“Si al país le va bien, a las provincias también, pero unas mejor que otras”, comienza uno de los últimos informes del Ieral de la Fundación Mediterránea. En función de que el 2024 las performances fueron disímiles, el trabajo firmado por el economista mendocino Jorge Day se pregunta si estos comportamientos se repetirán este año. El informe destacó que el ciclo que acaba de finalizar fue “atípico” ya que comenzó con una fuerte caída de ventas, debido a la merma en el poder de compra luego de la devaluación. Sin embargo, de manera gradual hubo una “recuperación económica, que se puede observar utilizando datos desestacionalizados”.
Algo similar ocurrió con casi todas las provincias más allá de sus diferencias y estructuras productivas. En este marco, según se explicitó hay al menos tres factores claves que determinan esas diferencias regionales, dos de ellos vinculados situaciones externas a las jurisdicciones. “El primer factor son las exportaciones, las cuales se han incrementado durante este año, principalmente por una mayor cosecha de granos (luego de la sequía en 2023) y por petróleo”, enumeró Day. Y agregó que eso favoreció más a provincias como Neuquén y la región pampeana.
El segundo punto tiene que ver con los fondos nacionales que reciben los gobiernos locales ya que en general, las jurisdicciones que menos exportan son las que más fondos nacionales perciben, incluso las transferencias discrecionales. “En 2024, esas transferencias se redujeron a un mínimo, por lo cual varias provincias dependientes de esos recursos se vieron muy afectadas como las norteñas”, detalló el informe del Ieral. El tercer ítem está relacionado con este punto y es la capacidad que tiene las provincias para hacer política fiscal, aunque con menor peso que la nacional.
“En 2024, con menos fondos nacionales y la recesión en la primera parte del año, motivó a los gobiernos locales a realizar un ajuste, vía licuación, lo cual fue posible por la alta inflación”, subrayaron desde la Mediterránea. Con la nómina salarial como gasto clave, las finanzas públicas mejoraron en la mayoría de las provincias, señal de que el impulso fiscal fue menor. “Sobre la base de estos determinantes diferenciadores, en un mal 2024, se puede mencionar que Neuquén junto con Río Negro presentaron mejores indicadores de actividad. En tanto, no fue un tan mal año para las provincias grandes y sí le fue para la mayoría de las norteñas”, sentenció el análisis.
Mayor homogeneidad
Durante 2025 continuaría la actual política económica y, si no hay shocks negativos (ni internos ni externos), es esperable que la recuperación económica continúe en forma heterogénea. En este marco, estarán más complicadas los sectores con desventajas con respecto al mundo (los sustitutos de importación). En este marco, un punto recurrente es si el país está caro para los productos exportables. La devaluación de fin de 2023 redujo los costos laborales en dólares, lo cual favoreció al inicio a las economías regionales, intensivas en trabajo, pero luego esta situación cambió.
El dólar se retrasó con respecto a la inflación, ha cambiado la ecuación. “Algunos sectores exportadores regionales comienzan a tener problemas de competitividad, y posiblemente esto impacte en sus exportaciones para 2025″, puntualizó Day. Las exportaciones, tienen una contrapartida ya que se espera un leve incremento a nivel global con la energía, el petróleo de Vaca Muerta y la minería a la cabeza que tendrían el beneficio del RIGI. En el caso de la región pampeana, la cosecha no volvería a aumentar, lo esperable que sea similar, aunque con menor rentabilidad, dados los precios más bajos y un dólar más barato.
Otros puntos importantes tienen que ver con los fondos nacionales y la política fiscal. La primera es un signo de interrogación ya que si bien en años electorales se tiende a incrementar el gasto público, es posible que este Gobierno no siga dicha línea. Esto, sin embargo, podría incrementar las presiones en este sentido. Con relación a la política fiscal hay dos fuerzas que van en sentido contrario. Por un lado, es posible esperar una recuperación en ingresos, al menos en impuestos provinciales, y por el otro lado, con menor inflación (y licuación) y con elecciones legislativas, estará la presión para mayores gastos.
“La impresión es que este último punto tendrá más peso en las decisiones, que se traducirá en una reducción de los superávits fiscales provinciales, pero un impulso a la actividad económica regional”, estimó el informe del Ieral. En pocas palabras, Day resumió un mejor 2025, quizá no tan heterogéneo regionalmente como el año que se acaba de despedir.