit que marcó el informe del CEM, el ministro fue contundente y sin mencionarlos cargó contra la oposición por no apoyar una refinanciación de la deuda: “En una situación macroeconómica como la que estamos atravesando y teniendo imposibilidad de hacer un manejo eficiente en nuestra deuda, estamos obligados bajo todo punto de vista generar superávit. La deuda se tomó en 2016 a cinco meses de asumir la nueva gestión ¿Y para qué fue esa deuda? Para pagar la fiesta de otros”.