Los precios en los supermercados están contenidos desde que el Gobierno nacional fijó valores máximos y retrotrajo los precios al 6 de marzo. El programa vence el 30 de junio y los proveedores ya pidieron al Ejecutivo que autorice una suba “moderada” para ciertos productos, ya que los empresarios aseguran que van a pérdida. Entonces, a la espera de una readecuación, los proveedores ya comenzaron a cuotificar o retrasar entregas y los supermercadistas advierten que “faltan algunas marcas” o variedades de productos.
Pero el negocio de los supermercados, ha sido uno de los únicos que ha crecido durante la pandemia. El miércoles se dieron a conocer los datos del Indec que muestran que en las ventas de los supermercados de Mendoza crecieron 8,5% en abril comparado con el mismo mes del año anterior y 11,9% en el acumulado del primer cuatrimestre del año -expresado en términos reales-. Básicamente, la diferencia la marcaron venta de lácteos y productos de almacén.
Faltantes de mercaderías
Tal como sucede con los congelamientos de precios en contexto de inflación, se han generado algunos faltantes en las góndolas de los supermercados mendocinos, problema que se ha trasladado a los comercios de barrio. Es que los proveedores no están enviando productos de algunas marcas, o bien mandan volúmenes inferiores a los que se les solicita.
Según explicó José Millán, uno de los propietarios de la cadena Átomo, hasta el momento “vienen bastante justos”, pero no han tenido problemas de abastecimiento. “Tenemos una trayectoria grande, el arroz está difícil de conseguir, pero no hemos tenido quiebres. Los proveedores dicen que con los precios del Gobierno van a pérdida, pero hasta ahora, nos han cumplido, yo creo que, porque pesa la trayectoria que tenemos en el mercado”, aclaró.
De igual manera, Lucas Hernández, distribuidor mayorista y minorista de la zona Este, explicó que “hace 10 días que no llega el camión de Ilolay”, y tampoco consiguen harina o aceite. “No nos venden, y esto sucede cuando está por subir un producto, o nos envían menos stock del que solicitamos. Por el contrario, en galletas y otros productos que no se consideran de primera necesidad, no hay inconvenientes con los envíos”, explicó.
Una situación similar la observa con los fideos, para los que no se consiguen las variedades que se consumen más en invierno (soperos), y sólo se están efectuando envíos de espaguetis o tallarines.
Hernández comentó que los controles fronterizos para prevenir los riesgos de contagio tampoco ayudan a agilizar los envíos, y muchas empresas han optado por abastecer primero a Buenos Aires.
En el medio, los consumidores reclaman productos específicos y de las marcas a las que están habituados y “resulta difícil que quieran comprar alternativas”. Ya desde hace un mes que, por ejemplo, no se consigue leche deslactosada al por mayor, y las únicas opciones para los consumidores son “entera o descremada”.
Menores ventas
El mayorista Rubén David, de Oscar David, explicó que hasta el momento no han tenido faltantes de mercaderías con las marcas con las que ellos trabajan, pero temen que esto pueda suceder en las próximas semanas con el cierre de Buenos Aires.
“Mercadería tenemos de todo, lo que nos faltan son clientes”, explicó. Es que a diferencia de lo que ocurrió durante los últimos días de marzo y los primeros de abril, la gente ha dejado de acudir para “estoquearse”.
“Bajó bastante la cantidad de público. Se fue normalizando la situación, y ahora ya se nota una baja”, cerró el empresario.
Reclamo al gobierno nacional
Según se pudo saber, en la reunión que mantuvieron el ministro de Producción, Matías Kulfas; el titular de la Coordinadora de las Industrias de los Productos Alimenticios (Copal) y vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja y el empresario Martín Cabrales, los empresarios reclamaron “la necesidad de una actualización” por el aumento de las materias primas en dólares los aumentos salariales y de logística. Es que, desde el 6 de marzo hasta la fecha, el dólar pasó de valer $64 a $73, según la cotización oficial del Banco Nación.
Así, las empresas aseguran que no se podrá prorrogar por otros 60 días el congelamiento de los más de 2.300 artículos de la canasta básica que tienen sus precios freezados y lo más probable es que se autorice algún incremento en la lista de Precios Cuidados, es decir los 311 artículos que tienen precios fijos desde noviembre.
Precios Máximos se estableció el 20 de marzo, con el aislamiento social y significó para las empresas la obligación de retrotraer los valores al 6 de ese mismo mes. Mientras que Precios Cuidados se relanzó el 7 de enero, y debía revisarse el 7 de abril, pero dicha revisión se postergó hasta el 30 de junio, con lo que ambos programas concluirán el mismo día.
Una fiscalización muy compleja
José Cortez, titular de la dirección de Fiscalización y Control de la provincia, explicó que los supermercados cumplen, pero en los comercios de proximidad las tareas de fiscalización son más complejas
Según señaló, los comerciantes que compran al por mayor pueden sostener los precios, pero aquellos que “agregan un eslabón más a su cadena de comercialización”, tienen un valor extra.
“Para que se haga una inspección tiene que haber una denuncia, y debe estar fundamentada en algo (factura)”, señaló Cortez, por lo que la informalidad en los comercios de barrio dificulta el proceso. A pesar de ello, desde el inicio de la cuarentena se han labrado 400 actas.