La paritaria vitivinícola ha llegado a un punto de tensión bastante antes que el año pasado. Así como en 2020, el sector gremial decidió realizar un paro en agosto y las negociaciones cerraron a fines de ese mes -la paritaria va de marzo a febrero-, ahora definieron medidas de fuerza para la semana próxima. La brecha entre el pedido de recomposición salarial, que ronda en 100%, y el ofrecimiento empresario, de 28% a diciembre, no logró acortarse después de tres negociaciones.
El pedido del sector gremial es que la remuneración de bolsillo del trabajador alcance la Canasta Básica Total para una familia integrada por dos adultos y dos niños. Según la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia), el monto de ésta fue de $ 52.578,10 en febrero. Hoy, el salario inicial de un obrero de viña ronda los $ 27.500 -y con los ítems no remunerativos alcanza unos $ 37.000-, mientras que el sueldo de los operarios de una bodega es de $ 28.800.
Miguel Rubio, secretario de Prensa, Cultura y Difusión de Foeva (Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines), reconoció que el aumento, en términos de porcentaje, es muy alto, pero en dinero “no es nada”. Además, planteó que cualquier otra actividad llega a la canasta básica con un 30% de incremento, mientras los trabajadores vitivinícolas necesitan ese 100% para alcanzarla y que eso demuestra las dificultades que ha tenido para subsistir.
Foeva ha decretado un paro de 48 horas, para el martes y miércoles próximos, sin concurrencia al lugar de trabajo. “Siempre se nivela hacia abajo y hemos llegado a este punto en que no se puede más”, lanzó Rubio.
Mauro Sosa, gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, comentó que hace más de 30 años que participa en la paritaria de los cuatros convenios del sector vitivinícola y que no recuerda que alguna vez hayan pedido un 105% de aumento. Agregó que quien rompió la paritaria fue el sector gremial y que responde a presiones que están teniendo los delegados, por lo que están tratando de mostrar firmeza en su posición.
Sosa señaló que es inviable definir un 100% de aumento y que en las paritarias anteriores se han ido recomponiendo algunos puntos hacia atrás y aumentando en una proyección estimada hacia adelante, a la vez que se intenta acompañar la posibilidad de pago del productor que tiene obreros de viña y de las bodegas. “No es porque no lo merezca el trabajador, sino que si hoy pago $ 30 mil y pasa a $ 60 mil, el doble, es imposible”, señaló.
Agregó que han ofrecido un incremento en la línea de lo que ha sugerido el gobierno nacional y que otros gremios han ido cerrando entre el 29 y el 32%. Asimismo, subrayó que el pedido de Foeva es de la CBT para el piso con el que ingresa una persona, pero que la media entre el obrero común y el más especializado, con antigüedad, está bastante por encima de los $ 27 mil. Consideró que no se ha empezado realmente a negociar, porque desde el primer momento se notaba que el sector gremial iba a romper.
Sosa indicó que, como en 2020, se recuperaron el mercado interno y las exportaciones, la gente cree que la vitivinicultura está muy bien, cuando en realidad un productor festeja que le paguen $ 2 mil el quintal de uva porque el año pasado le pagaban $ 1.400. Si bien ha mejorado el precio de la uva y del vino, no ha llegado al 100% de incremento y, además, han aumentado el costo de la energía y de los combustibles, entre otros insumos.
Nicolás Vicchi, subgerente de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas), comentó que las paritarias recién están comenzando y que toda negociación salarial lleva un tiempo de propuestas y contrapropuestas. Si bien entiende que la situación del trabajador no es la mejor desde hace varios años, señaló que la del sector productivo tampoco lo es y que solicitar un 100% de aumento es inviable.
Vicchi manifestó que, si bien los productores están teniendo una recuperación del precio, todavía no alcanza a cubrir los costos de producción, ya que los valores estuvieron “planchados” desde 2017 e incluso bajaron. Esto, añadió, quedó demostrado en la baja producción, motivada por la descapitalización del producto primario. Pese a eso, reconoció que no son ajenos a que la realidad del trabajador también es compleja y por eso confió en poder seguir con las conversaciones, para llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes y realista. Se debe recordar que, a fines de agosto de 2020, después de varios meses de negociaciones, se acordó un incremento del 40,3%, que regía hasta febrero de 2021.
Walter Pavón, gerente de Relaciones Institucionales de Bodegas de Argentina, detalló que, como entienden que se deben actualizar los salarios por la inflación, hay una voluntad de negociar y por eso presentaron una propuesta en la paritaria, que previamente habían consensuado con las diferentes Cámaras. Pero también apuntó que es difícil avanzar con un pedido tan alto, que equivale al 85 o el 104% según se tome el remunerativo con o sin refrigerio. Resaltó que lo que piden es para la base de la estructura, es decir lo que cobra alguien que no tiene especialización, antigüedad, horas extras ni presentismo.
Pavón señaló que la negociación se dificulta cuando se empieza con valores tan altos, ya que para llegar a un acuerdo se deben alcanzar condiciones adecuadas para el trabajador y posibles para las empresas. En este sentido, subrayó que hay productores y bodegas pequeños, medianos y grandes. Hay quienes exportan y quienes se dedican a mercado interno. Además, la situación es diferente según la zona, la variedad, la productividad, la tecnología aplicada, etc. Esto significa que hay realidades muy diversas dentro del sector y se debe intentar alinear los intereses de todos, lo que no resulta sencillo.
De todos modos, manifestó que no están de acuerdo con que el sector gremial haya decidido tomar medidas de fuerza después de tres reuniones, en las que ha habido intransigencia por parte del gremio, ya que no ha mostrado intenciones de negociar y esto impide que la paritaria sea dinámica. Si bien planteó que entienden que pueden tener presiones e incertidumbre sobre lo que pueda suceder hacia adelante, opinó que no era necesario llegar al paro de modo tan repentino.
El sector empresario ha ofrecido un 28% de incremento a diciembre y sentarse a negociar en ese momento, con los datos de inflación del año, para terminar de cerrar un porcentaje hasta febrero. Pavón indicó que este primer ofrecimiento está en la línea del porcentaje con el que se han cerrado otros acuerdos, a sabiendas de que se podía cerrar unos puntos hacia arriba. Asimismo, expresó que quedan abiertos a seguir conversando.