Julián Groisman: “Si creemos que el Malbec es nuestra soja, estamos totalmente equivocados”

El vicepresidente ejecutivo del Grupo Presidente fue elegido por Los Andes como el Empresario del año 2022. En este diálogo, remarcó aspectos destacados de su trabajo y opinó sobre la actualidad económica.

Julián Groisman: “Si creemos que el Malbec es nuestra soja, estamos totalmente equivocados”
Julián Groisman fue elegido por Los Andes como el empresario del año. Foto: Mariana Villa / Los Andes

Tiene 46 años y lidera -en familia- uno de los grupos empresarios con más importancia en la provincia, con una sólida trayectoria en el desarrollo inmobiliario, los centros comerciales, la hotelería y el negocio agrícola. Julián Groisman es vicepresidente ejecutivo e integrante del directorio de Presidente, unidades de negocio diseñadas a partir del espíritu emprendedor y que han representado grandes desafíos por fuera del estándar local. Con varios proyectos de innovación en carpeta e inicios de obra, el 2022 lo posicionó como ganador del Empresario del Año, una distinción de Diario Los Andes.

-¿Por qué este año han decidido invertir en la industrialización de la nuez, un producto que no es típico de Mendoza? ¿Son una punta de lanza en ese negocio?

-Ya veníamos invirtiendo en el sector, nuestra historia con la agricultura es desde siempre. Este año representa el final de un proceso, porque queríamos tener un producto que permitiera estar presente en toda la cadena de valor y poder exportarlo. Con la nuez ese fue el objetivo y el proyecto de la planta industrial de Maipú es una parte más de ese eslabón, que comienza con el desarrollo de la materia prima en las fincas y sigue en el secado, el procesamiento industrial y los canales de comercialización.

-¿Ustedes no comercializan a granel?

-Sí comercializamos nueces a granel, pero como se opera el commodity en bolsas de 10 a 20 kilos. Estamos en conversaciones más avanzadas con algunos mercados, desarrollando un packaging más chico a medida que vamos generando las relaciones comerciales. La decisión fue esa y es parte de un proceso, de un modelo de negocio, de una integración comercial.

-¿Cómo ven este negocio particular de cara al 2023?

-La nuez, dentro de la familia de los frutos secos, es un negocio que tiene una historia de años en Mendoza, sobre todo en Tupungato, etc. Nosotros también estamos en este sector desde hace muchos años.

A nivel internacional el negocio ha crecido muchísimo con jugadores como Chile, por ejemplo, en el hemisferio Sur. También ha impactado el ingreso de China y como todo lo que sucede allí, en un momento producen para el consumo interno y otras veces producen para exportar.

-¿Generan dumping?

-No sé si es dumping, pero cuando China empieza a exportar afecta el precio del commodity. La nuez no es un producto de primera necesidad y el precio es muy sensible al consumo. Estamos viendo que con el ingreso de China al mercado nos ha cambiado el objetivo; siempre nuestra meta fue la productividad y ahora tenemos que buscar también mejor calidad, básicamente en el tema de los calibres (tamaño del fruto), porque la inversión de China ha introducido muchos kilos en el mundo. Frente a esto somos auspiciosos, porque estamos desarrollando genética para tener nueces un poquito más tempranas que el resto del hemisferio sur. La demanda se divide en la producción del hemisferio norte y del hemisferio sur. Jugamos con las nueces del Sur y estamos corrigiendo el modelo para vender frutos de mejor calibre. Esa sería la respuesta a la demanda del mercado.

-¿Qué tiene planeado para 2023?

