Ignacio Mackintosh y Benjamín Zervino, en diálogo con Los Andes, contaron cómo fue la experiencia de crear su propio emprendimiento con la idea de minimizar los riesgos de contagio.
“Preocupados por la situación del coronavirus, nos pusimos a pensar en algo que podíamos aportar desde nuestro lugar”, comenta Ignacio Mackintosh un joven de 20 años, estudiante de administración de empresas que junto con su amigo de toda la vida, Benjamín Zervino, que estudia Publicidad, iniciaron juntos un emprendimiento con el objetivo de minimizar los riesgo de contagio de Covid-19.
La herramienta la denominaron Dejuk, y se trata de una especie de gancho hecho de madera con el que se puede realizar movimientos habituales como; abrir puertas cargar bolsas, tocar botones (cajeros automáticos, ascensor, timbres, etc..), y como medio de agarre para el transporte público, entre muchas otras cosas. “La idea es que reemplace la mano, para así evitar el contacto con la superficie”, explica Ignacio.
La iniciativa tenía como propósito desarrollar un producto práctico, de bolsillo y de bajo costo. Con esa premisa ellos mismos crearon el diseño y luego lo llevaron a una madera donde realizaron una primera producción de 5000 unidades que luego serán comercializadas en supermercados, kioscos, entre otros locales comerciales. Un proyecto es “llevarlo al todo el país”, dice Ignacio.
En esa línea, agrega: “Decidimos hacerlo de madera, para evitar el uso de plástico por una cuestión ecológica, porque la idea no era resolver un problema y generar otro”.
El objeto cuesta $ 200 con packaging incluido, este cuenta con una etiqueta instructiva hecha de papel plantable; un papel reciclado juntado con un mix de semillas (lechuga, rúcula y radicheta) que “al finalizar el uso, podemos plantarlo y dar vida una planta”, cuenta el joven.
“La nueva normalidad supondrá muchos cambios de habito” comenta Benjamín. Y agrega: “Gradualmente la gente comenzará a salir a la calle y a reincorporarse a sus puestos de trabajo y esto supone enfrentarse al riesgo de contagio. Por eso lo más recomendable en estos casos es cuidarse y maximizar las precauciones”.
Por su parte, Ignacio aclara que “si bien el gancho no nos libera de continuar con una estricta higiene y distanciamiento social”, “ayuda a evitar la propagación de gérmenes dañinos mientras se realizan tareas de la vida diaria”.