El Senado aprobó la compra de acciones de Impsa para que Mendoza integre el paquete accionario de la compañía, y pueda asegurar ciertas condiciones, como que esta permanezca en la provincia al menos por los siguientes 30 años. No obstante, este es “el primer paso”, ahora, la Nación deberá “terminar su proceso”.
Con la recapitalización, Impsa espera recuperar fondos para invertir en proyectos hidroeléctricos y nucleares. Así lo señaló el ministro de Economía, Enrique Vaquié, quien agregó que Mendoza “ha cumplido un paso, pero los cambios reales y trascendentes van a empezar a partir de que la empresa se capitalice y pueda competir en el mercado local e internacional”.
De acuerdo con el funcionario, a partir de ingreso del Estado como accionista mayoritario de Impsa (nacional y provincial), la empresa podrá obtener los avales para sumar trabajos y volver a ser “la empresa que era”, con su programa nuclear, y el trabajo en energía hidroeléctrica. Además, Vaquié destacó que la incorporación del Estado le permitirá a Impsa obtener avales de deuda (financiamiento más barato), y competir en mejores condiciones en licitaciones internacionales.
Las condiciones de la Provincia
Previo a la discusión del proyecto de ley para adquirir las acciones de la empresa, Mendoza puso una serie de condiciones que esperan que se cumplan, y que justifiquen la adquisición de la compañía. Estas son: que la empresa permanezca en Mendoza por un periodo no menor a 25 o 30 años; que ingrese un director por parte de la provincia “para saber que los fondos que la Mendoza coloque se puedan preservar”; y la creación de una cláusula que establezca que “no entrarán empleados por la ventana permanentemente”, más un artículo que permita que el síndico pueda evaluar que la empresa sigue “un camino normal”.
Ahora, con la ley, el Ejecutivo fue habilitado a destinar 5 millones de dólares a la compra de 25% de las acciones Clase C de Impsa. El 75% restante del paquete sería adquirido por el Estado Nacional por 15 millones de dólares.
En principio, la provincia cubriría la operación con dinero de la Empresa Mendocina de Energía S.A (Emesa), pero ya solicitó fondos a la Nación ($ 500 millones), para que el financiamiento se haga a partir del “Fondo Fiduciario del Plan de Infraestructura Eléctrica de Alta Tensión, Zonas Aisladas y Zonas a Desarrollar”, o Fopiatzad.
Impsa planea recuperar su capacidad operativa
Según informaron desde la empresa, el hecho que se concrete la compra de acciones le permitirá a la firma recomponer su capital de trabajo, consolidar su operación en Argentina, volver a competir en los mercados que lideró durante décadas exportando a Asia, Europa, África y las Américas, y generar las divisas que la economía argentina necesita. “Para este año, Impsa tiene previsto competir para llevar a cabo proyectos en Latinoamérica, Estados Unidos, India y el sudeste de Asia”, afirmaron.
“Vemos una serie de posibles proyectos en Argentina como: el reemplazo de las 14 turbinas restantes de Yacyretá y la rehabilitacion de 14 generadores de esa central; la posibilidad de equipar la central Chihuido; invertir en parques eólicos y solares, y en equipamiento para la cuarta central nuclear”, señalaron. Además, se espera que la firma avance en equipamiento para la industria de O&G y para Salto Grande.
Finalmente, explicaron que están participando en licitaciones para grúas con destino a Estados Unidos, y en centrales hidroeléctricas en Brasil, Malasia, India y Paquistán.
La empresa también destacó el valor que, según entienden, tiene para el país que se concrete la compra del paquete accionario, en base a sus 114 años de trabajo y esfuerzo en una Argentina industrial, a las 720 personas que emplean de manera directa y a las más de 1.000 Pymes nacionales que trabajan con ellos. “Impsa lleva más de 200 turbinas diseñadas y fabricadas, las cuales hoy producen energía en más de 40 países, es la única empresa de América, y una de las cuatro de occidente con tecnología para fabricar equipamiento para grandes centrales hidroeléctrica; y su contribución mediante impuestos, tasas y aportes a la seguridad social alcanzaría los U$S 30 millones”, agregaron.
La reestructuración de Impsa
La empresa, que se dedica a ofrecer soluciones integrales para la generación de energía a partir de recursos renovables, así como equipos para la industria de procesos y la energía nuclear, lleva un proceso de reestructuración de deuda desde el año 2014, cuando una firma “hermana” brasileña entró en convocatoria de acreedores e Impsa debió asumir deuda garantizada de más de U$S 850 millones, teniendo que reestructurar pasivos por U$S 1.200 millones.
Más tarde, en 2018, y en la búsqueda de subsanar esa deuda, la familia Pescarmona cedió el 65% del paquete accionario a sus acreedores (el Banco de la Nación Argentina, el Bice, el Banco Interamericano de Desarrollo Export Development Canada, Corporación Andina de Fomento y bonistas internacionales). No fue hasta noviembre de 2020 que logró cerrar la aprobación del canje de la deuda existente a condiciones sustentables para la compañía, de unos U$S 560 millones por nuevas Obligaciones Negociables con oferta pública y privada, un nuevo bono internacional y nuevos préstamos.
En la última reestructuración de deuda se incluyó la mejora en los plazos de pago, con vencimientos para intereses para 2025 y de capital para 2028 y una rebaja en las tasas en dólares pasando de 8,5% al 1,5%, quedando con un balance que le permite volver a competir en mercados internacionales.
Como una segunda parte de este mismo proceso, se aprobó en asamblea la nueva emisión de acciones para que tanto Mendoza como el Estado Nacional aporten capital, y este miércoles la Legislatura mendocina avaló la compra del porcentaje que le interesa a la provincia.