-Teniendo nuestra base en Mendoza, estamos planificando y trabajando en crecer en el sector del turismo con más de un proyecto hotelero; planes que por ahora están en distintos estadíos, desde aprobaciones de proyectos a discusiones internas, pero seguramente en los próximos años desarrollemos un proyecto relacionado al turismo. Consideramos que es una industria que está creciendo y va a seguir creciendo en la provincia. En materia de turismo, Mendoza tiene un posicionamiento importante como marca, que observamos en las tasas de ocupación de las líneas aéreas y de nuestro hotel Diplomatic. Somos optimistas y seguramente estaremos muy activos en pocos años con el desarrollo de más de un proyecto hotelero en la provincia.

-¿Estos proyectos serían para la zona céntrica o para el Valle de Uco?

-Siguiendo nuestro plan, seguramente en el Gran Mendoza va a haber un proyecto y otro para el Valle de Uco. En el Gran Mendoza ya tenemos las reservas de tierra, en nuestro master plan de Palmares tenemos terrenos todavía sin desarrollar, así que estamos validando también los proyectos con nuestro equipo y viendo en qué categoría de estrellas vamos a jugar. El año que viene lanzaremos el proyecto y hablaremos sobre concreto. Hoy estamos trabajando a todo vapor en forma interna y hablando con las distintas intendencias para encaminar su aprobación.

-Para desarrollar turismo se necesita infraestructura; caminos, tendido eléctrico, red de gas para que el visitante se sienta cómodo y llegue rápido. ¿Cómo ven a la provincia respecto a la región?

-En general te digo que quizás tenemos la particularidad, por donde estamos analizando el desarrollo de los proyectos y contamos con las reservas de tierra, ya tenemos infraestructura cercana. Quizás en el Valle de Uco, que tal vez es un poco inhóspito, es donde tendría que haber un desarrollo de servicios acompañados con mejor conectividad por fibra óptica, con ciclovías para que la gente tenga programas después de que venga de las bodegas y no sea solo que vaya la gente a comer.

En el Gran Mendoza veo una buena infraestructura, las inversiones que se están haciendo si se logra el metro tranvía a Luján ampliará las posibilidades, porque si un pasajero puede tomar el metro tranvía en el Aeropuerto y trasladarse a Luján va a ser un lujo; por otro lado hay fibra óptica en casi todo el Gran Mendoza. En infraestructura, en donde yo pondría el foco sería en la conectividad.

-¿Aérea?

-Sí y en general. Mejorar la conectividad móvil de la gente. Sobre todo si se avanza con la ley de alcohol cero tienen que haber más sistemas como Uber y Cabify. Al sistema de taxis lo veo muy ineficiente acá, de baja calidad, creo que al sistema de sistema de transporte hay que mejorarlo. Estamos yendo a un nivel de ciudad y de destino internacional y hay que hacer un salto de calidad para establecer estándares que se usan en las grandes ciudades; entonces hay que establecer una vara mucho más alta en todo.

-Invertir en ladrillos siempre es interesante, porque es un resguardo de valor importante para una época como ésta. ¿Cómo se planifica con una inflación que roza el 100% y que no tiene perspectiva de desaceleración para el año que viene? ¿Cómo hacen como empresarios para trabajar con todas estas variables?

-A ver… Trabajamos en distintas etapas, en el momento de la producción, cuando estamos construyendo, la única situación de cobertura que uno tiene es ir aforándose con lo que uno prevé -con acopio de materiales- para poder anticiparse a esta inflación que lamentablemente va creciendo mes por mes. Tenés que ir anticipándote en la medida que uno pueda, vas acopiando materiales para ir produciendo lo que prevés construir. Pero lo que tiene el mundo del Real estate, de los activos de la construcción, es que si miras el largo plazo y terminas un proyecto en una buena locación, que sean sustentables, en el tiempo tenés un resguardo de valor. Si bien tenés una situación de complejidad por la inflación, en el corto plazo, una vez invertido el capital tenés un resguardo de tu patrimonio, eso es lo que siempre sucede en la historia inmobiliaria.

