El Banco Central difundió su último Informe sobre Bancos, en donde se nota un incremento en la morosidad de los créditos hipotecarios -donde hay fuerte participación de aquellos que ajustan por inflación o UVA- que pasó de 0,4% del total a 0,9%. El número es bajo, pero el incremento se explica en parte por el aumento en las cuotas que sufrieron los deudores desde el boom de solicitudes que se dio entre los años 2017 y 2018.
Es que, por poner un ejemplo, si una familia solicitó $2.000.000 en septiembre de 2017 (100.351 UVAs a $19.93 cada una), y por mes paga en promedio 278 UVAs (para completar el pago en 30 años), a la fecha habrá pagado 13.344 unidades, le restarán pagar 87.007 unidades, pero todavía le deberá al banco $7.569.609, más cargos administrativos e impuestos. Esto se debe a que cada unidad tenía un valor de $19,93 al 7 de septiembre de 2017, y hoy cuestan $87 (+336,5%).
En el camino, la propiedad adquirida se habrá revaluado mucho más, y los deudores de dichos créditos accedieron a una tasa de entre el 3,5% y el (la situación es más compleja para los titulares de créditos de los años siguientes), razón por la que aunque aumenta, la mora sigue siendo baja. El problema real, se da en que los ingresos no se han actualizado en la misma medida, y la relación entre la cuota y los salarios, dificulta que el presupuesto familiar cierre.
En el último año, Mendoza se ubicó entre las cuatro provincias más afectadas por la disminución de los salarios reales. De acuerdo con un informe de Fundación Mediterránea, el promedio de caída fue de 3,8%, pero se observan bajas disímiles entre las provincias, desde el 2% de Tierra del Fuego, al 10% de Neuquén.
“En los años con fuertes devaluaciones del peso (2014, 2016 y 2018), la inflación le ganó la carrera a los salarios, pero en los años subsiguientes (2015 y 2017), los salarios sólo lograron empatar con las subas de precios, sin recuperar el terreno perdido”, se detalla en dicho informe.
Para este año, señalaron que en el mejor de los casos se logrará equiparar a la inflación (proyectada en torno a 48%). Además, tras las elecciones se espera que se levanten algunas “anclas”, por lo que es probable que el ritmo de aumento del IPC acelere, poniendo en riesgo al salario real.
El salario promedio en Mendoza, que incluye al sector público, al privado y al informal, a julio 2021 trepó a $ 57.000 neto, de bolsillo, de acuerdo con el economista José Vargas.
En paralelo, según datos del Banco Central, para el séptimo mes del año, la UVA alcanzó un valor de $81,22, por lo que esas mismas 278 unidades, pasaron a significar una cuota mensual de 22.579,16 (más cargos e impuestos), el 39% del ingreso.
Claro está, que los cálculos se realizaron en base a un crédito de $2.000.000, y a la evolución de las unidades, sin mediar otros factores, y quienes solicitaron créditos más altos, pero con salarios igualmente bajos, hoy se enfrentan a cuotas muy superiores, y a una afectación en sus ingresos más alta.
Tal es el caso de Fernando Pérez, un usuario de Twitter, que utilizó dicha red social para contar su situación: “Necesitamos la eliminación del UVA URGENTE!!!! Cuota inicial año 2018 $18.000, hoy 2021 $67.000. Pedí $2.600.000, Hoy debo $9.621.000″, explicó.
Hipotecarios UVA convocan a una “Movilización de las Antorchas”
A través de comunicado que reza “No abandonamos la calle”, las familias damnificadas, convocaron a una marcha (”Movilización de las antorchas”), que tendrá lugar este miércoles, desde las 18 horas, y partirá desde Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo, hasta el Congreso de la Nación (Buenos Aires). “Haremos todas las marchas que sean necesarias hasta tanto se nos brinde una solución definitiva. No podemos permitir que el sistema financiero nos siga fagocitando y que la clase política y la justicia, sean meros diagnosticadores de nuestra Catástrofe UVA“, prometen en el mismo comunicado.
“Hace años que venimos denunciando la inviabilidad de los créditos indexados. Todos los espacios políticos, en mayor o menor medida, coinciden en que no es posible en un país como la Argentina, otorgar créditos que ajusten por inflación”, agregan y continúan:
“Pese a ello, ningún gobierno, ni el del ex presidente Mauricio Macri que impulsó esta política nefasta, ni la actual administración del Presidente Alberto Fernández, han hecho absolutamente nada por terminar con este verdadero martirio.
Existen voces aisladas dentro del Parlamento Nacional que han presentado proyectos los cuales, en cierto grado, buscan encarar una solución. No obstante ello, las mayorías parlamentarias circunstanciales se encargan de cajonearlos en las Comisiones. No existe voluntad política por parte del actual gobierno de otorgar una salida definitiva y de fondo.
Las más de 100.000 familias que cargamos esta pesada mochila, nos debatimos a diario entre pagar la cuota o afrontar las demás obligaciones. La morosidad no deja de crecer, pese a que se insista con que el ratio es bajo en relación a la cantidad de créditos otorgados.
Detrás de cada número, existe una familia, una persona que no sabe si el día de mañana va a poder seguir habitando bajo el techo que tanto esfuerzo le costó conseguir.
Las cuotas y el capital adeudado no dejan de crecer a un ritmo insostenible. El sistema financiero mira para otro lado, a regañadientes acepta aplicar el tope transitorio del 35 % en la relación cuota / ingreso. Dicho porcentaje resulta muy alto, pero para algunas familias representa un alivio transitorio, con suerte solo a quienes tienen su crédito en Bco. Pcia de Buenos Aires, el resto solo alarga la pesada carga al final de la vida del crédito. Su aplicación no es inmediata y se encuentra envuelta por decenas de trabas. Lograr obtener este alivio implica atravesar laberintos kafkianos.
Denunciamos que el sistema financiero mira para otro lado. Pero también denunciamos que el gobierno ignora nuestro reclamo y que la oposición –salvo honrosas excepciones-, mira con desdén nuestra problemática.
Sólo pretendemos pagar hipotecas justas que no afecten nuestra calidad de vida, que nos permitan concretar nuestros proyectos y los de nuestras familias y que consagren el derecho a la vivienda.
La calle ha sido el escenario de históricas luchas. Este colectivo se conformó a través de las redes sociales, pero sabemos muy bien que con ello sólo no alcanza. Es necesario manifestarse en la calle y hacer oír nuestro reclamo.
La clase política en su conjunto, no puede seguir mirando hacia otro lado. La justicia, no puede continuar eludiendo pronunciarse sobre el fondo de la cuestión. Las más de 100.000 familias que fuimos afectadas por estos créditos, necesitamos una solución en forma inmediata. No podemos seguir esperando.
No nos cansamos de denunciar que es una usura indexar créditos al 7 % mensual como viene sucediendo desde el mes de enero por aplicación del plan de convergencia. No existe sueldo, ni ingreso que pueda soportar semejante ajuste. Seguiremos denunciando en cuanto micrófono sea posible, esta situación de inequidad”.