El tema de los impuestos, costos e inflación fueron parte de los temas que capitalizaban en forma reiterada en las charlas de los más de 300 empresarios que llegaron hasta el hotel Sheraton, invitados a participar en el evento de Aniversario de Los Andes. El 2025 podría marcar un punto de inflexión en materia económica para Argentina si se concretan los ajustes necesarios en el sistema impositivo y se fomenta un entorno que sea favorable para la inversión y el desarrollo.
La baja de los impuestos, acompañada de políticas estructurales, no solo aliviaría la carga de operación de las empresas, también posibilitaría una traducción a la economía cotidiana, la billetera de los consumidores. Una compleja ecuación que comenzó a dejar atrás el relato del “antes” y trabar objetivos en el “después”.
Para algunos empresarios esta acción posicionaría al país en un camino de “convergencia” hacia una mayor competitividad en los mercados. Otros, en cambio, observan como esencial debatir “una reforma fiscal integral”, una premisa que entienden -atentos a lo trabado del camino-, desatará la compleja maquinaría del Estado para promover por igual competitividad y estabilidad económica.
A la hora de un balance del último año en la provincia, Mendoza presenta un ejemplo de cómo las políticas públicas pueden influir en sectores estratégicos. La provincia ha trabajado en el desarrollo de su potencial minero, “enfocándose en la exploración para determinar la viabilidad de los proyectos industriales. Hemos recuperado parte del tiempo perdido en los últimos 15 años”, señaló el presidente de la Unión Industrial de Mendoza (UIM), Matías Díaz Telli.
Reformas fiscales y oportunidades económicas
En un contexto marcado por desafíos y ajustes, los empresarios en su análisis abordan como una estrategia centrada en la baja de impuestos podría abrir nuevas oportunidades económicas y mejorar las condiciones del sector productivo y, en paralelo, del consumidor. “El debate sobre la competitividad apunta a mejorar la infraestructura y agilizar los procesos de producción, en lugar de recurrir a devaluaciones que impacten de forma negativa en los salarios”, aseguró Díaz Telli.
Para el dirigente de la gremial empresaria, “lo óptimo sería una baja de impuestos para alentar -con la toma de crédito a tasas bajas-, para volcar en compra de tecnología”, agregó. Según los invitados, el superávit fiscal y el orden en las cuentas públicas han generado confianza y permitido planificar con mayor seguridad. Coincidiendo que este contexto reduce la dependencia del endeudamiento y posibilita, de acuerdo a la posibilidades del sector, el acceso a un financiamiento en mejores condiciones.
Por su parte, Gabriel Brega, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael, expresó que, si bien el sector privado atravesó un tiempo de mucha incertidumbre “vinculado a los vaivenes de la macroeconomia, hoy ven una pequeña esperanza de cómo evolucionan los índices y se logra una cierta estabilidad”. El titular de la Cámara aportó, además una mirada a largo plazo y señaló que proponen que se vea de qué forma se puede balancear un poco la provincia, “Queremos descentralizar el Norte de Mendoza y tomar acción con los municipios para promover el Sur, que migren empresas, personas, buscando una mejor calidad de vida”, apuntó.
La importancia del equilibrio fiscal
El orden en las cuentas públicas es un factor determinante para la estabilidad económica. Mantener un superávit fiscal genera confianza y permite una mejor gestión de recursos, comentaron los empresarios ante distintas consultas. Este enfoque no solo reduce la presión financiera del Estado, sino que también abre la puerta a créditos en mejores las condiciones para el sector privado.
Entre ellos, el titular de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Turismo de Tunuyán, Juan Roth comentó sobre las dudas e las inquietudes que despierta el 2025, “Tenemos dudas respecto al dólar, pero hay que esperar los próximos meses a que se estabilice”. El empresario hizo hincapié en los avances de la obra pública de materia infraestructura y caminos “lo hemos manifestado también”.
De cara al próximo año, las expectativas apuntan a un escenario de mayor estabilidad macroeconómica. La combinación de reformas fiscales, inversiones en infraestructura y políticas que impulsen la competitividad podría traducirse en una economía más equilibrada y con mayor potencial de crecimiento. “Entendemos que hay que hacer que el Estado sea eficiente, pero no se debe descuidar su función también. Entendemos que el Estado no debe dejar de actuar en ese aspecto”, concluyó Roth.
El 2025 podría marcar un punto de inflexión si se concretan los ajustes necesarios en el sistema impositivo y se fomenta un entorno favorable para la inversión y el desarrollo productivo. La baja de impuestos, acompañada de políticas estructurales, no solo aliviaría la carga fiscal sino que también posicionaría al país en un camino hacia una mayor competitividad global.