Siempre tenés ciclos, durante la crisis del 2001 – en la que hubo una caída estrepitosa en el valor de las propiedades-, el que invirtió en ese momento en la construcción tuvo una recuperación de los valores después de 15 o 20 años. La propiedad en el tiempo, en moneda dura, sea la moneda que sea, con el tiempo se termina recuperando. Lo que pasa es que necesitás tener tu cobertura y no estar endeudado. En ese sentido somos muy conservadores en nuestro modelo de trabajo, porque para desarrollar un proyecto no tomamos deudas y trabajamos con capital propio.

Julián Groisman, el empresario del año 2022. Foto: Mariana Villa / Los Andes
Julián Groisman, el empresario del año 2022. Foto: Mariana Villa / Los Andes

-Hay algunos informes que dicen que Argentina o por lo menos que en Mendoza hoy los valores en dólares de la construcción están en un nivel bajo porque la mano de obra es barata. ¿Con el aumento de los materiales se compensa? ¿Qué es lo que ustedes ven?

-Yo vi ese informe, acá puede ser que tengas una particularidad porque esa medición está hecha en base a la Propiedad Vertical, pero en Mendoza se ha crecido en forma Horizontal, con el desarrollo de barrios residenciales. El informe está más ajustado a la realidad de otras ciudades en las que tienen más preponderancia los departamentos, como puede ser Rosario o Córdoba. Pero Mendoza, en general, ha crecido más horizontalmente y ha demandado más tierra en extensión, puede ser que el costo del terreno sea más económico porque el costo de construcción en la Argentina es casi el mismo; puede variar un 3 o 5% no es mucho más lo que incide el valor de la tierra.

Yo atribuyo la diferencia más al valor del terreno que al costo de la construcción porque no creo que sea por el costo de los materiales y ni de mano de obra. También en la provincia se han erradicado muchos viñedos, lamentablemente, que tenían 100 años. La ciudad ha crecido por sobre las zonas de Malbecs de 80 o 100 años, allí se han hecho barrios privados, y no se ha ido a zonas no productivas. Eso ha pasado en municipios donde no se ha planificado el desarrollo habitacional; en California –por ejemplo- se desarrollaron las zonas residenciales en lugares en donde no había producción. Acá hubo desarrollos residenciales en zonas productivas y creo que el Plan de Ordenamiento Territorial eso lo tiene contemplado y está bien que así sea porque la agricultura es parte de nuestra historia y de la sustentabilidad que tiene que tener una ciudad para desarrollarse.

-¿Cómo empresario qué opinión le merece la grieta?

-La verdad… nosotros los privados miramos el largo plazo y estar observando situaciones de peleas estériles, de Boca-River, de situaciones de indefiniciones de elecciones cada dos años en las que se tirar una moneda y que pueden llegar a cambiar la situación de estabilidad… la verdad es que para nosotros es muy complejo, porque nuestra industria. la de la construcción y la agricultura, también-, es de larguísimo plazo. Antes comentaba que se tardaron más de 15 años en recuperar inversiones que se realizaron en el 2001.

Chile, si bien atravesó un problema social, tuvo una estabilidad de 30 años de desarrollo económico y nosotros los privados precisamos de esa estabilidad para nuestros desarrollos de negocios, para la toma de decisiones y poder seguir invirtiendo pensando a largo plazo. Nosotros tenemos que estar exentos de esta grieta, de los cambios de banderas políticas que provocan aplazamientos en reformas que tienen que haber o tratamiento de temas de fondo que son estratégicos para Argentina. Tenemos que transitar por una misma senda y los partidos políticos que lideren el país no pueden hacerlo por otro; lleguemos a un acuerdo en un programa económico que nos permita el desarrollo, como lo hizo Chile durante 30 años.

-Habla de reformas y temas de fondo, ¿cuáles son los temas o las reformas que Mendoza tiene que tratar para que la actividad privada crezca? ¿Dónde cree que hay una traba?

