Tras el incendio devastador que consumió los 7.500 metros cuadrados de sus instalaciones, a fines del mayo de 2023, la planta industrial de Plastiandino, se encuentra en proceso avanzado de reconstrucción en San Rafael. La nave industrial se quemó por completo. “No hay una máquina que tenga un pedacito sin quemar. Es dolorosísimo”, había dicho entonces Hugo Bianchi para explicar el alcance del siniestro.
Este año, desde marzo -con mayor intensidad- se sostiene el ritmo de obra con la meta de volver a producir en “casa”, a partir de septiembre. La nueva fábrica tendrá una estructura más reducida (de 2.200 m2), que demandaría una inversión estimada que podría alcanzar los $ 5.500 millones.
“Hasta el momento, se ha avanzado significativamente en la obra civil, el proyecto de la nueva planta de Plastiandino tiene aproximadamente 2.200 metros cuadrados en total, es más chica. Cuanta con un área que incluye 1.800 metros destinados a galpones y otros 400 metros cuadrados adicionales para servicios auxiliares y oficinas, específicamente para la instalación de los laboratorios de calidad y la administración de producción”, le contó a Los Andes, Hugo Bianchi.
En términos económicos, el impacto del siniestro fue considerable. Aunque Plastiandino contaba con un seguro robusto, la depreciación de la moneda complicó la compensación económica esperada. Sin embargo, la respuesta de la comunidad empresarial local, proveedores, clientes y, en distintos niveles, funcionarios de gobierno fue clave para iniciar el proceso de reconstrucción.
Un apoyo, una red de colaboración que le ha permitido a la empresa mantenerse operativa durante la fase de reconstrucción.
“En el proceso ya hemos recibido algunas máquinas y se han podido montar, otras que están en proceso de embarque y otras están en fase de construcción, con el objetivo de poder llegar al mes de septiembre y volver a producir en nuestra planta de San Rafael”, sostiene Hugo Bianchi.
El presidente de Plastiandino al hablar no oculta un tono de esperanza, comenta sobre las metas a cumplir a mediano plazo para volver a tener una presencia de peso en el mercado.“Inicialmente, nuestra capacidad será de un 50 o 60% de la original, con una única línea de producción en lugar de las cuatro que teníamos antes”, sostiene.
A través del trabajo colaborativo y el compromiso con la calidad, la empresa está superando sus desafíos económicos y operativos para volver a ser una fuerza productiva en la región. Con septiembre como meta para el reinicio de operaciones, todos los esfuerzos se concentran en alcanzar este hito y avanzar hacia una etapa de crecimiento y estabilidad.
-A un año del siniestro, ¿qué balance podría hacer de lo sucedido?
-A ver, en el plano económico, fue algo muy duro, por la pérdida que significó el siniestro. Si bien la empresa estaba bien asegurada, no dejó de ser duro... también por el deterioro de la moneda que se dio en el momento en que trabajamos contra el pago del seguro, con un tipo de cambio de 100 pesos, al momento en que sucedió el siniestro. Cuando terminamos de preguntar todo, el valor de la moneda cayó de tal forma que en el plano económico fue algo muy perjudicial para la empresa.
-¿Y desde el factor humano?
-Desde lo humano ha sido una experiencia enriquecedora, por todo el apoyo que recibimos de la comunidad, de las empresas, para cada uno de los empleados de la empresa, quita por no acompañarnos y colaborar para el sostenimiento de la empresa. por la comunidad empresaria local y la cámara local, que nos acompañó en todo el proceso de inauguración para ordenar esto, los colegas que nos abrieron sus puertas para que la empresa pudiera seguir atendiendo a sus clientes, los clientes y proveedores que nos dieron su confianza y apoyo para que nos pudiéramos mantener activos, el gobierno nacional, provincial y municipal en distintas medidas, pero todos fueron partícipes de un proceso que permitió sostener y avanzar en este proceso de reconstrucción.
Cuando uno mira lo que pudo a ver sido el fin de la empresa, y ahora está pensando en este proceso de reconstrucción, la cantidad de actores que hubo, que no nos dieron su espalda, que nos acompañaron, que se comprometieron con el proceso, realmente desde ese lado es muy positivo.
-En líneas generales, ¿de cuánto es la inversión estimada para volver a tener la planta operativa?
-Hasta este momento, más o menos, porque todo depende del tipo de cambio... pero estamos hablando de una inversión cercana a los 4.000 millones de pesos, y hay un poquito que estamos tratando de soportar y de retener, pero ahí lo podemos llevar en inversión a unos 5.500 millones de pesos. Bien, eso es la inversión entre la obra civil y las máquinas.
-¿Cómo les afectó el marco económico?
-La realidad es que ha habido un párate de la actividad, hay también un proceso de sinceramiento de los precios y eso también es un freno combinado con el desinstalamiento. Obviamente la posición de los clientes pasará de una situación de acopio de insumos, sabiendo que se aceleraba la inflación y venía un proceso devaluatorio, a pasar a un proceso de desestoqueo. Porque están habiendo desinstalamientos de precios a la baja o que se están eliminando algunas de las dinstociones de la economía y todo lo que tiene que ver con la importación de insumos, de materias primas, cuyo precios son en dólares.
Ha empezado un proceso de asimilarse a los precios internacionales, o sea, a la baja, entonces eso se ha combinado para que el nivel de actividad se reduzca, por eso en algún momento se va a equilibrar; para nosotros es un proceso que nos va a permitier mantener un buen precio a los clientes ante esta realidad.
-¿Qué expectativas tiene parea la nueva etapa de producción?
-Nuestra expectativa es recuperar la mayor presencia entre nuestros clientes. No al 100%, porque tampoco tendríamos la capacidad para brindarle el mimo volumen de servicio; sabemos que muchos de ellos, que en algunos casos operaban de manera exclusiva con nosotros, también han abierto la puerta a proveedores alternativos. Si esperamos recuperar una posición significativa en el mercado por el producto y la calidad que nosotros ofrecíamos, entonces tenemos una expectativa de que la planta esta, que baja con una capacidad de un 60% de la que teníamos originalmente, podamos rápidamente estar a un nivel de ocupación significativo.
Dentro de lo que sería un año, desde el inicio de las operaciones en nuestra planta, poder dar ingreso de nuevos productos; antes tenemos la esperanza que con el proceso de recuperación del mercado, por el servicio y calidad del producto que acostumbramos a dar, nos permita ganar posiciones y tener un volumen de operación lógico para la capacidad y la estructura del puesto que tenemos.
-Y la última pregunta, ¿la dotación del personal?
-La dotación del personal, en este momento, es más o menos un 50% de la que teníamos en los momentos de cimiento, hubieron procesos de retiro voluntario en noviembre y diciembre, y bueno, en este momento, eso es como nos vamos avanzando, si bien hay toda la gente que planta en el proceso de subvención, estamos esperando a llegar a septiembre para volver a producir, y más o menos la educación de planta es el 50%, en los momentos de cimiento eran 165 personas, hoy la educación de planta es unas 88 personas.