El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó este jueves que la situación macroeconómica de la Argentina es “más robusta” que la del año pasado y que la que el Gobierno heredó de la gestión de Mauricio Macri, por lo que existen las “condiciones para que no haya ninguna disrupción en el tipo de cambio”.
“No es sólo elección, hay factores de estacionalidad”, respondió el funcionario en el canal de noticias porteño A24 al ser consultado sobre las causas por las que el Banco Central está vendiendo dólares actualmente. Y expresó que es un buen ejercicio no extrapolar cinco, diez o quince observaciones para construir una tendencia.
Guzmán destacó que en agosto “no hubo variaciones de las reservas”, lo que para el Gobierno “fue un resultado positivo” porque agosto generalmente es un mes difícil. “Esto nos deja a partir de septiembre en una situación inclusive más robusta de lo que se esperaba, en una temporada en la cual es esperable que haya ventas de reservas. Pero consideramos que las condiciones hoy son robustas para mantener la política cambiaria que hemos planteado”, aclaró.
El funcionario consideró que el Gobierno es consciente que el esquema de controles de capitales es “defensivo” debido a la crisis financiera que estalló en la Argentina en 2018 y al desembarco posterior de la pandemia. Y señaló que hacia el futuro, hay que ir acumulando reservas para poder ir modificando los controles de capital.
“Nosotros queremos converger hacia un esquema distinto y para eso hay que ir acumulando reservas”, insistió el funcionario. Y confirmó que con el Fondo Monetario Internacional (FMI) “se está negociando un programa” que le genere alivio financiero a la Argentina y le permita tener “una posición cambiaria más robusta”.
Guzmán dijo además que si bien por la pandemia de Covid-19 hubo una expansión del déficit fiscal y la economía cayó 9,9% en 2020, el Gobierno está “ordenando las variables en un contexto muy difícil”. En ese sentido señaló que la política cambiaria se mantendrá después de las elecciones, dado que viene “funcionando” y no se prevé “un cambio de rumbo”.
Según añadió el funcionario, todo el ordenamiento en el que se ha avanzado –como la reducción del déficit en 2021 y la reestructuración de deuda en 2020- “da una situación muy diferente a la del año pasado”.
“Hoy esta situación está robusta, por supuesto que en días previos a las elecciones puede haber ciertos ruidos. Y también es normal en situaciones de estacionalidad que de pronto el Banco Central tenga cinco días en que vende 90, 60 o 100 millones de dólares de reservas. Pero construir una tendencia a partir de lo que se observa en cinco días, no lo haría”, expresó.
Devaluación del peso
“Hemos planteado un sendero depreciatorio para el tipo de cambio oficial de alrededor del 24% en el año, que se viene cumpliendo. Apuntamos a llegar a diciembre con esa pauta”, expresó el funcionario. Y aseguró que el Gobierno es consciente sobre la brecha cambiaria y por eso apunta a reducirla.
Según Guzmán, la Argentina tiene una brecha cambiaria que producto de los controles de capitales que se aplicaron en agosto de 2019 por la crisis financiera y cambiaria. “Los implementó el Gobierno anterior en el contexto de lo que fue un descalabro macroeconómico en el que capitales que venían a especular sobre retornos financieros de corto plazo empezaron a salir de golpes. Eran muchísimos y todavía queda mucho de eso. Y eso pone presión a la brecha cambiaria”, dijo.
Guzmán negó que el Banco Central esté evaluando reforzar el cepo cambiario y sostuvo que el Gobierno está manteniendo una administración del comercio exterior que busca destinar los dólares a la producción, en un contexto de escasez, y mantener una estabilidad cambiaria que ayude a bajar la inflación. “Y se seguirá haciendo exactamente lo mismo. No hay ningún cambio de rumbo”, dijo.
“Lo que hoy hay es una administración que hace que haya una mayor fracción de importación de bienes de capital o insumos para la producción. Y no se está planteando ningún cambio de rumbo. ¿Por qué? Porque este rumbo está funcionando”, afirmó y luego aclaró que “obviamente que los desafíos hacia adelante son inmensos”.