La Unión Industrial Argentina (UIA) presentó un informe sobre el Índice de Producción Industrial, que elabora el Centro de Estudios de la entidad, y que muestra que, luego de dos meses de caída, en setiembre la actividad tuvo un crecimiento del 2,7%. Sin embargo, destacan que el sector se encuentra en un punto de inflexión y, si bien cuenta con mejores perspectivas que en años previos, se ve muy condicionada por el devenir del contexto macroeconómico de elevada incertidumbre.
En el acumulado de los nueve primeros meses de 2021, 8 de los 12 sectores que componen el IPC-CEU tuvieron subas con respecto a 2019, principalmente aquellos de bienes durables y algunos de sus encadenamientos (Automotores, Minerales no Metálicos, Químicos, Caucho y Plásticos, Tabaco y algunos segmentos de Alimentos y Bebidas, Metalmecánica y Papel y cartón). Los 4 sectores restantes (Edición e Impresión, Metales Básicos, Refinación de Petróleo y Productos textiles), continúan por debajo.
En el mes de septiembre, las mayores subas se vieron en sectores como el Automotriz, que tuvo una suba de 35,4% con respecto a 2020 y de 57,2% respecto a 2019, traccionado por el buen desempeño de las exportaciones, aunque las ventas al mercado interno se contrajeron producto de restricciones de oferta, por faltantes globales y por las dificultades en la logística internacional. También hubo subas en la industria de Minerales no metálicos (6,2% anual y 22,5% respecto de 2019) a partir de la recuperación de la construcción y las refacciones en hogares.
Por su parte, el sector de Electrónica de consumo registró un incremento de 9,4% anual, mientras que respecto de 2019 la suba fue de 54,6%, impulsado en gran medida por la producción de celulares. Este sector se encuentra en una fase de recuperación luego de las fuertes caídas de los años previos, aunque la expansión del consumo continúa por debajo de la expansión productiva, lo que podría limitar la tendencia positiva en los próximos meses.
En tanto, hay otros sectores que siguen esta dinámica positiva al ser proveedores industriales. Este es el caso de Metalmecánica, que registró una expansión de 17,1% interanual y también en la comparación con 2019 (17,7%) por cuarto mes consecutivo. Dentro del sector, entre las ramas más dinámicas se encuentran maquinaria agrícola y carrocerías, remolques y semirremolques, y autopartes, aunque hay otras con recuperación más lenta. También el de Refinación de petróleo, que registró una expansión interanual de 22,9%, y logró superar por primera vez los niveles de 2019 (1%).
Por otro lado, existen otros sectores que si bien marcaron incrementos respecto de 2019, tienen un comportamiento heterogéneo hacia el interior. Este es el caso de Papel y Cartón, el sector registró un aumento interanual (9,8%) y también respecto de los niveles de 2019 (14,1%). Sin embargo, el incremento continúa siendo traccionado casi exclusivamente por la producción de papel para embalaje producto de la expansión del e-commerce, mientras que otros rubros como papel para diarios y papel de impresión se encuentran por debajo de los niveles de 2019, en gran parte debido al auge de los medios digitales y la virtualidad.
Por su parte, Sustancias y productos químicos registró un alza de 4,6% respecto a 2020 mientras que respecto de 2019 el incremento fue aún mayor (23,9%). En este sector, la suba fue impulsada principalmente por productos químicos básicos, productos farmacéuticos, detergentes y jabones y gases industriales, mientras que la producción de agroquímicos continúa a la baja. Las variaciones reflejan una base de comparación bastante elevada en 2020, dada la gran demanda de diferentes rubros del sector debido a los cambios en los patrones de consumo generados por la pandemia.
Según los datos de IQVIA (una compañía multinacional estadounidense que presta servicios para las industrias), el mercado farmacéutico acumuló un incremento interanual del 9% en los primeros 9 meses del año. Por su parte, Alimentos y bebidas registró una suba de 3,9% en la comparación con 2020 mientras que respecto a 2019 el alza fue mayor (10,9%). Dentro del sector se observan heterogeneidades, con un impulso de la producción de bebidas espirituosas, bebidas sin alcohol, té, molienda de oleaginosas y yerba mate, mientras que otros como carne bovina, vinos y pesca tuvieron un peor desempeño.
Otros sectores mostraron fuertes subas respecto del año anterior y, si bien gradualmente están mostrando mejoras respecto de 2019, en agosto todavía se encontraban en valores inferiores a los de aquel año. Tal es el caso de Metales Básicos, que registró una suba interanual de 22,9%, pero que todavía registra una contracción de 1,3% en la comparación con 2019. El sector está siendo traccionado principalmente por la mayor producción de acero, mientras que aluminio registra una recuperación más lenta.
Los datos disponibles de octubre indican tendencias mixtas en los datos de actividad económica, tanto en la comparación interanual, como respecto de 2019. Asimismo, en algunos casos las subas respecto de 2019 responden a las peores bases de comparación luego de la crisis cambiaria registrada a partir de agosto. Respecto de 2020, se registran subas en todos los indicadores excepto en Patentamiento de Autos (-27,5%), el índice Construya (-5,0%) y Recaudación IVA DGI (-2,3%), mientras que contra 2019 la situación se repite: se mantiene la fuerte suba en la producción automotriz (28,8% versus octubre 2019) y en la actividad de la construcción (Despachos de cemento: +20,1% vs. 2019, índice construya +9,9%).
Por otro lado, las exportaciones a Brasil registraron una suba de 24,1% y las importaciones desde Brasil tuvieron un incremento de 54,5% versus octubre de 2019 (tanto por la suba de la producción como por la baja base de comparación y el contexto cambiario). Sin embargo, la demanda de energía eléctrica de Grandes Usuarios industriales moderó la suba de +1,6% mientras que la recaudación de IVA DGI registró una variación negativa contra 2019 (-10%) y los patentamientos de autos continúan en caída, en un contexto de restricciones a las importaciones (-13,4%).
El año se encamina a cerrar con la primera suba luego de tres años de recesión. El panorama para el 2022 contiene varios elementos de incertidumbre, en el plano macroeconómico y en la demanda. El consumo sigue rezagado. El Índice de confianza al consumidor (UTDT) continúa debajo de 2019 (-3,6%). El crédito al consumo real cayó tanto con respecto a los niveles de octubre de 2020 (-6,2%), como a los de 2019 (-7,1%), mientras que en los centros de compras (minoristas) las ventas continúan sin alcanzar los niveles de prepandemia (-26,6% vs agosto 2019), aún pese a las flexibilizaciones en materia de circulación.
Por otro lado, hay indicios positivos en indicadores que marcan incrementos interanuales pero continúan por debajo de 2019, este es el caso del consumo en Supermercados (-1,4% vs. ago-19) y en las ventas al de Naftas de septiembre (-16,7 vs. sep-19), pero que por ahora son incipientes.
En el frente internacional hay varias señales de alarma: el debilitamiento del crecimiento mundial y las menores expectativas de crecimiento de los principales socios así como el elevado costo logístico del comercio exterior y las tensiones en las cadenas de suministro. Esto se generó por la escasez de contenedores y las demoras en los envíos, situación agravada por la crisis energética en China. En este contexto surge una reconfiguración de actores en la que muchas empresas optan por tener sus propios barcos en lugar de contratar fletes.