El trabajo en los talleres de chapería y pintura se ha intensificado en las últimas semanas. En algunos casos se ofrecen turnos para la realización de presupuestos recién para mayo y en otros, se decidió contratar gente especializada externa para poder cubrir la demanda de trabajo. Lo cierto es que el temporal de lluvia y granizo que azotó al Gran Mendoza a finales de febrero dinamizó la actividad, y los arreglos –dependiendo de la magnitud de los daños- tienen costos que parten de los $ 80.000 y puede llegar hasta el medio millón de pesos.
Ariel Biondo, agente de seguros, asegura que la demanda de ordenes de trabajo después de la tormenta de hace 15 días ha crecido significativamente. “He cargado 47 siniestros de granizo en mi cartera activa de automotores. Hay una demanda grande sobre todo de los clientes de la zona de Guaymallén”, señaló.
Sobre el incremento de las ventas de pólizas con cobertura por daños de granizo, comentó que el incremento es relativo. “Por lo general la gente ya contrata seguros una cobertura contra granizo, porque Mendoza es una zona que se ve frecuentemente afectada por esta contingencia”.
Cómo funciona el mercado
En nuestra provincia la mayoría de las compañías ofrece en sus pólizas una cobertura contra los daños por granizo que encarecen el valor mensual de la póliza $ 600 aproximadamente. Las aseguradoras reciben las denuncias de daños hasta las 72 horas después del siniestro. Por ejemplo, para un vehículo 2010 cuyo valor en el mercado es de un millón de pesos, el canon es de $ 3.300, lo que incluye una cobertura hasta la suma asegurada. Un auto 2016, con un valor en la plaza cercano a los tres millones de pesos, con una cobertura contra granizo ilimitada paga un canon mensual de $ 5.900.
Además de los daños en la chapa, también se resguardan los vidrios. En una reconocida casa de venta de repuestos y colocación de parabrisas ubicada en la Costanera, están atendiendo a razón de 35 autos diarios por el cambio de parabrisas o lunetas traseras.
Actualmente los seguros del hogar también han incluido una cobertura contra la temida caída de piedra. Desde un broker afirmaron que hace un mes las compañías se dieron cuenta que era imposible no brindar este servicio. “En Mendoza todos ofrecen el servicio de cobertura contra el granizo para el automotor, pero también los han incluido en las pólizas del hogar”, comentaron.
Alta demanda
En un principio, en Guaymallén, la zona más afectada por el granizo, los talleres de chapería y pintura no tenían el espacio suficiente para seguir recibiendo trabajos. La demora para los “saca bollos” era de 15 días, pero los primeros plazos comenzaron a dilatarse. Jorge Montoro, del taller Estética Automotriz ubicado en carril Godoy Cruz, le había comentado a Los Andes, luego de la tormenta, que se incrementaron un 200% las consultas para reparación, ni bien terminó de caer piedra. “En general no estábamos con mucho trabajo por la situación general del país, pero después de la tormenta empezaron a llamar todos”, enfatizó.
Ahora, dos semanas después de la tormenta, Pablo Iannizzotto -dueño de un taller de chapería de Dorrego- confesó que tiene una demanda de 500 vehículos en espera y que los turnos para presupuesto se otorgan recién para mayo. “La tormenta nos colapsó con trabajo. Es impresionante el aumento de la demanda. Las compañías aseguradoras están como los talleres, desbordadas por las ordenes de reparación”, sostuvo el representante del taller de carrocería y pintura. Dependiendo de la magnitud de los daños sufridos, una reparación oscila entre los $ 80.000 y los $ 400.000 más los repuestos.
Leandro, es la voz del otro lado del teléfono en el Taller Mariotti en Godoy Cruz. Al igual que sucede en Dorrego, las aseguradoras no han dejado de inyectar pedidos de reparación, sin contar los pedidos de los particulares que intentan ganar tiempo. “Aumentó el trabajo, está todo tomado y hemos diferido algunos turnos de reparación”, señaló el empleado.
Pensando en refuerzos
Algunos talleres, con experiencia previa en grandes tormentas, han incorporado personal especializado para poder satisfacer la demanda de servicios. Apostando a un cambio de estrategia, en Las Heras, JR Miliotti trajo operarios de Brasil y de Buenos Aires para atender estos casos. “He contratado a 12 personas especializadas que se dedican a la reparación de estos daños, por lo que no tenemos mayores demoras. Una vez que son evaluados los daños en el vehículo y está el visto bueno de la compañía de seguros, los vehículos puedan entrar al taller”, contó el empresario Jorge Miliotti.
A la hora de precisar sobre las características de la demanda, el tallerista señaló que el porcentaje está muy repartido, casi en parte iguales. Por un lado están las órdenes que emiten las aseguradoras y por el otro la demanda del público particular. Según el contrato, en algunos casos las aseguradoras cubren solo una parte de las reparaciones y el resto queda a cargo del dueño del vehículo. En cuanto a los costos de la reparación, Miliotti detalló que estos son muy variables, dependiendo de la magnitud de los daños. “Se catalogan en leves, medios y fuertes, en caso de que se vea afectada la pintura”, explicó.
“Tratamos de ser austeros con los precios”, puntualizó Miliotti. “Hemos hecho una ampliación de taller y allí está trabajando la gente que vino de afuera. Con la fuerte granizada de abril de 2017 llegaron al taller 25 personas de Brasil para trabajar en las reparaciones. Esa fue una experiencia que nos enseñó mucho y nos ayudó a mejorar nuestro sistema de trabajo y reducir las esperas”, finalizó el empresario.
El cielo se desplomó
Hace 15 días el Gran Mendoza fue afectado por una gran granizada que provocó daños en viviendas y calle anegadas, a causa de una copiosa lluvia que completó la escena. La tormenta comenzó pasadas las 16 y obligó a la suspensión de las clases. Quienes se encontraban en la vía pública debieron refugiarse por el gran tamaño de la piedra; los autos quedaron a merced de la inclemencia y los daños se multiplicaron a medida que avanzó la tormenta.
En diciembre del año pasado, poder reparar un capot tenía un costo promedio de $ 14.000 y de $ 15.000 si incluía pintura; mientras que con marcas de hasta 2 mm usar el “sacabollos” en el capot tenía un coste de $ 8.000 promedio.
Claro está, que tormentas son tormentas. y que el grado de afectación de los vehículos juega un rol preponderante en el mercado. La velocidad de reparación empuja hacia arriba los precios del servicio; otro tanto incide la inflación, mientras que las leyes de la oferta y la demanda juegan caprichosamente sus cartas.