El poder de compra del peso se redujo unas veinticuatro veces en once años, y eso se traduce en la actualidad, en la necesidad de billetes de mayor denominación para el pago de compras cotidianas. Así, por ejemplo, en la actualidad, $500 no alcanzan para cubrir un kilo de carne (blanda o asado) en Mendoza, y no permiten comprar más de cuatro litros de leche larga vida de primera marca.
Al respecto, desde la consultora Focus Market evaluaron que en el año 2010 hacían falta $169 para comprar productos de consumo masivo, y en 2021 (a marzo), esa misma cantidad de artículos significaba $4.147.
En paralelo, el salario real de los trabajadores en nuestro país está en su nivel más bajo de los últimos 10 años. En abril de 2012, el salario promedio -en pesos constantes- era de 94.151 pesos, alcanzó los 107.607 pesos en julio de 2015 y luego comenzó a caer de forma casi ininterrumpida hasta los 84.111 pesos de abril de este año, de acuerdo a un análisis realizado por la consultora Invecq en base a los datos oficiales de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte).
La pérdida de valor del dinero
En el año 2017 entraron en circulación los billetes de la serie de animales, que incluían al yaguareté ($500), y al hornero ($1.000), pero, de haber existido esos mismos billetes en 2010, la consultora dirigida por el economista Damián Di Pace, estimó que se podrían haber comprado 18 canastas más que en 2021.
Además, con ejemplos concretos señalan que un billete de 500, hace once años habría permitido adquirir 200 paquetes de azúcar por un kilo cada uno, y en la actualidad permitiría solo 19 (marzo a marzo).
¿Qué se compra en Mendoza con $500?
Si se toman en cuenta algunos productos de consumo masivo, o habitual en las familias mendocinas como son la carne, la leche, el pan, el azúcar, fideos y harinas, se puede estimar el valor de compra de uno de los billetes de más alta denominación del país.
De manera que ir a la carnicería con un “yaguareté”, podría resultar insuficiente. Según explicó a Los Andes el empresario de la carne, José Brizuela, en la actualidad, las blandas y el asado promedian los $550 por kilo, y el precio del cerdo se acerca a esos valores; y en un contexto de pérdida de poder adquisitivo, los carniceros han efectuado bajas en los precios (en la medida en que les ha sido posible), pero aún así, notan las dificultades del público para comprar. En tanto, que el mismo billete permitiría adquirir poco más de tres kilos de pollo (alrededor de $159).
En el caso de los lácteos, la leche de primera marca cuesta alrededor de $120 (larga vida, en caja), y en promoción, comprando seis artículos, es posible acceder a un precio de $102 aproximadamente, por cada una. Siguiendo el ejemplo, $500 serían suficientes para cuatro litros de leche.
El queso cremoso de Precios Cuidados más económico que se consigue en los supermercados locales tiene un costo por kilo de $558,10, y se compra por media horma, por lo que el billete sería insuficiente, pero también lo sería uno de $1.000.
En el caso del azúcar, el paquete por kilo más económico dentro del programa de precios nacional para Cuyo, cuesta $74,75; el aceite por litro y medio $210,30; un kilo de harina $52,55; un paquete de fideos de 500 gramos, $50,15; y el pan lactal familiar (600 gr.), 156,45. La suma de estos artículos da $544,20, por lo que, nuevamente, el billete no alcanzaría para cubrir las compras.
Frente a la indumentaria, el billete tiene pocas opciones, por fuera de las tiendas mayoristas de Mendoza, alcanzaría para uno o dos pares de medias, y se requeriría un poco más para adquirir unas alpargatas clásicas que en la actualidad superan los $690, según algunas publicaciones de tiendas mendocinas en Mercado Libre.
¿Qué sucedió con el billete de $100?
No solo los de $500 han perdido poder de compra, sino que si se analiza lo que sucedió con los de $100, la situación resulta aún más preocupante. Los billetes de $ 100 han “inundado el mercado”, y el alto nivel de circulación que tienen, producto de la pérdida del poder adquisitivo, dejan como efecto secundario un desgaste en el papel moneda. Tal es así, que algunos negocios y bancos en ocasiones los rechazan como método de pago.
“La mitad de los billetes que tenemos en circulación son de $ 100 (aproximadamente 3.170 millones, frente a 900 mil millones de $ 1.000, por ejemplo). Es decir que hay mayor cantidad de esa denominación que del resto. Han inundado el mercado, y mucho más después de lo que ocurrió el año pasado cuándo, por la pandemia, el Gobierno Nacional implementó políticas sociales, para las que usó stock de reservas, billetes de $ 100 que no había en el Banco Central y que no habían sido puestos en circulación”, señaló el economista José Vargas, titular de Evaluecon, cuando fue consultado por Los Andes, al respecto.
El especialista advirtió que hoy nos encontramos con una enorme “masa de dinero” que provino de una fuerte emisión monetaria que se completó durante la primera mitad del año pasado. Esa situación, es justamente la que está generando la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Además, se produjeron efectos en la pérdida de calidad del billete por su alta circulación (desgaste del papel). “Hay problemas en los bancos similares a los que vimos en billetes de $ 2 y $ 5″, agregó.
Si se analiza la historia del billete de $ 100 desde su creación, la pérdida de valor ha sido “casi total”. Vargas recordó que en la década de los ‘90, $ 1 equivalía a U$S 1, y hoy se requieren más de $ 100 para adquirir un dólar estadounidense. “Está claro que $ 100 no equivalen a U$S 1, y si tiene en cuenta también el punto de vista inflacionario, la pérdida de poder de compra es muy alta, tanto que cuando se emitieron los primeros pesos (desde 1992, en reemplazo del austral), el billete de más alta denominación era de $ 100, y hoy es de $ 1.000, al menos por ahora”, cerró el titular de Evaluecon.
Las monedas valen más como cobre
Por otro lado, desde Focus Market, realizaron el siguiente ejercicio, que termina de configurar, el poco valor que tienen en la actualidad las monedas en circulación.
“Hicimos el siguiente ejercicio: 1.000 monedas de $0,25 mas 500 monedas de $0,50 suman un valor nominal de $500. Sin embargo si tratamos a las monedas como cobre, que puede ser pesado y fundido, los $500 se multiplicaran ampliamente”, señala Di Pasce.
Así, si el chatarrero le paga al Kioskero $ 1.500 por las 1.500 monedas ($0,75 por cada moneda de $0,25 y $1,50 por cada moneda de $0,50), a su vez el Chatarrero le vende a la Fundición las monedas por peso (la fundición le paga $4.045 y le resta los $1.500 que le pago al Kioskero) quedándole de ganancia $2.545. Aquel que funde las monedas lo hace para agregarle valor (ese peso de cobre tiene un valor Internacional de $8.085) y quedándole un valor de $4.040.- en cobre.
“Se ha llegado a un punto en que la pérdida de valor de la moneda argentina es tan alto que las de $ 0,25 y $ 0,50 valen 3 veces más por su peso y valor en cobre que por su nominalidad. Es decir, el valor real de metal en cobre es muy superior al valor nominal del circulante como medio de cambio en el mercado. A un más la monedas fundidas pueden hasta sextuplicar su valor como metal de cobre respecto de su nominalidad. Un verdadero efecto micro en el vuelto que se le da a los argentinos respecto del oscuro y desequilibrado cuadro macroeconómico permanente por el que transita nuestra economía con muchas promesas por parte de los políticos para resolverla pero pocos actos y un plan económico sólido para lograrlo” cerró Damián Di Pace de la Consultora Focus Market.