Guzmán ya admite que la inflación de 2022 puede ser mayor al 33% presupuestado

El funcionario argumentó que el cálculo fue hecho antes de la aceleración de precios que comenzó en septiembre. Prometió reducir el ritmo de emisión monetaria y baja del déficit, pero descartó un ajuste tradicional del gasto.

Guzmán ya admite que la inflación de 2022 puede ser mayor al 33% presupuestado
Carlos Heller y Martin Guzman durante la presentacion del presupuesto 2022 en Diputados Foto Federico Lopez Claro

El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo este lunes en el Congreso que la tasa de inflación comenzó un nuevo proceso de desaceleración en noviembre, pero admitió que la de 2022 podría ser mayor al 33% previsto en el proyecto de ley de Presupuesto.

Guzmán se presentó en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados durante varias horas. Allí, la oposición le mostró su total desconfianza acerca de que se pueda cumplir la tasa prevista de inflación para el año próximo.

Para 2021, el funcionario había previsto (en agosto de 2020) que la inflación iba a ser del 29%, pero finalmente terminará más cerca del 51%. Guzmán admitió que hubo errores de cálculo en torno a las causas que en el país llevan a los precios a la carrera.

El ministro insistió con que no se pudo prever la magnitud de la suba de los precios internacionales que se dio por un cambio en los patrones de demanda debido al impacto de la pandemia. Eso ocurrió principalmente sobre los alimentos.

Pero admitió también que el Gobierno preveía que la demanda de pesos iba a aumentar por 1 punto del Producto Interno Bruto debido al crecimiento económico. Pero, en realidad, hubo una baja. Por eso, dijo, la emisión monetaria recalentó la inflación.

“¿Cuál va a ser la inflación de este año?”, fue una pregunta recurrente, que expresaron los diputados Luciano Laspina, Martín Tetaz y Gerardo Milman, los tres de Juntos por el Cambio. Y los tres arriesgaron que el 33% previsto para 2022 tampoco se cumplirá.

Guzmán llevó al Congreso una pauta de inflación del 45,1% para 2021 y del 33% para 2022. Las mismas fueron establecidas entre julio y agosto de este año. El desfasaje está dado porque la aceleración inflacionaria comenzó en septiembre, cuyo dato se conoció el 14 de octubre.

El funcionario habló de los “desvíos que se dieron en el escenario que se construyó” respecto del “que efectivamente se registró”. Y prometió intentar no repetir esos errores. Por lo que para 2022 se prevé una “estabilidad” en la base monetaria.

“No se registró el aumento de la demanda de dinero que preveíamos y por eso hubo también una presión adicional por factores monetarios sobre la evolución de la nominalidad. Y esto es también un objetivo a atacar para contribuir a un proceso sostenido de la reducción inflacionaria”, afirmó.

Sobre la pauta para 2022, pidió tener en cuenta que la proyección fue formulada ante del 15 de septiembre, y ya han pasado casi tres meses en los que se ha observado “una dinámica inflacionaria que no estuvo plenamente alineada con la que se proyectaba”.

Y reconoció que “eso añade un factor de mayor persistencia a la dinámica para el año próximo”. En ese sentido, dijo que el Gobierno buscará atacar de la forma más efectiva posible al recalentamiento de precios.

Por ello, al déficit fiscal del 3,3% del PIB, el Gobierno lo financiará con Adelantos Transitorios del Banco Central al Tesoro por 1,8% del PIB; 1,1% del PIB de organismos internacionales; y 2% del PIB a través de emisión deuda en el mercado de capitales.

“Buscamos que haya mayor financiamiento por parte de organismos internacionales y bancos multilaterales de desarrollo de modo de poder reducir la emisión monetaria”, dijo el funcionario.

Guzmán descartó un ajuste tradicional del gasto porque, dijo, “sería desestabilizador, no ordenaría las cuentas públicas, porque la caída de la actividad haría caer los ingresos fiscales y un debilitamiento de todo el escenario macroeconómico. Esto ocurrió en el Gobierno anterior”.

Y sobre la refinanciación de la deuda con el FMI dijo que se trata de “un acuerdo entre el Estado Nación y más de 190 países, que debe ser una política de Estado. El acuerdo al que se llegue tendrá consecuencias que trascienden a un período de Gobierno, tiene consecuencias que afectarán a generaciones, como fue el crédito tomado por el Gobierno anterior”.

Ese esquema también supone que está la posibilidad de avanzar a partir del 7 de enero en un acuerdo de precios con el sector privado. “Este ha sido un elemento que fue parte de las negociaciones con el FMI en la construcción de un Programa Plurianual que nos permita refinanciar la deuda en 2022, 2023 y 2024″, dijo Guzmán.

En ese sentido, dijo que las políticas de acuerdos de precios y salarios “son un elemento necesario para que se pueda lograr una coordinación de las expectativas que permita reducir la persistencia en el proceso inflacionario y el rol que las expectativas juegan para el proceso inflacionario”.

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