-Entre los temas que puede manejar Mendoza, porque hay cosas que no las puede manejar, como la macroeconomía, creo que en la provincia se ha hablado mucho de la ampliación de la matriz productiva y el desarrollo de nuevos sectores. Creo que hay que darle más importancia a todo lo que se tiene, para mí todo lo que se ha logrado es sumamente valioso y pienso que desde allí se puede hacer crecer la economía.

Para mí la problemática de Mendoza es la misma que atraviesa Argentina, no vamos a crecer si no miramos seriamente el mercado externo. Al mercado externo no lo vamos a hacer crecer si no está asociado a las exportaciones y ahí se planteará el debate de cómo hacerlo. Vamos a crecer desarrollando más matriz productiva en qué: desarrollando más turismo, desarrollando más vitivinicultura, cuidando el recurso hídrico y definiendo a dónde tiene que ir el agua. Pensando en sumar valor agregado no para el mercado interno sino para enriquecer nuestras exportaciones y desarrollando todos los recursos naturales que hay en nuestro suelo. Vuelvo a pensar en la situación de Argentina, porque nuestro país va a salir de esta situación que provoca la falta de dólares si desarrolla todos los recursos naturales que tiene y Mendoza también.

-¿Eso incluye a la minería?

-Sí, esto también incluye el desarrollo de la minería porque desde hace 10 o 12 años estamos con el mismo nivel de exportaciones. Para romper con ese estancamiento también se debe incluir a la minería, a todo aquello que requiera una cadena de valor en todo sentido, porque si no vamos a estar otros 10 años más con los 1.400 o 1.600 millones de dólares que ingresan por las exportaciones y vamos a estar flotando en eso.

Yo tengo mi número y lo he comentado varias veces, no sé si será después del año 2030 o 2035, pero Mendoza puede llegar a exportar 6.000 millones de dólares. Puede multiplicar por cuatro el nivel de sus exportaciones.

-¿Solo con la matriz productiva que hay?

-Y sumando a la minería, sí. Pero además teniendo 10 fábricas Simplot más, teniendo muchas empresas que se dediquen a los frutos secos, más bodegas, más turismo y con una actividad minera en donde haya dirigencia y consenso social, pero principalmente que la minería esté bien negociada con un fuerte desarrollo de proveedores locales como es el caso de San Juan.

Las exportaciones de la provincia se pueden multiplicar por cuatro tranquilamente y eso es desarrollo de riqueza, de mano de obra y desarrollo de proveedores… más recursos genuinos para Mendoza. No tengo la menor duda de que eso se puede hacer posible.

-¿Qué perspectivas tiene para el 2023, un año que estará cruzado por el tema político?

-El año que viene vamos a tener una agenda cargada de muchas encuestas y también vamos a estar expectantes a las candidaturas. Nosotros en Mendoza tenemos una ventaja porque estamos en un momento donde la marca y la curaduría institucional es mejor al promedio nacional, creo que hay que aprovecharlo.

Con las elecciones, si hay una continuidad o un cambio van a venir ciertas transformaciones y yo creo que va a haber una senda de reformas porque hay situaciones límites que han llegado y hoy se han vuelto insostenibles. Una de ellas es la inflación, que ha llegado a una situación límite. Creo que nos tenemos que preparar todos para cuando esto suceda, porque pasadas las elecciones tenemos que arrancar primero para poder captar nuevas inversiones. El 2023 tiene que ser un punto de partida, tenemos que picar en punta digamos y tomando posiciones, pues estamos en una situación de privilegio.

No tener soja y no tener campo es una ventaja, por eso desarrollar más una matriz productiva sin tener un monoproducto nos favorece, pero hay que desarrollarla. Uno no se puede quedar dormido en los laureles porque si creemos que el Malbec es nuestra soja estamos totalmente equivocados. Tenemos que acelerar nuestro desarrollo, porque no somos Córdoba o Rosario, y yo prefiero ser Mendoza con todo lo que tenemos.

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